11
May 17

“El soborno del cielo”, peli recomendable

¿Qué pasaría si el cura del pueblo ordenara la exhumación de un ser querido tuyo y mandara su expulsión del cementerio? ¿Qué pasaría si te negaras porque eres el propietario del mausoleo donde está tu pariente? ¿Qué pasaría si, para forzarte, el cura se negara a realizar bautizos, bodas y unciones de enfermos en tu pueblo?

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El soborno del cielo se basa en hechos reales ocurridos en un pueblo colombiano; en el contexto de un concordato con el Vaticano por medio del cual la iglesia católica tenía el control de muchos actos civiles en la vida de la gente.

En tono de comedia, esta peli de Lisandro Duque invita a pensar; tiene meditaciones geniales sobre la vida social y sobre las relaciones de poder.  Y la actuación de Germán Jaramillo, en el papel del cura, es magistral. Está en Netflix, claro.


05
Oct 16

En Colombia yo hubiera votado No

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En Colombia, el 50.2% de los ciudadanos que acudieron al referendum del domingo pasado se expresaron por el No, es decir, contra la vigencia de los acuerdos de paz entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Rebeldes de Colombia.

Basado en mi experiencia ciudadana con los pactos de apaciguamiento en Guatemala, y dado lo que leí acerca de los acuerdos entre la administración de Santos y las FARC, con el patrocinio de Los Castro en Cuba, yo hubiera puesto una X sobre el No, si fuera colombiano.

Antes de seguir, dejemos claro que pienso, como James Madison, que la guerra es el más temible de los enemigos de la libertad porque comprende y desarrolla el gérmen de todos los demás enemigos de la libertad.  La guerra cuesta vidas, y causa daños irreparables.  La guerra causa sufrimientos inmensos.  Prefiero la paz; que la guerra y prefiero el intercambio voluntario y pacífico a la coacción y la violencia.

Empero, una paz firme y duradera sólo se alcanza cuando el enemigo es derrotado, cuando al enemigo no le queda duda alguna de que fue derrotado, cuando al enemigo no le queda duda alguna de quién es quien lo derrotó y por qué,  y cuando no le queda voluntad alguna de seguir utilizando la violencia.  Esto se aprende de las lecciones de historia que uno puede leer en libros como Nothing Less than Victoryen el que su autor, John David Lewis te cuenta por qué la paz de Versalles no fue firme, ni duradera; y por qué la rendición de Japón, luego de la II Guerra Mundial si generó una, y por qué la paz entre Cartago y Roma si lo fue, luego de la derrota total de la primera ciudad. John explica estas y otras experiencias bélicas y pacifistas. En su libro, John explica el valor que, en una guerra, tienen el razonamiento de cada lado, el propósito moral de cada lado y el compromiso con la lucha de cada lado.  Como sea, la paz firme y duradera no puede basarse en la impunidad, en privilegios, ni en el apaciguamiento.

Las FARC no son un grupo insurgente por la libertad.  Son una narcoguerrilla letal, secuestradora y terrorista que, en su mejor momento fue el brazo armado del partido comunista según el modelo marxista-leninista, de corte castrista.  Por eso se fueron a la lucha armada, en lugar de sentarse a esperar que colapsara el capitalismo como consecuencia de su agotamiento, y de la lucha de clases.  Es decir que, en su momento moral más elevado (Esto fue un sarcasmo), lo que quería era imponer la dictadura del proletariado en Colombia.  En eso se parecían mucho a la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca; pero las FARC eran la URNG con esteroides.

¿Qué es la dictadura del proletariado?

Para Marx, la dictadura del proletariado no era una forma de gobierno, sino una clase particular de sociedad; son Lenin y Trotsky los que nos dan detalles sobre qué quería la guerrilla como forma de gobierno. Los leninistas proclamaban reconstruir el Estado en la forma más despótica posible.

Lenin hizo énfasis en que dictadura significa el poder ilimitado basado en la fuerza, y no en la ley. El término de dictadura significa autoridad sin las trabas de la ley, no restringida por normas y basada en la violencia. Si la guerrilla fusilaba, secuestraba, asesinaba y ejecutaba actos de terrorismo durante el enfrentamiento armado… ¿aquello era lo que esperaba a miles de guatemaltecos si la revolución triunfaba? Tú, ¿qué crees?

En los ochenta, parecía que la fantasía leninista de una revolución mundial podía hacerse realidad. Aquí en la vecindad, Cuba, Grenada, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, estaban encaminados.

