Murales perdidos de Panajachel

 

El Hotel Casa Contenta, en Panajachel, fue ejemplo de la arquitectura y la estética de su época entre neocolonial y ubiquista. Además, muy marcado por las preferencias de mi bisabuela, Adela, que fue su propietaria. Los murales del bar eran magíficos pero se perdieron para siempre.

Entre las botellas que hay al fondo logré identificar una de Anís del Mono, y una de Benedictine.

Los mismos artesanos que trabajaron la ebanisteria en el Palacio Nacional trabajaron en el comedor y el bar de aquel establecimiento legendario; y muestras de esa misma estética se encuentran en la sede de la Fuerza Aérea Guatemalteca (que era el aeropuerto viejo de la ciudad de Guatemala). Los motivos en las puertas, los artesonados, las lámparas y los muebles del hotel eran exquisitos, igual que la herrería.  En algún momento de los años 40 el fotógrafo guatemalteco Lionel Stein tomó fotografías para publicidad del hotel y dos negativos de esa serie de fotos llegaron a mis manos. Ambas fotos muestran no sólo el mobiliario y la barra de la cantina (mi bisabuela le decía cantina, al bar); sino que lucen los magnificos murales que adornaban el lugar y que se estropearon para el terremoto de 1976.

Me gustaría mucho saber quién fue el autor de aquellas bellezas.  Lástima que quienes podrian saber, mi bisabuela, Adela; mi abuela, Frances, o mi tía abuela, Adelita ya fallecieron; y he buscado y rebuscado en Internet, pero no hay modo.  Es una lástima que no se recuerde al muralista con admiración y algo de cariño.

El mural grande muestra tres personas en un cayuco, un buey acarreando una carreta con bananos, dos personas llevando piezas de alfarería, un transporte colectivo propio de aquellos años, dos mujeres caminando. y un hombre durmiendo. De niño me caía muy en gracia el cerdo que va corriendo. En esa foto, a mano derecha, se ve un arco y detrás de él estaba la famosa marimba de Mami, mi bisabuela.  

En la foto siguiente, sobre tres arcos, hay tres escenas distintas: turistas en la playa, un turista fotografiando a dos personas y turistas de paseo.

El ambiente del bar era muy elegante.

Por suerte hay una foto mía y de mi papá en aquella barra, pero lástima que mi padre sale con cara de vaya uno a saber qué. Esos eran tiempos en los que las fotos salian como salían y ya.  Sin embargo, hay otra foto de ambos en el piano que se ve en la foto de los tres arcos. 

Ni mi padre, Luis Figueroa Ch. ni yo tocábamos el piano.

La siguiente foto es del mural que muestra un baile de moros y a invitados que participaron en la fiesta de cumpleaños de mi bisabuela, el 20 de abril de 1947.

Los cumpleaños de Mami se celebraban a medio dia y en la noche con familia, amigos y huéspedes del hotel.

Arcafilmlab hizo muy buen trabajo en rescatar los negativos y hacerme viajar en el tiempo con las dos fotos del bar.

Comments

comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*
Para demostrar que eres una persona (no un script de spam), escribe la palabra Anti-spam que se muestra en la imagen.
Anti-Spam Image

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.