Estoy de acuerdo con los obispos

¡Vaya!, estoy de acuerdo con la dirigencia de la Iglesia Católica: la ciudadanía debe participar en la vida social y política del país.  Claro que participar en la vida social y política no quiere decir, necesariamente, involucrarse en la política partidista.  Pero sí quiere decir hacerse responsable.

Estoy convencido de que la responsabilidad que nos toca a los guatemaltecos en este momento histórico particular es la de evitar que  los pipoldermos continúen al frente de la Administración.

Los Colom tienen razones muy poderosas para querer quedarse en el poder, casi a cualquier costo:

1. Se perdería toda a buena obra que están haciendo. Léase esto, claro, con ironía.

2. Desaparecería su organización política como se extinguieron, o se están extinguiendo, la Gran Alianza Nacional, el Frente Republicano Guatemalteco, el Partido de Avanzada Nacional, el Movimiento de Acción Solidaria y la Democracia Cristiana Guatemalteca, partidos todos que estuvieron en el poder y que perdieron la confianza de los electores.

3. Luego de los antecedentes con Alfonso Portillo, Paco Reyes, y otros funcionarios del desmadre eferregista, que fueron procesados y guardaron (o guardan prisión), la actual administración ya está advertida. Aquellos que usan los despachos a su cargo, y el dinero de los contribuyentes, como si fuera su cajero automático, corren el riesgo de tener que vestir trajes a rayas. Alfonso Portillo, por ejemplo, tiene cuentas pendientes en tribunales de Nueva York y de Francia.

Esas tres amenazas son suficientes para espantar a casi cualquier funcionario es esta administración y para incentivar a la cúpula a hacer todo lo que sea necesario para no quedar vulnerables y apartados del poder.

Ya les fracasó cualquiera que fueran la estrategia que estaban fraguando en el Registro Nacional de Personas y con el Padrón Electoral.  Les fracasó la que estaban fraguando con el Transurbano.  La estrategia de crear inseguridad está siendo expuesta.  ¿Que vendrá de nuevo?

Nuestra oportunidad más seria es la que tendremos el 11 de septiembre.  En esa ocasión, lo que hay que hacer es votar contra la Unidad Nacional  de la Esperanza y el oficialismo.  Hay que sacarlos a sombrerazos.  Después, recogeremos los pedazos y reconstruiremos el país como ya lo hemos hecho otras veces.

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