01
Dic 17

El Presupuesto es un crimen

No hay que engañarse.  El llamado Presupuesto del Estado en realidad es un instrumento para la redistribución de recursos, con criterio político.  Es decir, desde el poder.

Por ejemplo, los políticos y burócratas que controlan el Presupuesto toman dinero de los individuos no organizados en la sociedad (o mal organizados) y se los entregan a los individuos organizados.  Normalmente la entrega no es del 100 por ciento de lo tomado, porque un porcentaje significativo suele quedarse en el camino.  Aquel reparto es político porque el dinero tomado de los tributarios (así nos llamamos los somos forzados a pagar impuestos) se le entrega a aquellos individuos y grupos que tienen influencia en el poder, o tiene poder.  Tal es el caso de Joviel Acevedo y su hueste, los grupos que piden resarcimientos, y una miríada de intereses bien específicos y particulares, ajenos a los de los legítimos propietarios de los recursos que se convirtieron en tributos. ¿Sabes que los que administran el Presupuesto pretenden repartir más de lo que expolian?

Dicho lo anterior, si las cosas siguen como van, el reparto para 2018 subirá más de 13 por ciento comparado con el de este año.  Más de Q18 mil millones serán financiados con endeudamiento, que vamos a tener que pagar con tributos y con desempleo productivo.  El 64% del reparto será para empleos y gastos, muchísimas veces improductivo. Sólo el 20 por ciento de la redistribución será para inversiones, que no necesariamente resultan productivas, y que muchas veces son de calidad cuestionable.  Te recomiendo el informe del Centro de Estudios Económico-Sociales sobre este tema, que puedes ver en cees.org.gt

En un país donde las posibilidades laborales productivas para la población de entre 15 y 29 años de edad son entre decepcionantes y nulas (si es que se puede confiar en los datos del INE), aquella redistribución política y arbitraria (y el desperdicio) de recursos necesarios para crear riqueza es un crimen.   Sobre todo, cuando el Indice de Confianza de la Activiad Económica apunta a que casi 9 de cada 10 encuestados considera que la economía no está mejor que el año pasado.

Columna publicada en elPeriódico; y la ilustración la tomé de Facebook.

Actualización: ¡El Presupuesto 2018 no fue aprobado!


20
Nov 15

Lo que no te dicen de los impuestos

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El Bono revolucionario que se asignaron en la Corte de Constitucionalidad tuvo un costo de Q3.2 millones para los tributarios.  Ese dinero salió de impuestos que estaban destinados a la justicia. Si el bono para un magistrado es de casi Q73 mil, ¿cuánto será para la Presidenta que se auto recetó aquel privilegio?

Como aquel bono salió de impuestos quiere decir que los tributarios trabajaron para producirlo y que les fue quitado.  Aquel dinero no salió de la nada y  cuando el tributario promedio imagina que el fruto de su trabajo va a ser usado en mejorar el sistema de justicia, no se imagina que el fruto de su trabajo va a ir a servir para que la Presidenta de la C.C. ¿compre carro nuevo, amortice su casa nueva, o se vaya de viaje a fin de año?

Como aquel bono salió de impuestos quiere decir que los que produjeron el dinero para pagarlos –o sea sus legítimos propietarios– no lo pudieron usar para reparar su pichirilo, pagar el alquiler de la casa, ahorrar para la cuesta de enero, o invertirlo en mejorar la fábrica, ampliar inventario, o abonar cultivos.

El dinero que los políticos y funcionarios toman de la gente como tú –a quien le quitan los impuestos antes de que recibas el cheque de fin de mes– no lo puedes usar para tus necesidades porque en gran porcentaje sirve para satisfacer las necesidades de los que tienen acceso a él por medio del presupuesto del estado.  Algo sirve para pagar puentes que se caen, escuelas con maestros que no llegan a clases y hospitales sin medicinas; pero la mayoría de lo que pagas de impuestos sirve para sueldos, bonos, y prebendas, muchas veces para plazas fantasma, o para funcionarios que ganan Q73 mil al mes.

Recientemente nos están dando atol con el dedo al decirnos que si no se paga un impuesto adicional, la justicia no va a mejorar. ¡Hasta mi cuate, Carlos M., me escribió diciendo que prefiere pagar un impuesto más, a tener que sufrir a las maras!; pero ese es un dilema falso.  Deliberadamente elimina la opción de sanear la administración pública y eliminar privilegios antes de entrar a –siquiera–considerar el impuesto extra.

Que no te digan, que no te cuenten.

Columna publicada en elPeriódico; y la ilustración la tomé de Facebook.