Un grupo de líderes indigenas guatemaltecos solicitó el derecho a decidir acerca de su independencia y régimen político, sin presión alguna; y le pidiò a la comunidad internacional que los deje decidir sobre sus prioridades. Esto ocurrió durante una reunión entre embajadores y dirigentes indigenas.
Libertad
17
Ago 09
Magnífica idea de la dirigencia indígena
11
Ago 09
Libertad, nacionalismo y otras inquietudes
Me gustan la palabra libertad en el escudo nacional y la idea de que el quetzal es nuestra ave símbolo porque no puede vivir sin libertad. Me gusta la pureza de ideales que representa la monja blanca, y me gusta que la ceiba sea un árbol tan majestuoso y que en las monedas de 5 centavos esté acompañado por la frase: Libre crezca fecundo. Pero me siento muy incómodo con el colectivismo de los nacionalistas y de los patriotas; y me siento muy incómodo con su altruismo y con el carácter casi místico que le dan a la patria. Y, con todo y todo, yo amo a la mía porque es mía, porque aquí está enterrado mi ombligo, y porque me gustan sus aromas, sus sabores, sus texturas, sus sonidos y sus colores.
Porque creo que es oportuno, comparto con ustedes algo que escribí hace un par de años sobre este tema.
Muchos de nosotros valoramos los principios éticos, jurídicos y económicos de una sociedad de personas libres y responsables. ¿Notó el orden? Eticos, primero; jurídicos, despúes; y económicos, de último. Esto es importante, porque para quienes compartimos aquel ideario, la razón de ser de la defensa de la libertad se basa más en la capacidad de esta para preservar la dignidad de las personas, que en su eficiencia para producir bienes y servicios. Lo virtuoso, para nosotros, es aquello que contribuye a la vida plena, digna y feliz de las personas.
Esto nos lleva a que para muchos de nosotros son más importantes los derechos individuales de las personas, que los intereses colectivos de la clase, de la étnia, del gremio, de la sociedad, de la nación, o del estado.
Por eso nos enfocamos más en los derechos individuales iguales para todos, que en los intereses nacionales, o colectivos. Por favor, note usted que no he dicho que los intereses inviduales deban prevalecer sobre los intereses grupales. Esto es muy importante, para no caer en equívocos.
Desde mi punto de vista, los valores cívicos que vale la pena respetar son aquellos que contribuyen a la preservación de los derechos individuales; en contraposición a los valores cívicos que someten los derechos individuales a los intereses del estado, o, peor aún, a los intereses de los grupos que controlan el estado. En ese sentido es que la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad son principios que aprecio, pero el sacrificio y el nacionalismo no lo son; y sin embargo, estos dos son tenidos como principios rectores por algunos sectores de nuestra sociedad, y hasta por el estado, por supuesto.
¿Vió la pelítula The Patriot, de Mel Gibson? En ella el se ilustra cómo es que, para el protagonista, Benjamin Martin, la razón de su lucha patriota primero son su familia y su granja. Esa es una visión patriota compatible con el liberalismo. En contraste, en Gladiator, con Russel Crowe, Maximus sacrifica su vida y su familia por el Imperio (el estado); y en mi opinión esa es una visión nacionalista incompatible con el liberalismo.
Ocurre un sacrificio cuando uno entrega algo de gran valor en beneficio, o a cambio de algo de menor valor, o de ningún valor. El sacrificio no debe ser confundido con el costo que hay que pagar para alcanzar cosas de gran valor. Por ejemplo, si yo no voy a una fiesta porque me quedo estudiando, eso no es sacrificio. No lo es porque, si me quedo estudiando es porque yo valor más el estudio y los bienes que luego tendrá gracias a mis éxitos en el estudio, que lo que pudiera divertirme en una fiesta. El no ir a la fiesta es el costo que hay que pagar para obtener algo mejor en el futuro, no un sacrificio. Ir a la guerra a defender valores que no comparto; eso sí es sacrificio. Y generalmente se tiene como una virtud cívica servir a la patria en condiciones de guerra.
Como explica Alberto Benegas-Lynch (h), el nacionalismo está imbuido de relativismos, a tal grado de que se habla de la verdad alemana, o de la conciencia africana y cosas así. Los partidarios del nacionalismo hacen aparecer a la nacion como algo natural cuando en verdad consituyen constructos establecidos por la fuerza. Probablemente nada haya más antinatural que la delimitación de las fronteras que son el resultado de acuerdos entre partes beligerantes, luchas y conquistas, cuando no directamente de la rapiña. A este respecto, recomiendo el ensayo publicado por Benegas-Lynch (h) en la revista Laissez-Faire de marzo de 1995.
