A un costo de Q2.4 millones, Alvaro Arzú construirá una ciclovía que se supone que funcionará a toda hora y que usarán 2 mil personas. La ciclovía del dios del Palacio de la loba se supone que reducirá el tránsito vehicular, incentivará el deporte, protegerá el ambiente y mejorará la salud. Correrá del Hipódromo del Norte al Hipódromo del Sur (que ya no existen).
Yo digo que la ciclovía le conseguirá al Alcalde capitalino algún tipo de premio…y hará las calles más hostiles para los usuarios de otro tipo de vehículos.
Que conste, eso sí, que yo me movilizo en bicicleta con mucha frecuencia. Que conste que a los pilotos de autobuses que me pasan innecesariamente cerca, o me bocinan con violencia, les he deseado el mal.
El problema de la ciclovía de Arzú es que, cuando uno anda en bicicleta, uno no puede llevar ni traer su computadora por temor a que se la roben. En bicicleta, los usuarios están más vulnerables que en sus automoviles, por ejemplo. ¿Qué usuario de automóvil va a dejar de usarlo, para irse en bicicleta, si está más vulnerable a que le roben el teléfono, el reloj, o la bicicleta?
La inseguridad ciudadana, Alcalde, ¡ese es el problema! Su ciclovía será muy bonita y todo; pero si uno no puede llegar a ella sin ser asaltado; y si uno no puede circular por ella, sin ser asaltado, ¿de dónde saca usted que va a ser bien aprovechada? Será una via privilegiada, como la de su Metrobús; y, a usted, le conseguirá algún tipo de premio verde. Pero, a la larga, y una vez más, usted está poniendo la carreta antes que los bueyes y a un costo que pagarán los que no gozarán del privilegio…ni del premio.