28
Ene 09

La rebelión de Atlas, ¿un Te lo dije?

“La moraleja de La rebelión de Atlas es que, invariablemente, los políticos responden a las crisis –que en muchos casos ellos mismos han creado– mediante el engendro de programas gubernamentales, leyes y regulaciones nuevas. Estas, a su vez, generan más destrucción y pobreza, mismas que inspiran a los políticos a crear más programas…y así la espiral en picada se repite a sí misma hasta que los sectores productivos de la economía colapsan bajo el peso de los impuestos y de otras cargas impuestas en el nombre de la equidad, de la igualdad y de las buenas intenciones”.

Si esta observación de Stephen Moore le parece de actualidad, espere a leer Atlas Shrugged: From Fiction to Facts in 52 Years, publicado en The Wall Street Journal el 9 de enero de 2009. Y antes de leer el artículo, seguramente querrá, usted, ver esta entrevista.

El artículo de Moore explica cómo es que los rescates, los paquetes de estímulo, el gasto público creciente y las normativas con nombres atractivos, entre otras políticas que están de moda ahora, son perturbadoramente parecidas a las que describe Ayn Rand en su novela; y que conducen por “el camino de servidumbre” y al colapso que hace necesaria La Rebelión.

¿Qué tal si las peores pesadillas se hacen realidad? ¿Qué tal si la realidad es peor que la ficción? “Muchos de nosotros, que conocemos el trabajo de Rand, hemos notado que con cada semana que pasa, y con cada plan de rescate y esquema de estímulo que se sucede en Washington, nuestros políticos actuales están cometiendo los mismos actos de locura económica que La rebelión de Atlas hizo parodia en 1957”, advierte Moore.

Moore confía en que todavía es tiempo de detener el hundimiento; si las personas comprenden, entre otras cosas que tarde o temprano todo el gasto en el que se está incurriendo va a tener que ser pagado. Y si comprende que no es necesario cometer errores, para salir de la crisis.

La lectura de La rebelión de Atlas puede ser un remedio que evite un hundimiendo total de la economía; o puede ser un triste te lo dije, luego de que los daños sean irremediables y que los costos se cuenten en términos de vidas humanas destruidas.


