Pavel Pavlik Mórozov era el prototipo de héroe soviético: A la edad de 13 años Pavlik era dirigente de Los jóvenes pioneros y denunció a su padre, por alta traición, ante las la policía secreta. Aparentemente el padre de Pavlik colaboraba con los enemigos del estado. Por la denuncia fue sentenciado a 10 años de trabajos forzados y no se sabe si sobrevivió al castigo. En respuesta a su denuncia, Pavlik fue asesinado por su propia familia y los soviéticos lo convirtieron en mártir y héroe.
El mensaje era claro: Oponerse al los designios de los políticos que controlaban el estado es malo; y el estado está antes que cualquiera otra cosa, incluida tu familia.
En esa historia pensé cuando leí que un empleado de la empresa FedEx, de Palm Beach County, en Florida, llamó a la Policía para que capturara a un grupo de guatemaltecos cuando llegaron a recoger su pasaporte. Y claro que existen leyes migratorias, y claro que hay que cumplirlas; pero hay que tomar en cuenta que el delito migratorio no es un delito intrínsecamente inmoral o delicta mala in se, como se dice en la doctrina del Derecho. Es un delito sólo porque pasar fronteras sin documentos válidos está prohibido por la ley positiva o delicta mala quia prohibita. El asesinato y el robo son delitos intrínsecamente inmorales porque violan derechos ajenos como el derecho a la vida y el derecho de propiedad; pero eso no ocurre con el delito migratorio.
Denunciar emigrantes, entonces, no tiene las mismas implicaciones morales que las que tiene denunciar ladrones, o denunciar asesinos. Empero, parece que el empleado abrió el fardo con pasaportes sin contar con la orden de un juez y no siguió los procedimientos. A mí me recordó la historia de Pavlik porque este es el caso de una persona que no duda en estropear vidas humanas, con tal de colaborar con los designios del estado.
El caso también me pone a pensar en la hipocresía de las autoridades chapinas y de la opinión pública. El Ministerio de Relaciones Exteriores prescindió de FedEx para el traslado de correspondencia oficial; y a mí, eso me parece una decisión atinada. La doble moral, sin embargo, está en el hecho de que en Guatemala, la administración también persigue a los emigrantes ilegales. Aquí se persigue, se encierra, se maltrata, se humilla y se deporta a centroamericanos, sudamericanos y asiáticos que salen de sus países y pasan por el nuestro en busca de una vida mejor. Eso sí…cuando es a un guatemalteco al que le hacen lo que aquí se les hace a otros, entonces sí se arma un alboroto.
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