Para nosotros -en casa y siempre- la nochebuena y otras fiestas no se tratan sólo de cocinar, sino de cocinar con raíces y buenos recuerdos y anécdotas. Se trata de cocinar con carácter y con amor rodeados de familia y amigos.
Anoche no fue la excepción y disfrutamos mucho del cariño; pero también de los aromas y de los sabores, de las texturas y de los colores, y de la pólvora. Cenamos pavo relleno con la receta que lleva cuatro generaciones en mi familia porque era la de mi bisabuela, Adela y pasará a la quinta; acompañado por la ensalada Waldorf que hacía mi abuela, Frances. También hubo ponche y caponata hechos por Raúl. Para nosotros, y a pesar de lo delicioso que nos sale, el pavo principalmente es un vehículo para que haya relleno y para hacer caldo de huevos.
En casa, la nochebuena es la celebración del solsticio de invierno esos días en los que -aunque aquí no lo notemos- en el norte las noches empiezan a hacerse más cortas y empieza a volver la luz. En ese contexto los recuerdos y las tradiciones son muy importantes; por eso en casa no faltan mi tortuga y chinchines de cuando celebrábamos en casa de mi abuelita Juanita y de mi tía abuela, la Mamita. Por eso siempre contamos anécdotas de las fiestas en casa de mis padres.
Dicho lo anterior, algo que gozo mucho en esta fiesta es la pirotécnia. Anoche empezó a intensificarse a las 11:45 y concluyó pasadas las 00:30. Lo diferente fue que pasadas las 11:15 un neblina espesa, que viajaba rápidamente, se dejó venir desde la costa sur y cubrió la ciudad. Desde casa no se veían los edificios de enfrente ni se vió el coheterío tradicional de la nochebuena chapina.
@luisficarpediem Para nosotros no se trata solo de cocinar, sino de cocinar con raices y buenos recuerdos y anécdotas. Se trata de cocinar con carácter…y amor #nochebuena #cena #tradicion #navidad #luisfi61 #fiesta
Con todo y todo se vieron los fuegos artificiales más cercanos y en un momento sólo la Luna y Júpiter aparecieron tímidamente en el cielo oscuro.
Como en otros años, en casa hubo open house y nos visitaron familia y amigos. Siempre es grato compartir y reírnos, recordar y reírnos, celebrar y reírnos. Y comer, claro.
Hoy en la mañana desayunamos nuestros tradicionales tamal colorado y tamal negro. Esta vez acompañados por un stollen y un pescado de canillita de leche que estaba riquísimo; y yo, por supuesto, con buen café y algo de ponche frío, que a mí me gusta frío.
@luisficarpediem La coheteria tradicional de la navidad chapina fue opacada por una neblina espesa que se dejó venir desde la costa sur. Al final Júpiter fue testigo #navidad #guatemala #fuegosartificiales #tradicion #nochebuena
Los tamales, algo serio
¡Quienes me conocen se han de imaginar lo que gozo cuando abro las hojas de maxán y me encuentro con los colores brillantes de los tamales, que son delicias de la cocina guatemalteca! Al mismo tiempo, los aromas intensos de los tamales colorados y negros invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por un laberinto de recuerdos y alegrías. El momento culminante es cuando la masa gentil y el recado glorioso llegan a mi paladar.
Quienes visitan este espacio, desde hace tiempo, saben que valor mucho las tradiciones como formas de mantener puentes con los recuerdos, el pasado y con quienes nos precedieron; así como con el futuro y quienes nos sucederán.
En ese laberinto de recuerdos, tengo la dicha de acordarme muy bien de los tamales de mi bisabuela, Mami; y de los de mi tía Baby. Y los pequeños, de 2 x 2 pulgadas y perfectamente doblados que mi tía abuela, La mamita, nos hacía a los niños. Desde hace tres años nos hace los tamales Madame Tso, la señora que nos cuida en casa y realmente son estupendos.
Los tamales de Nochebuena, en Guatemala, son colorados y negros. Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolí) y, en el caso de los negros, con chocolate y anís. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, gallina y pollo e incluso de res. Eso sí a mí me gustan más los de cerdo, y los de pato. En ciertas regiones -especialmente en la Costa Sur- no se usa el recado del altiplano, sino una especie de mole.
Los tamales tienen raíces precolombinas, y fueron elevados a la décima potencia cuando se le añadieron ingrediente de Occidente. Del Nuevo Mundo son el maíz, los tomates, los chiles, y las hojas de maxán en las que son envueltos. Los tamales negros, además, llevan chocolate. Del Viejo Mundo son las almendras, las pasas y las ciruelas.
@luisficarpediem ¡Quienes me conocen se han de imaginar lo que gozo cuando abro las hojas de maxán y me encuentro con los colores brillantes de los tamales, que son delicias de la cocina guatemalteca! Al mismo tiempo, los aromas intensos de los tamales colorados y negros invaden mi cuerpo y mi mente y me llevan por un laberinto de recuerdos y alegrías. El momento culminante. El 25 desayunamos tamales, stollen, pescado de canillita de leche, ponche y café #navidad #tradicion #tamales #ponche #luisfi61 #desayuno #breakfast
La gracia de los tamales no está sólo en la masa y en el recado, sino en la forma de envolverlos y amarrarlos. Son una experiencia para todos los sentido. Un tamal que no ha sido envuelto y amarrado elegante y apropiadamente pierde algo de su encanto. A mí, por cierto, me gustan más grandes que pequeños, y me gusta que la masa no sea muy espesa.
Hacer tamales es algo muy elaborado. Hay que lavar y asar las hojas. La masa tiene su propia ciencia y es cocida tres veces de tres formas distintas. El recado lleva varios ingredientes que hay que asar y sazonar con mucho talento. Como siempre, el éxito de un tamal se halla en el balance de ingredientes, en la calidad de los mismos y en la pasión que se pone en ellos.