India, China y Rusia, la diplomacia de las vacunas

Circulan imágenes de cementerios y morgues en India, a causa de los muertos por covid-19, del mismo modo en que, el año pasado, circulaban imágenes de muertos en las calles de Ecuador por la misma causa.

El tema me llamó la atención en el contexto del ambiente de miedo y de temores que rodea al covid-19; y por la diplomacia de las vacunas que ha encontrado, en Guatemala y en Latinoamérica, un ambiente propicio para su desarrollo.

La imagen es de Soy 502.

Según la nota de India, se observa la urgencia de las autoridades sanitarias de cremar los cuerpos de las personas fallecidas en una situación sin precedentes.  En las entradas de los sitios para cremación, se observan largas filas de cadáveres a espera de este proceso.  Diariamente en India se registran 2,767 muertos.

Lo curioso es que, en marzo pasado, Guatemala recibió -del gobierno de India- un lote de 200 mil dosis de vacunas elaboradas con licencia de Astra Zeneca. No es ser malagradecido; pero…¿antes de andar regalando vacunas por ahí. los gobiernos deberían, o no asegurarse que sus poblaciones sean vacunadas con prioridad?  Digo, para evitar crisis como la que está de moda compartir en redes sociales. La donación india contrasta con la que hizo el gobierno de Israel, país que -para febrero pasado- era el país con más vacunas per capita, del mundo; y que, hasta ayer, había vacunado a más del 62% de su población. Con ese nivel de responsables para con sus tributarios y electores, el gobierno de israelí puede darse el lujo de regalar vacunas a países con gobiernos menos responsables.

La donación india responde a una práctica conocida como diplomacia de las vacunas; y los peligros de dicha práctica, ya había sido advertida: El gobierno de la India ha estado suministrando a países de todo el mundo dosis gratuitas de vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, existe cierta preocupación de que esta “diplomacia de las vacunas” tenga un costo para los indios vulnerables, dice un artículo de la Deutsche Welle, de febrero pasado.  Vaccine maitri o amistad de las vacunas es el. nombre que el gobierno de India da a su política que la hace ver como la farmacia del mundo. Dicha política es cuestionada porque el gobierno indio no ha sido capaz de acerlerar la vacunación doméstica. El gobierno justifica las donaciones, en relación con la demanda local, porque las vacunas producidas no puedes ser aprovechadas, todas a la vez, y tienen un tiempo limitado de vigencia.

India no es el único país que practica la diplomacia de las vacunas. La República Popular de China -que compite con India por influencia en el sureste de Asia, y trata de comprar a los amigos de Taiwán- también regala vacunas a cambio de influencia, o de amistad. En marzo pasado, El Salvador recibió un millón de vacunas enviadas por el régimen de Pekín.

La diferencia con India, sin embargo, es que en China popular parece que todo pasó sin que pasara nada, desde enero pasado. Un año después de los primeros casos, en Wuhan la vida es normal.  El Partido Comunista Chino puede darse el lujo de hacer avanzar su agenda y aumentar su influencia por medio de la diplomacia de la vacuna porque, aparentemente, en China ni el virus, ni la enfermedad son problemas.

La lógica de la diplomacia de las vacunas muestra que China tiene muy cuenta los incentivos políticos y que usa las vacunas como herramientas para reforzar sus relaciones establecidas y capitalizar nuevas oportunidades, dice un reportaje de The Diplomat. En el norte de África, Argelia no pagó un centavo por las vacunas chinas que llegaron en marzo; pero ofreció apoyar los intereses centrales de Pekín y oponerse a la interferencia en sus asuntos internos, lenguaje que China ha utilizado para defenderse de las críticas sobre la autonomía de Hong Kong y las acusaciones de abusos a los derechos humanos en Xinjiang, según NBC News.

Rusia, por supuesto, no podía quedarse fuera de la diplomacia de las vacunas; y Guatemala ya recibió el primer lote de Sputnik V.  Russia ha vendido, o regalado vacunas a unos 22 países.  En enero pasado, según un reportaje de NBC News,  luego de venderle 5.2 millones de vacunas al gobierno de Bolivia, Vladimir Putin estaba discutiendo temas tan variados como la construcción de una planta nuclear, la minería de lítio y la la explotación de gas natural. No se equivoca, el ministro francés de Relaciones Exteriores al reprocharle a Rusia que haya convertido su vacuna Sputnik V en una herramienta de propaganda.

No es ser malagradecido, repito. Las únicas vacunas que han venido son gracias a Israel e India; pero para los guatemaltecos no está de más saber que, así como la guerra fría y la guerra perdida contra las drogas se libraron y se libran en nuestro territorio y con nuestra gente, también la diplomacia de las vacunas encontró un ambiente propicio aquí.

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