Guatemala ya fue campo de batalla entre las grandes potencias durante la Guerra fría, ¿volverá a serlo, o está siéndolo?
Dos analistas prestigiosos y de distintos posicionamientos ideológicos han llamado la atención sobre el hecho de que la campaña política del candidato más gastón (entre US$ 50 y 80 millones) no esté siendo financiada por fuentes tradicionales (delictivas, o no), sino por intereses de la República Popular de China.
En Sorpesas te da la vida, Gustavo Porras recordó que la China continental no ha dejado de incrementar su presencia en Panamá, Costa Rica y Nicaragua; y en Geopolítica en la política, Pedro Trujillo específicó que la influencia de la China roja comenzó en Panamá, continuó en Costa Rica (donación del Estadio Nacional –US$80 millones– y compra de deuda costarricense) y siguió en Nicaragua, con multimillonario aporte para la construcción del canal. Observó que algunos de nuestros políticos frecuentan la RPC y promueven relaciones. En febrero de 2005, Prensa Libre publicó que el régimen de Pekin había dado dinero para la campaña presidencial del exguerrillero Shafik Handal, en El Salvador. En The Middle Kingdom in Latin America, Mary Anastasia O´Grady observó que dada la perspectiva que China tiene acerca de la libertad, su influencia creciente en América Latina no podría ser buena para el área.
A esto añade que hace unos días cuatro diputados de Lider viajaron a Rusia en sigilo y sin permiso de la Directiva del Congreso y que sus gastos fueron pagados por la única compañía minera que opera en Guatemala a la que no le fueron elevados los impuestos. Compañía de capital ruso, claro.
¿Qué tal si la Rusia de Vladimir Putin está recuperando el tiempo perdido en Guatemala desde 1954? ¿Qué tal si después de Panamá, Costa Rica y Nicaragua, el siguiente objetivo del imperio celeste es el de comprar Guatemala? ¿Qué tal si los esfuerzos de nation building a la Obama –en Guatemala y con la colaboración entusiasta de los grupos que solían gritar yankees go home– está relacionados con aquellas dos posibilidades? ¿A la guerra perdida contra las drogas se le sumará la Guerra fría 2.0?
Columna publicada en elPeriódico.