15
Ene 09

Desencanto y superficialidad de Vielman

Desencanto, es el título de un artículo en el cual el banquero y periodista, Julio Vielman, intenta desprestigiar al capitalismo laissez-faire y al Objetivismo, mediante maniobras retóricas que involucran las ejecutorias de Alan Greenspan, expresidente de la Reserva Federal de los Estados Unidos de América.
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Vielman se sirve de que Greenspan fue miembro del círculo más cercano a la filósofa Ayn Rand, y luego elabora con humo y espejos para hacer que las cosas parezcan lo que no son. Por ejemplo, el banquero asegura que el Objetivismo se identifica con el pensamiento de Adam Smith “quien 300 años antes, había postulado que los mercados deben ser libres de interferencia para funcionar eficientemente para que el interés propio conduzca al bienestar de todos”.
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Este análisis evidencia la superficialidad de Vielman. La filosofía Objetivista se distingue, sobre muchas otras, porque explica el valor del capitalismo (y del mercado, que es lo que ocurre cuando la gente puede intercambiar su propiedad en ausencia de coacción arbitraria), no en sus resultados accesorios, como sería el bienestar de todos; sino en que es moral, bueno y justo y en que es el único sistema que puede proteger efectivamente la dignidad y la vida de los individuos. Para más sobre este tema, por favor vea este vídeo. El capitalismo es individualista; en tanto que la justificación de Smith es colectivista. El capitalismo es egoísta racional, y la justificación de Smith es altruista. La explicación Objetivista y la justificación de Smith provienen de principios diametralmente opuestos e incompatibles y sólo la superficialidad puede confundirlos. Desde el punto de vista Objetivista, el capitalismo sería moral, bueno y justo, aún cuando no produjera los resultados estupendos que produce en términos de bienestar para todos.
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Así es el tono del resto del artículo de Vielman, que no me tomaría la molestia de comentar, si no fuera porque el autor de Desencanto es de esas gentes de las que se habla tanto.
Vielman cree que se apunta un home run cuando cita a Greenspan como un objetivista decidido a “ser partícipe de los esfuerzos para promover el capitalismo de los mercados libres desde adentro”; y cuando asegura que Greenspan “empujó a ajenos para desmantelar el sistema regulatorio financiero montado desde la Gran Depresión”. Vielman quiere que creamos que Greenspan era un capitalista desregulador. Pero luego, el autor de Desencanto se resbala porque muestra a Greenspan, como era en realidad. Vielman escribe que Greenspan promovía tasas de interés bajas. ¡Y hasta las piedras saben que ni el Objetivismo, ni el capitalismo laissez faire aprueban la promoción de tasas desde un ente regulador! En una economía libre, capitalista, las tasas -que son precios- son el resultado de las millones de transacciones de los actores en el mercado; no de la voluntad el ente regulador, ni el Presidente del ente regulador, a menos que las imponga por la fuerza mediante el uso de su capacidad de regulación. En una economía mercantilista, o socialista, ¡para eso está el regulador; para poner y sugerir precios y para corregir lo que le parece que está mal, aunque distorsione el mercado.
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Greenspan no es un abanderado del capitalismo, ni del Objetivismo; es un portaestandarte del mercantilismo y del mainstream. Servía a los banqueros como Vielman; y más aún, a aquellos que hacen negocios cuando pueden, y si es al amparo del proteccionismo y de los marcos regulatorios, mejor. Los banqueros que Vielman señala en Desencanto, son los que les daban préstamos a los clientes que sólo calificaban porque Greenspan había bajado artificialmente las tasas de interés; y los que generaban inversiones de papel en respuesta a los incentivos que creaban las condiciones fabricadas por la Fed. Vielman es banquero y conoce la importancia que los incentivos tienen en la toma de decisiones. Nada de lo humano debería serle ajeno.
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Vielman afirma que el interés propio puede ser inmoral, y lo dice como que si hubiera descubierto el plutonio, o el agua azucarada. ¡Por supuesto que el interés propio puede ser inmoral, o moral! ¿Quién, entre los objetivistas y los capitalistas laissez faire, ha dicho que el interés propio no puede ser inmoral? De hecho, la inmoralidad, o moralidad del interés propio –o del interés más caritativo– depende de si para su consecución se violan derechos ajenos, o no. Depende de si para su consecución se acude al fraude, o no. Eso no es nuevo; pero nuestro seducido por la superficialidad tendría que ser un poco humilde para darse cuenta de que está pontificando desde sus prejuicios. Y para eso es que los objetivistas y los capitalistas cuentan con la ley; para castigar a los delincuentes y a los que cometen fraudes.
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Greenspan no es un “desregulador par excellence” como afirma Vielman. Fue objetivista en su juventud, creyó estar equivocado, ejerció su derecho a cambiar de opinión, y en su edad madura, cuando llegó al poder, se dedicó a subir y a bajar tasas desde la presidencia de unos de los entes reguladores más poderosos y fabulosos del mundo. Reality bites; y por eso no es extraño que al final de sus días esté convencido de que hay que regular. Lo que sí es extraño, es que un banquero de la talla de don Julio Vielman haya tratado este tema con tanta ligereza.
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Este comentario fue publicado en El Periódico, el 18 de enero de 2009.

