¿Has visto una película que se llama Swing Kids? Estos eran un grupo de patojos, de allá por los años treinta, que gustaban del swing y del jazz y que terminaron enfrentándose contra el nacionalsocialismo.
Los nazis consideraban que el swing y el jazz eran música depravada porque eran propias de negros y judíos. En aquel ambiente opresivo los swing kids terminaron siendo una forma de contracultura porque su forma de vestir y sus gustos musicales no eran del gusto de Hitler, ni del de los que lo apoyaban, porque les gustaban el orden y la disciplina que ofrecía.
Los swing kids fueron reprimidos por la Gestapo y ya te imaginas. Los suertudos tuvieron que aguantar que les cortaran el pelo, como aquí en Guatemala, la Policía de los años setenta les cortaba el pelo a los patojos. Pero en la Alemania nacionalsocialista, los menos suertudos pararon en campos de concentración.
De aquella peli me acordé cuando leí que el centro cultural Rock’ol Vuh está bajo asedio de Tu Muni, de los gazmoños y de los zelotes del orden y la disciplina.
Para hacer la historia corta, Rock’ol Vuh nació en Cuatro Grados Norte; y allá ofrecía clases de música, y animaba poetas, pintores y productores noveles. Cuando aquel proyecto urbanístico colapsó, los propietarios del centro cultural decidieron trasladarlo al barrio de San Sebastian y “desde entonces comenzó una historia de terror”, explica Sergio Taz Fernández, baterista que seguramente recuerdas porque tocaba con una de las bandas de rock más célebres de Guatemala. Conoce algo de Taz, en http://youtu.be/gQq0ER-b8uc
Rock’ol Vuh ha enfrentado las arbitrariedades de la oficina del POT y la hostilidad de los vecinos de San Sebastian que lo acusan de ser un bar “que pondrá en riesgo a nuestros jóvenes exponiéndolos a ambientes nocivos” y que contaminará éticamente el barrio. Eso mismo deben haberle dicho los vecinos de los swing kids a la Gestapo. Y el barrio, por cierto, no es residencial porque está lleno de establecimientos comerciales y gubernativos.
Lee el reportaje que hizo El Periódico el 17 de agosto pasado. Ahí verás los detalles del acoso, que incluyen verificaciones de campo nunca realizadas por Tu Muni, multas confiscatorias y otras arbitrariedades. Dado el antecedente similar de acoso al que está sometido el bar rockero Bad Attitude, parece evidente que Tu Muni la tiene contra el rock. ¿Como los nazis la tenían contra el swing?
Esta columna fue publicada en El Periódico.