Una vez que el proletariado esté en el poder, ninguna consideración, más que el mantenimiento del poder, será importante… la DP abolirá el sistema parlamentario –de forma permanente–, así como la separación entre el Legislativo y el Ejecutivo. La idea era que los gobernantes determinaran por medio de qué leyes iban a mandar y que no estuvieran controlados por nadie. Pero… ¿quiénes iban a ser los gobernantes? Lenin usó la frase dictadura del partido. Lenin escribió: Las Cortes no deben prohibir el terror… deben legalizarlo como principio.

La dictadura del proletariado, ¿implicaba un No a la militarización? ¡No!, Trotksy decía que el trabajo debe ser militarizado.

Dicho lo anterior, ¿está claro que las FARC no son un grupo de insurgentes por la libertad?

Como ocurrió en Guatemala, la guerrilla colombiana recibió la bendición de la comunidad internacional y su lucha fue legitimada.  En Guatemala la guerrilla había sido militarmente derrotada y estaba era políticamente irrelevante como no fuera por su capacidad de usar la violencia.  En el  imaginario del votante chapín, la exguerrilla no es opción electoral digna de consideración alguna; y, si la exguerrilla chapina toma posiciones políticas importantes es por medio de arreglos al margen de la voluntad expresa de los mandantes y disfruta de privilegios como guardaespaldas, puestos públicos (a modo de canonjías), resarcimientos y prácticas similares; siendo la más importante de todas la de la impunidad.  En Guatemala, una paz basada en aquella condiciones sólo fue la guerra en por otros medios, la guerra de cuarta generación, o una sucesión de actos políticos.

Tal vez cierta dirigencia colombiana, ajena a la administración de Santos y ajena al patrocinio de Los Castro, observó y aprendió algo de la experiencia dolorosa guatemalteca y de sus frustradas expectativas de paz.

Una paz firme y duradera, con una guerrilla letal y criminal como la de Colombia, no se puede fundar sobre apaciguamiento, ni sobre impunidad, ni sobre privilegios, ni sobre la idea falsa de que esa guerrilla es es moralmente igual al gobierno legítimo de una república constitucional, y menos, menos, es igualmente moral a una sociedad que ha sido víctima del terrorismo para imponer la dictadura del proletariado, o cualquiera otra forma de tiranía.

Es inaceptable, por ejemplo, que las FARC recibieran, a cambio de abandonar sus prácticas criminales la recompensa de la impunidad, la recompensa de un número de curules fijas en el Congreso, la recompensa de rentas básicas para los dirigentes, y la recompensa de frecuencias de radio gratuitas. Unas a costa de la justicia, otras a costa de los principios republicano, unas y  a costa de los tributarios y de la gente productiva. Una paz firme y duradera no puede ser fundada así.  Tal vez eso explica que hasta en departamentos golpeados por la guerrilla, como Huila, Caqueta, Meta, Tolima y otros ganó el No.

En Guatemala, en las elecciones de 2011, el Frente Amplio de Izquierda, lidereado por la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú e integrado por un fuerte contingente de la exguerrilla en  Winaq, la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalateca-Maíz y la Alianza Nueva Nación mejoró su desempeño comparado con los resultados de 2007. En 20111, Menchú recibió 3.25% de los votos, en vez de sólo 2.06.  Y en esa ocasión no tuvo que compartirlos con el liderazgo de Nineth Montenegro, que fue su compañera de fórmula cuatro años antes.  En Quiché, el departamento natal de Menchú, el FAI alcanzó 4.95% del total de votos válidos; y en Uspantán, entre los suyos y los que la conocen porque es su municipio originario, consiguió 3.27%.

En mayo de 1999 los guatemaltecos fuimos llamados a las urnas para aprobar, o  no, las reformas constitucionales derivadas de los pactos de apaciguamiento firmados entre la administración de Alvaro Arzú y la URNG en 1996.  En esa ocasión ¡el No a todas las preguntas ganó la consulta!, el No fue votado por 55.6% de los que participamos en la consulta, aunque participara sólo el 18.55% del total de empadronados.

El domingo pasado, en Colombia, el abstencionismo también fue alto (sólo cerca 13 de 35 millones de ciudadanos habilitados acudió a votar) y la diferencia entre ganadores y perdedores fue como de 50,000 votos, poco más o menos. Pareciera que tanto aquí, como allá, y seguramente en otras partes del mundo, este tipo de consultas no atrae las multitudes que atraen las elecciones generales (cuando las atraen).  Pero sea como sea, si se respetan las reglas, el resultado es una expresión legítima de  los mandantes: a la mayoría no le interesa el asunto; pero los que si están interesados como para participar activamente son los que determinan inclinan la balanza de un lado, o de otro. ¡De eso se trata el sufragio!