10
Nov 08

Un "filósofo", la pasión y la razón

He dicho que me gustan las discusiones racionales y apasionadas; y en respuesta, un anonimista que firma como Filósofo, asegura que cómo puede haber discusiones racionales con apasionamiento eso es absurdo. Desde el momento que una discusion toma pasión (sentimientos) deja de ser objetiva. Es influenciada por la pasión y deja atrás el argumento válido. Esto lo puede ver usted en la entrada titulada S@kis se pegó un patinón.
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Y sostengo que el anonimista está equivocado. El apasionamiento, por cierto, no es un sentimiento; ya que un sentimiento es un estado de ánimo afligido por algo triste y doloroso; en tanto que la pasión -aunque tiene que ver con un padecimiento- también es una afición vehemente. En el contexto de mi propuesta, me gustan las discusiones racionales y vehementes o expresadas con viveza e ímpetu.
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El anonimista toca, sin embargo, un punto que vale la pena explorar con detenimiento. El de la creencia de que la razón y las emociones no son compatibles, o que son excluyentes. Como si la razón tuviera que ser fría, y los sentimientos tuvieran que ser calientitos y peluditos. Como si no hubiera una relación de causalidad entre ambas.
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Las emociones, sin embargo, son los resultados automáticos de los juicios de valor de las personas, integrados por su inconsciente. Las emociones son estimados acerca de aquello que anima los valores de las personas, o de aquello que los amenaza; son estimaciones de aquello que lo beneficia, o lo perjudica. Ya que las personas no traen valores automáticamente, debido a que no tienen ideas innatas, pues así es como no pueden tener juicios de valor automáticos.
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Ayn Rand, en The Objectivist Ethics, de The Virtue of Selfishness, explica claramente esta relación directa que hay entre la razón y las emociones tales como la viveza, el ímpetu o la vehemencia-; relación que podría haber en una discusión racional.
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Explica, ella, que ya que el trabajo de la mente de las personas no es automático, sus valores, así como sus premisas, son el producto ya sea de su pensamiento, o de sus evasiones: las personas eligen sus valores por medio de un proceso de pensamiento -o las aceptan por default, mediante asociaciones inconscientes, mediante la fe, o mediante la autoridad de otros, mediante alguna forma de osmosis social, o por imitación ciega. Las emociones son producidas por las premisas de las personas -sostenidas consciente, o inconscientemente- explicita, o implicitamete.
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En resumen, las emociones son respuestas automáticas sobre personas, cosas, o ideas que ya hemos razonado antes. De ahí que no necesariamente haya divorcio entre razón y emoción.


07
Nov 08

Facta, non verba: leccion para empresaurios y diputíteres

“En Guatemala todo se negocia”.  Lo dijo Alvaro San Nicolás Colom, al explicar que la admnistración socialdemócrata sabía que iba a haber regateo encuanto a bajar el impuesto llamado de solidaridad, y el tributo a la primera matrícula de vehículo.

La notita está en la página 5 de Prensa Libre y no la encontré en su sitio Web.


Este es un buen momento para recordar que en todo diálogo y en todo proceso político se le debería poner atención a algo que escribió la filósofa Ayn Rand en Capitalism: the unknown ideal (Capitalismo: el ideal desconocido). En el capítulo denominado La Anatomía del Compromiso, Rand describe algunas reglas acerca de trabajar con principios en la práctica y acerca de la relación de aquellos con objetivos concretos.


1. En todo conflicto entre dos hombres (o dos grupos) que comparten los mismos principios básicos, gana el más consistente.

2. En toda colaboración entre dos hombres (o grupos) que se apoyan en diferentes principios básicos, es el más maligno, o irracional, es el que gana.

3. Cuando los principios básicos opuestos están abierta y claramente definidos, eso obra en ventaja del lado racional; y cuando no están claramente definidos, sino que están ocultos o difusos, eso obra en ventaja del lado irracional.


24
Oct 08

Luisfi y Jimmy Wales, el fundador de la Wikipedia

I think that blogs do a great job on opinion, dijo ayer Jimmy Wales, fundador de la Wikipedia, en la Universidad Francisco Marroquín donde dio una conferencia sobre su obra y sobre Creative Commons.

¡Wales es extraordinario! ¡Un emprendedor que entiende la naturaleza dispersa del conocimientoy la importancia de la libertad para aprovecharlo, tal y como fue explicado por Friedrich A. Hayek; y que entiende que la realidad no es opcional, como lo ha explicado Ayn Rand!
Su conferencia está disponible aquí; y también usted puede ver una entrevista breve que tuve la oportunidad de hacerle. En ella habla de la influencia de Hayek en su obra; habla sobre la importancia de los incentivos y la de las reglas, sobre el conocimiento y sobre lo que es ser emprendedor, entre otros temas.
Ahora he añadido a Wales a mi lista de héroes, que incluye a Thomas Alva Edison, a Galileo Galilei y a Manuel F. Ayau, entre otros. En la foto estamos Wales y yo, frente a Atlas Libertas, escultura que es una celebración del espíritu emprendedor y de la fuerza creadora del individuo.