Benegas-Lynch (h) explica que todo indivuduo lleva una cierta combinación genética que no le pertenece más que a él y este es el punto de partida en la historia de cada uno. En definitiva la histora de los grupos no es lineal y homogénea: cada persona usa su libre albedrío de forma distinta y los movimientos migratorios y las correspondientes asimilaciones producen modificaciones adicionales que deben considerarse y tomarse en cuenta. El argumento de la historia común constituye una especie de petición de principios: si las naciones se constituyen por medio de la fuerza y además se establecen trabas migratorias de diversa naturaleza, es lógico que apareza una tendencia a la historia común. Pero las naciones nos deforman porque tienen una historia común, o más bien tienen una historia común porque el establecimeinto de una nación requiere de la fuerza y los obstáculos migratorios se encargan de fortalecer esa historia común.
Dice Benegas Lynch (h) que el nacionalismo pretende establecer una cultura alambrada, una cultura cercada que hay que preservar de la contaminación que ocasionarían aquellos aportes generados fuera de las fronteras de la nación. Se considera que lo autóctono es siempre un valor y lo foráneo un desvalor, con lo que se destroza la cultura para convertirla en una especie de narcisismo que cada vez se asimila a lo tribal que al espíritu cultivado que es necesariamente cosmopolita.
El afecto al terruño, a los lugares quen que uno ha vivido y han vivido los padres y el apego a las buenas tradicioens es natural, incluso la veneración a estas tradiciones es necesaria para el progreso, dice Benegas Lynch (h); pero una cosa es declamar un irrefrenable amor telúrico a personas y cosas con las que tenemos afinidad y cercanía, y otra distinta es hacer a un lado otras sólo porque están del otro lado de una frontera política artificial.
Yo comparto el punto de vista de Benegas Lynch (h). Y comparto la idea de que más valiosos que el orden, o que el respeto a los intereses colectivos, lo son la vida, la libertad y la propiedad de los individuos; así como su derecho a la búsqueda de la libertad, o el derecho a la búsqueda de la verdad (aunque esta ofendiera los valores nacionales, o los de la patria). Creo que la cooperación social pacífica, es más valiosa que la preservación forzosa de las fronteras nacionales, o que la imposición forzada de los valores, las tradiciones, o los ideales del grupo, o de los grupos que ejerzan el poder desde el estado.
Por eso es que, como muchos otros, siento más amor por la libertad, que amor por la nación. Es cuestión de prioridades, claro; o del orden de la escala de valores que cada uno de nosotros tiene, como individuo.
09
Ago 09
Standing for your rights
In the long history of the world, very few generations have been granted the role of defending freedom in its maximum hour of danger. This is that moment and you are that generation! Now is the time to defend our freedoms. Judge Adrew Napolitano
01
Ago 09
La ópera y la libertad
En la ópera Fidelio, de Ludwig van Beethoven, el héroe Florestan es puesto en prisión y lamenta la pérdida de su libertad por haberse atrevido a hablarles con la verdad a quienes ejercían el poder.
25
Jul 09
Cine y pelis inspiradoras: "V for Vendetta"
13
Jul 09
Pinky y Cerebro, con la ayuda de Ratzinger
Dime, Cerebro, ¿qué vamos a hacer esta noche?, pregunta Pinky. A lo que Cerebro responde: Lo que hacemos todas las noches, Piky: ¡Tratar de conquistar al mundo.
Como las fantasías de pesadilla de estos personajes de caricatura, así me suena la siguiente frase: Para gobernar la economía mundial…urge la presencia de una verdadera Autoridad política mundial. Salgamos a conquistar el mundo, le dijo Cerebro a Pinky; y Pinky dijo: ¡Sí, establezcamos un gobierno mundial.
Pero ahí está que no fue Pinky, ni fue un diletante pasado de absinto el que dijo semejante disparate. El autor de la frase citada es Joseph Ratzinger que, en su encíclica Caritas in veritate, hace declaraciones perturbadoras.
Es que es naive, me dijo el cuate Christopher; pero yo no me creo esa explicación, porque Ratzinger no es un curita de pueblo ayudado en sus meditaciones por el tinterillo de la localidad. Yo creo que Caritas in veritate es deliberada, bien pensada y consistente. Tan perturbadoramente consistente que, la próxima vez que usted esté por echar sus 5 quetzales en el cepillo de la parroquia, debería pensar en ella.