En Guatemala, en 1999 no hubo un liderazgo visible y los resultados fueron consecuencia de los esfuerzos de muchos grupos e individuos dispersos.  Yo hice mi parte desde las páginas editoriales del diario Siglo Veintiuno.  En Colombia, en cambio, parecía una cabeza visible del No, el liderazgo del expresidente Alvaro Uribe.

El No, en Colombia, no fue un No a la paz; fue un No a la injusticia y un No a los privilegios.  No fue un No a la paz, fue un No a las FARC.  Fue un golpe al castrismo en América Latina y al socialismo en todo el mundo que están acostumbrados a que justicia se haga a la medida de sus demandas.

¿Qué procede ahora? Renegociar los acuerdos en el marco del estado de derecho. ¿Qué no procede? Volver a hacer un referendum tras otro, hasta que los resultados sirvan a los intereses de las FARC, de Los Castro y del socialismo del siglo XXI, tan inescrupuloso como el del siglo XX.

La ilustración la tomé de Facebook.


18
May 16

Colombia en peligro

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Tengo amigos colombianos queridos; y me encantan las bandejas paisa, las morcillas, el ajiaco (¡especialmente el que hace Liliana!) y los bocaditos veleños.  Comparto con muchos de ellos su angustia por el proceso de paz lidereado por Juan Manuel Santos, bendecido por el régimen de los hermanos Castro desde la Habana, Cuba.

Por eso comparto las preocupaciones expresadas por el expresidente de aquel país, Alvaro Uribe, preocupaciones legítimas porque en mucho me recuerdan lo ocurrido en Guatemala luego de los pactos de pacificación firmados entre el gobierno de Alvaro Arzú y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca en 1996.  Pactos que no sólo les garantizaron impunidad a los exguerrilleros, sino que impenitentes y todo fueron recibidos en el seno de la democracia (y para amenaza de la república).  Pactos que abonaron la tierra para que poco  menos de 20 años más tarde las semillas del odio, la violencia y el divisionismo brotaran y se multimplicaran.

Uribe expresa:  Haber adelantado el diálogo sin cese de actividades crimínales, verificable a través de la concentración supervisada, ha contribuido al aumento de la criminalidad y a la desconfianza en el proceso, ya que, sin esa concentración, se negó a la ciudadanía el derecho de inferir que Farc, con buena fe en la paz, era ajena a cualquier delito cometido. La exigencia seguramente habría demorado la iniciación del diálogo, pero este habría generado más credibilidad.

A ese aumento de la criminalidad también ha aportado el anuncio de impunidad total, plasmado en el acuerdo de justicia, que ha animado la expansión de los grupos delictivos y el incremento de delitos. Han crecido la extorsión; el control territorial terrorista sobre el pánico de ciudadanos que carecen de confianza en las autoridades; y, el narco tráfico que en los últimos 3 años ha ascendido de 43000 hectáreas de cultivos ilícitos a 159000. En números aproximados, Farc ha pasado de 6800 integrantes a más de 17000; el ELN recuperó la capacidad criminal, sus uniformes sirven a integrantes de Farc y la tiranía de Venezuela lo utiliza para chantajear al Gobierno de Colombia; y, las bandas criminales son cinco veces más grandes.

Si con el solo anuncio la impunidad se ha generado más crimen, qué podremos esperar cuando ya se haya implementado!

Vale recordar que el Gobierno ha aceptado al narco tráfico como conexo con el delito político, por ende sin cárcel ni extradición pero con elegibilidad política. Y en cuanto a las conductas que se aceptarían como atrocidades, el Gobierno dice que no hay impunidad porque los responsables serían investigados, juzgados y les impondrían sentencia. Sin embargo, la aceptación temprana de responsabilidad evitaría la cárcel.

En los anteriores términos el acuerdo genera ejemplo para que haya más violencia y no garantiza estabilidad. La impunidad es partera de nuevas violencias y dificulta el perdón sincero.

Ojalá que los hermanos colombianos escucharan a Uribe y aprendieran algo de la triste lección que podemos ofrecerles los guatemaltecos.


14
Nov 15

Bocadillo veleño, ¡que rico!