01
Sep 08

¿De dónde sale el dinero para la corrupción?

The evil of the world is made possible by nothing but the sanction you give it, dijo Ayn Rand. Lo pongo en inglés porque me gusta la musicalidad de la frase en el idioma de Shakespeare. De igual forma, la corrupción es posible porque la permitimos; y porque la abonamos cuando no cuestionamos para qué van a servir -o si son necesarios, del todo- los impuestos que nos quitan los políticos.

Hoy, por ejemplo, leemos que el derroche del dinero que recibe el Congreso, ha llevado a la crisis financiera al Legislativo. Leemos que se agotan los fondos que tienen por exceso de plazas, debido al clientelismo. Leemos que los favores políticos y el nepotismo engordan las planillas del Congreso.

Yo digo y repito…digo y repito que la administración no debe atreverse a pedir más impuestos a los tributarios hasta que no detenga la corrupción y hasta que no racionalice los gastos. Y no me explico cómo es que hay gente que, ante la evidencia del latrocinio y del desperdicio, se empecina en no cuestionar el cobro abusivo de tributos.


07
Jul 08

Fin de la Objectivist Conference 2008

Anoche concluyó la Objectivist Conference 2008 y hoy voy de vuelta a casa. Como el año pasado, la Conferencia fue un boot camp intelectual cargado de ideas sobre ética, filosofía, historia, arte, política, economía, educación y demás.

Adicionalmente uno conoce gente muy agradable y cariñosa en un ambiente de verdadero compromiso con la libertad.

¿Cuáles fueron mis tres conferencias favoritas?

Culture Movement: Creating Change, por Yaron Brook y Onkar Ghate

The Menace of Pragmatism, por Tara Smith

Ayn Rand Contra Nietzsche, por John Ridpath

¿Cuáles fueron mis cursos favoritos?

The Triumph and Tragedy of the Oil Industry, por Alex Epstein

Motivation and Pedagogy: Facilitating the Childhood Choice to Know, por Ray Girn

Rome´s Punic Wars: Three Victories and Their Lessons, por John Lewis


03
Jul 08

Breve reporte de la Objectivist Conference 2008

Durante la Objectivist Conference 2008, las reuniones de hoy fueron de lo mejor. Tara Smith habló sobre The Menace of Pragmatism; y hubo una Leonard Peikoff se lució en una sesión de preguntas y respuestas. También hubo una visita a la sede del Ayn Rand Institute en donde vimos una exhibición de objetos personales, fotografías, documentos y manuscritos de Rand.

Anoche hubo una sesión con Dina Schein Federman titulada Ayn Rand as Intellectual Activist, que estuvo muy informativa y agradable.

Ya terminamos la primera parte de la Conferencia; y para la semana entrante, aparte de las sesiones generales elegí cambiar el curso sobre calentamiento global, por uno sobre las guerras púnicas. También tomaré uno sobre el Islam.


27
Jun 08

¡Rumbo a la Objectivist Conference 2008!

Dentro de unas horas iré en camino a la Objectivist Conference 2008. El año pasado la Conferencia fue una experiencia intelectual enriquecedora y muy agradable; y el programa de 2008 amenaza con no quedarse atrás.

La Conferencia es organizada por el Ayn Rand Institute, que es dirigido por Yaron Brook. En esta conversación, Brook habla sobre el capitalismo, sobre la importancia de la defensa moral del capitalismo, sobre el interés propio, sobre los emprendedores como héroes y sobre otros temas.


20
Jun 08

Advertencia oportuna

“Ante la situación que afronta nuestra sociedad, nunca fueron más oportunas las palabras de Ayn Rand en su novela La Rebelión del Atlas, publicada en 1950. “Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos, sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar —sin temor a equivocarse— que su sociedad está condenada”. Reflexionemos”.

Esta nota fue publicada por Fernando Castillo Herrarte, en Prensa Libre; y la reproduzco por atinada y porque menciona a mi filósofa favorita.