Pues, ¿cómo iba a ser de otra forma en casa? ¿Cómo celebramos el Día de Pi, que en inglés se escribe Pi Day y se pronuncia Pay Dey? Pues hicimos un pay de manzanas.
El espíritu festivo estuvo algo empañado porque, en Guatemala, hoy fue el primer día de encierro a causa del coronavirus. Es, sin embargo, la oportunidad que nos da la historia para comprobar de qué estamos hechos.
Dicho lo anterior, yo, que perdí la clase de matemáticas consistentemente durante toda la secundaria (y en Quinto de bachillerato la gané raspado) festejo el Pi Day por tres razones: conmemora el nacimiento de Albert Einstein, la muerte de Karl Marx y es una celebración de la razón y la ciencia. ¿Cómo no vamos a celebrar algo así en casa, aún a las puertas de la incertidumbre y a la vista de nubarrones oscuros para la libertad?
El Día de π se lo dedico a los buenos maestros de matemáticas que tuve -y no supe aprovechar-; y a los malos maestros de matemáticas que tuve, sólo para que vean que no les guardo rencor. Se lo dedico a las víctimas del comunismo (que se cuentan por millones y millones).
El pay de manzanas es una de las especialidades de mi madre y es uno de los que más nos gusta en casa; así que aprovechando que vino a almorzar, ¡horneamos un pay! Así que L`chaim.