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Ya lo dijo Brillat-Savarin, el descubrimiento de un nuevo plato hace más por la felicidad humana que el descubrimiento de una nueva estrella; y la felicidad del día me la trajo el descubrimiento del bocadillo veleño, un dulce tradicional de Vélez, Colombia, elaborado con guayabas y conservado en hojas de bijao, que son una forma de nuestro mashán chapín.  Como te imaginarás las hojas le dan al dulce de guayabas un aroma y un sabor particulares.  Además, vienen hermosamente empacados.

¡Gracias a mis amigos Lili y Lucas por esta delicia!


26
Feb 14

Daniel Raisbeck, ejemplo para los políticos jóvenes latinoamericanos

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A Daniel Raisbeck lo conocí durante un coloquio sobre la libertad en el pensamiento español, en el que participamos en abril de 2013; y ahora resulta que es el único candidato libertario para la Cámara de Representantes de Bogotá -y es postulado por el Partido Conservador- agrupación en cuyas filas también militan increíbles personajes ultramontanos.

El Estado no puede controlar al individuo y tiene que parar de intentarlo… Yo creo en la libertad del individuo, dijo en un foro reciente.; y en su página Web dice: me guía un aforismo del filósofo Nicolás Gómez Dávila: “la política sabia es el arte de vigorizar la sociedad y debilitar el Estado”.

Desde junio del 2012 dirige la Biblioteca Antigua y el Archivo Histórico de la Universidad del Rosario, donde enseña griego, latín e historia grecorromana.

He aquí dos de sus propuestas:

Educación pública, calidad privada

Menos impuestos, más emprendimiento

Difiere con sus compañeros de partido al estar a favor de la descriminalización de los usuarios de drogas.  Soy ciento por ciento legalización, creando un mercado regulado, como es el caso del alcohol y el tabaco. Podemos tener etiquetas que digan “la cocaína es perjudicial para la salud”, indicó.  Y otro tema que lo enfrenta con sus copartidarios es el del casamiento entre parejas del mismo sexo: El individuo debe ser libre a la hora de escoger a su pareja- independientemente del sexo de esta- y el Estado no se debe entrometer en la vida íntima del ciudadano, ha expresado.

El arguemento de Daniel para explicar el tema es uno de los mejores que he visto. Para mí es evidente que el “matrimonio” homosexual es una imposibilidad semántica; la raíz de la palabra matrimonio, la cual proviene de matrimonium en latín, es “mater” o madre, así que un matrimonio se refiere exclusivamente a una unión que puede conducir de manera natural a la maternidad. Por otro lado, el matrimonio es una institución que existe desde antes de que existiera cualquier Estado moderno y, siendo la base de la familia, históricamente ha sido una institución que ha funcionado como un contrapeso al poder del Estado. Sospecho de cualquier intento de utilizar la fuerza estatal para cambiar la definición común de las palabras; es más, considero que tales esfuerzos se basan en un impulso totalitario digno del adjetivo “orwelliano”. Por ende propongo que se hable desde de la sociedad civil de “casamiento homosexual”. El verbo “casar” proviene del latín casa, así que casarse significa formar un hogar. Como argumenté en el primer párrafo, una pareja homosexual es plenamente libre a la hora de formar un hogar y, por ende, de casarse, ha explicado.

Es refrescante la participación de un candidato consistentemente libertario -sobre todo dentro de un partido conservador-.  Consistencia es lo que hace falta dentro de muchos movimientos libertarios.

Yo digo que no hay que perderlo de vista y que el suyo puede ser un ejemplo para otros jóvenes que participan, o quieren participar en política.


27
Mar 12

Del plato a la boca, se cae la sopa

Para mí es un honor intervenir como parte del grupo de garantes de la liberación de reos de las FARC, dijo la Premio Nobel, Rigoberta Menchú, cuando creyó que iba a participar en ese proyecto.  Empero, como del plato a la boca, se cae la sopa, y como no hay que contar los pollos, antes de que revienten los huevos, ahora resulta que siempre no; y que el gobierno de Colombia desestimó la participación de la guatemalteca Menchú y del vicepresidente ecuatoriano Lenin Moreno.


26
Dic 10

A los políticos, ¿les gustan las escuchas telefónicas?

El presidente Ricardo Martinelli, de Panamá, y otros actores, le pidieron a la embajada de los Estados Unidos de América que el sistema de escuchas telefónicas que se usa en la guerra perdida contra las drogas también pudiera ser usado contra oponentes políticos.  A la representación diplomática no le gustó la idea; pero lo pone a uno a pensar.

