El régimen de China Continental anunció la apertura de su primer museo dedicado íntegramente al marxismo, en el que serán exhibidos los documentos de aquella ideología, difundida en aquel país en los últimos años.
¡Al fin!, el marxismo está encáminandose a donde corresponde: a museos; junto a las momias y junto a las cosas viejas, obsoletas y anacrónicas.
Lástima que los museos chinos del marxismo sólo sean para documentos; porque yo diría que serían más educativos si fueran como el Museo del Holocausto. Un museo del marxismo que mostrara los campos de concentración y de trabajos forzados, las clínicas psiquiátricas para disidentes, las hambrunas, las largas colas de gente desesperada, los millones y millones de muertos, las deportaciones, y otros fenómenos que suélen perdonárseles a los marxistas leninistas, maoistas, o de otros colores.