Caritas tiene otras ideas de igual mala reputación; y, por ejemplo, Ratzinger propone que el proceso de globalización, adecuadamente entendido y gestionado, ofrece la posibilidad de una gran redistribución de la riqueza a escala planetaria como nunca se ha visto antes. Y uno podría estar de acuerdo con algo de esa megalomanía, si los conceptos de adecuadamente entendido y gestionado, no tuvieran que ser entendidos, necesariamente, en el contexto de gobernados por una autoridad política mundial.
De que Ratzinger quiere una autoridad centralizada y monopólica del poder, a nivel mundial, no hay duda cuando escribe acerca de cosas como el proceso de integración planetaria. Ratzinger quiere un gobierno mundial y una integración planetaria, pero recela de la inversión en el extranjero porque cree que si es por puro provecho personal, puede dañar a la la propia nación. Y claro, en la lógica de Ratzinger, el gobierno mundial, a la Piky y Cerebro, acabaría con las diferencias entre naciones; en tanto que la autoridad política mundial legislaría contra el puro provecho personal.
Hay un aspecto en el que Ratzinger podría verse naive; este es en que parece ignorar que aquellos mismos políticos que en nuestros países conocemos por corruptos, irresponsables, incapaces, arbitrarios, muchas veces tiránicos, y demasiadas veces asesinos, son los que se harían cargo de la autoridad política mundial que tanto lo entusiasma. Porque, dígame usted, ¿de dónde iban a salir políticos distintos a los que ya hay? ¿Por qué es que los políticos encargados del gobierno mundial iban a ser distintos a los políticos que roban y mal administran a niveles nacionales?
Si ese nivel de modestia intelectual es posible en el círculo de Ratzinger, no debe sorprendernos, entonces, que para él y sus asesores el mercado está sujeto a los principios de la justicia conmutativa, según la cual el valor de los bienes que se intercambian es equivalente. ¡Cree en la igualdad en el intercambio de bienes! Pero usted sabe que la equivalencia en el intercambio es absurda. Cuando uno intercambia da algo que valora menos, a cambio de algo que valora más; y recibe algo que valora más, a cambio de algo que valora menos. ¡Por eso es que el intercambio no es un juego de suma cero! ¡Vamos Ratzinger!
Imagínese usted si se hace realidad la fantasía de pesadilla de Ratzinger. Imagínese que la autoridad política mundial encargada de gobernar la economía mundial. y los intercambios. se guiara por los principios que promueve Ratzinger. Imagínese que nos viéramos obligados a intercambiar sin ganar. Imagínese cómo sería el mundo si todo intercambio tuviera que ser equivalente o un juego de suma cero
Si C.aritas in veritate fuera sólo una fantasía de caricatura daría risa; pero es el producto intelectual de un líder de talla mundial que está superando a Piky y a Cerebro. Caritas in veritate es una realidad de pesadilla que busca darle un espaldarazo moral a las ambiciones autoritarias y totalitarias de todos aquellos que quisieran formar parte de una autoridad política mundial a la que estuvieran la libertad y la dignidad de las personas.
Caritas in veritate es una llamada de atención que debería poner a pensar muy en serio a todos aquellos que financian a la organización que la ha producido. La próxima vez que usted le gire un cheque a su párroco…piense en Caritas in veritate.
10
Jul 09
¡Una corporación con principios!
05
Jul 09
Escenas de la Boston Tea Party
04
Jul 09
Boston Tea Party, ¡en Boston!
Hoy participaré en la Boston Tea Party, ¡en Boston!. Si usted está de acuerdo con que usted es el legítimo propietario de los frutos de su trabajo; si usted está de acuerdo con que no debe ofrecer disculpas por perseguir sus propios fines en la vida; y si está de acuerdo con que la búsqueda de la propia felicidad es una virtud, seguramente comparte algunos de los valores que esta fiesta celebra.
02
Jul 09
En camino a la Objectivist Conference 2009
¡Pa´allá voy, a la Objectivist Conference 2009! donde tomaré cursos como The History of Ancient Greece, The Archaic Period; Special Topics in Introspection; Friendship: Who Needs It, Aristotle and Objectivism on the Value of Friendship; Exploring the Psychological Visibility Principle as Illustrated in Atlas Shrugged y The Verismo School: The Final Stage of Romanticism in Italian Opera.