En donde se pueda y cuando se pueda, de plano que los políticos en el poder usan su capacidad de violar los derechos individuales de las personas -opositores, o no- para su propio beneficio.  Y la guerra perdida contra las drogas les da, a aquellos políticos, las herramientas legales y la tecnología para pasar sobre los derechos de las personas -involucradas, o no en actividades como el narcotráfico-.

Ocurrió en Colombia y en Panamá.  ¿En dónde más hay sistemas complejos de escuchas telefónicas que son usados con propósitos políticos?


27
Ago 10

Los asesinos de Facebook, en Colombia

En el sureste de Colombia, tres adolescentes han sido asesinados luego de que sus nombres aparecieron en una lista de Facebook. Mi amigo, Constantino, escribió sobre esta historia de miedo en The Daily Beast.

Además, aquí hay una entrevista con él, en MSNBC.

03
Jul 08

En celebración de la liberación de los rehenes en Colombia

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, tienen en su poder a más de 700 rehenes; pero, ayer, el presdiente colombiano Alvaro Uribe y el ejército de aquél país, rescataron a un grupo importante de ellos, entre el que se cuenta la excandidata presidencial Ingrid Betancourt.

Las FARC son una guerrilla marxista particularmente sanguinaria e inescrupulosa capaz de hacer cosas tan repugnantes como tener rehenes durante más de 6 años, encadenarlos en la selva, exponerlos a enfermedades, y -por supuesto- de someter a las familias de los detenidos a sufrimientos innombrables.

¡Ya hace ratos que se merecían un golpe así de duro! Pero claro, se necesita un gobierno con autoridad moral -como el de Uribe- para poder reaccionar así, organizar el rescate y hacerlo con éxito. ¡Yo celebro la liberación de estos rehenes y la humillación de las FARC!; como celebro, también, que los carroñeros Hugo Chávez y Rafael Correa no hayan tenido parte alguna en este asunto.

Coincido, sin embargo, con un artículo de Alexander Torres que ha circulado mi amigo Carlos Sabino: La sociedad colombiana debe cuidarse de las reacciones políticas y judiciales con las que la izquierda vengará su derrota. Si la sociedad colombiana se descuida -como ha sucedido en otros países-, puede suceder que “los mismos militares que ahora son aplaudidos, sufrirán la más brutal persecución mediática, política y judicial que los terminará condenando. La izquierda reclamará memoria pero sepultará en el olvido el sufrimiento de las verdaderas víctimas del terror guerrillero. Esa misma izquierda invocará la verdad y oficializará la más descarada mentira que le prepararán historiadores mercenarios. Todo será bajo el disfraz de la justicia para que el rencor y la venganza se abran camino hasta que militares y policías terminen tras las rejas”, advierte Torres.


06
Mar 08

No, a la guerra

¿Quién, con dos dedos de frente, puede querer una guerra? La guerra “es destructora y aniquiladora…es un mal que perjudica a todos, al vencedor y al derrotado”, observó sabiamente Ludwig von Mises en Nation, State and Economy. Y en The Economics of War, advierte que la guerra “es terriblemente cruel; no perdona a los infantes ni a la mujer gestante; no discrimina en cuanto a matar y destruir. No respeta los derechos de los neutrales. Millones de personas son muertas, sometidas a esclavitud, expulsadas de los países donde nacieron y vivieron sus antepasados durante siglos. Nadie puede predecir que pasará en el próximo capítulo de esa lucha interminable”.

Yo sugiero que el conflicto que se gesta en Suramérica debe ser separado de los contextos nacionales. Como veo las cosas, aquel no es un enfrentamiento entre Colombia y Ecuador, con la participación entusiasta de Venezuela. Ni es uno entre colombianos, ecuatorianos y venezolanos. Una dimensión más amplia y profunda lleva a pensar que este es un encontronazo más entre las pretensiones de dictadura y el estado de derecho; entre el terrorismo y el derecho. Entre Correa-Chávez-Marulanda, y la gente decente.

Va a ser un error tremendo si el conflicto es analizado y entendido a niveles nacionales, sin tomar en cuenta los detalles y matices que sí importan. Si es malo que un ejercito penetre en territorio ajeno sin permiso, es inmensamente inmoral que un estado le de protección y resguardo a bandas de narcoterroristas, como son las FARC.

Por supuesto que no estoy a favor del pacifismo abúlico que permite la abundancia de tiranos y dictadores; pero la guerra debe ser evitada hasta el último momento, sobre todo cuando no es para defender la libertad y sólo podría servir para favorecer la megalomanía de gente como Hugo Chávez, o Rafael Correa.