Qué desperdicio haber perdido a Mussolini. Es un hombre de primera que hubiera llevado a nuestro partido al poder en Italia, dijo Vladimir Lenin en 1922. Y un año antes, el Duce había declarado: Entre nosotros y los comunistas no hay afinidades políticas pero hay afinidades intelectuales. Como ustedes, consideramos necesario un Estado centralizado y unitario que imponga una disciplina de hierro a todas las personas. Con esta diferencia: que ustedes llegan a esta conclusión por la vía de la lucha de clases, y nosotros por la vía del concepto de nación.
Vamos a suponer que Lenin y Mussolini sabían de lo que estaban hablando; y el que tenga ojos, que lea; porque en estos días en los que -como dice mi cuate Jose Benegas- hasta los terroristas nos amonestan y nos dicen que no pongamos los codos sobre la mesa, es muy útil conocer la relación que hay entre estatismos y colectivismos como el socialismo, el fascismo y el comunismo. No como etiquetas; sino como conceptos que tienen dimensiones filosóficas, éticas, jurídicas, económicas y políticas.
Un concepto, ¿sabes?, es una abstracción que nos sirve para clasificar e integrar las experiencias que tenemos en nuestros entornos. Cuando se usan a modo de etiquetas, por decir algo, más que adjetivos son predicados del sujeto.
¡Feliz domingo!
Si no tratamos de entender otros conceptos aunque sea algo con lo que no estamos de acuerdo, no sabemos como defender nuestras ideas.