Me gusta repasar los consejos para el Año Nuevo, por Benjamin Franklin. Por supuesto que no estoy seguro de si yo podría practicarlas todas; porque si bien es cierto que ya hace añales que no bebo hasta la ebriedad, muchas veces como más de lo necesario. Y lo de la castidad, vamos, eso ¡ni siquiera debería estar incluido! Y en cuanto a la humildad, me inclino por la de carácter socrático-hayekiano, que por la cristiana-altruista.
Si tuviera que elegir tres que necesito practicar urgentemente, esas serían: resolución, frugalidad y serenidad.
Las 13 virtudes de Franklin, son:
Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.
Silencio. No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.
Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.
Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.
Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.
Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.
Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.
Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.
Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.
Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo ni en la ropa ni en la vivienda.
Serenidad: No te dejes alterar por nimiedades, ni por accidentes comunes o inevitables.
…y los últimos dos habría que discutirlos:
Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona.
Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.