Los que vivimos es la historia de Kira Argunova. Se desarrolla en 1920 alrededor de la familia de Kira y su lucha por sobrevivir a los cambios sociales e ideológicos a principios de la revolución bolchevique y de la Unión Soviética. La película está basada en la novela homónima por Ayn Rand y la semana pasada recibí un bellísima versión en VHS, de 1988, gracias a la generosidad de Lucy A. de Ríos.
La peli, de 1942, fue dirigida por Goffredo Alessandrini y producida por Massimo Ferrara-Santa María. Este último fue acusado por el régimen fascista, de Benito Mussolini, de haber hecho -intencionalmente- una película de propaganda antitotalitaria contra aquel régimen. En consecuencia el film fue confiscado por los fascistas y desaparecido hasta que, en 1968, fue redescubirerto por Erika y Henry Mark Holzer. Curiosamente Vittorio, hijo de Il Duce, ayudó a su producción y convenció al ministro de Cultura, Corrado Pavloni, de autorizar la peli. En contraste con la reacción italiana, para Joseph Goebbels, en Berlín, Los que vivimos era muy blanda con los soviéticos a quienes los cineastas alemanes describían como animales inhumanos. El burro hablando de orejas, diría mi abuela. La información para este párrafo la tomé de textos que acompañan los VHS.
La novela y la peli son de gran valor. Según Warren Orbaugh, El propósito principal de las cinco novelas de Ayn Rand –Ideal, Los que Vivimos, Himno, El Manantial, y La Rebelión de Atlas– no fue la conversión filosófica de sus lectores (aunque todas tienen un tema filosófico principal), sino que proyectar y hacer real los caracteres que son los héroes de sus libros. El deseo de hacer visible al hombre ideal fue lo que la llevó a escribir las novelas, y la necesidad de definir lo que hace posible a un hombre ideal, la llevó a formular el contenido filosófico de esas novelas.
Dicho lo anterior, Los que vivimos no sólo es una historia de amor conmovedora, sino que plantea un problema de mucha actualidad: ¿Cómo puede vivir una persona buena, íntegra e independiente en una sociedad maligna?
En 1988, cuando fue lanzada la edición que generosamente me obsequió Lucy…en recuerdo del querido Roberto Bobby Ríos, The Boston Globe publicó que We the Living viene de una época en que las películas no se avergonzaban de ser operáticas, lujuriosas y de pura sangre. Es una mezcla de “Doctor Zhivago” y “A Tale of Two Cities”. En el New York Daily, ike McGrady escribió que “We the Living” califica, en todo aspecto, como un tesoro fílmico. En The New York City Tribune, Nels Ericson escribió que será un crímen que pocas personas vean esta película cuando sea exhibida en la sala de cine de Bleeker St. y en la Carnegie Screening Room; pero es un crimen que esta gran película haya estado escondida y olvidada por cerca de 50 años. Variety opinó que el de We the Living debe ser considerado un redescubrimiento importante; y The Hollywood Reporter recordó que la peli es una denuncia moral del colectivismo, según había explicado Holzer.
Leí el libro y vi la peli hace varios años, y me dan ganas de volver a por lo menos uno de ellos.
Como dato curioso que no tiene nada que ver, pero sí, Rossano Brazzi es el actor que interpreta a Leo Kovelensky en Los que vivimos y protatonizó, en 1975 una película filmada en Guatemala, que se llama El derecho de asilo.