La increíble Carrera de las animas

Allá por 1986 visité Todos Santos Cuchumatán para la fiesta de todos los santos, el 1 de noviembre. Con un grupo de amigos viajamos hasta Quetzaltenango, donde pasamos la noche, y de ahí agarramos para Huehuetenango y para Todos Santos. El camino fue espectacular y también todo el viaje. Pero nada nos había preparado para lo que vimos en aquella población.

Por supuesto que lo primero que deja boquiabierto es el colorido de los trajes típicos de Todos Santos; pero luego…casi todo el pueblo estaba borracho. Hombres, mujeres, ancianos, y preadolescentes estaban ebrios. Había varias marimbas en las calles y mucha gente bailaba más de forma ritual, que de forma lúdica. Nosotros compramos nuestro pulmón de aguardiente y disfrutamos de la fiesta. Un pulmón, por cierto, es un litro que viene en un envase que asemeja, precisamente, un pulmón.

Lo más impresionante, sin embargo, es ese rito que se conoce como La carera de las ánimas. Un reportaje nos cuenta que en la carrera cuelgan un gallo de las patas en un extremo de la pista, para que el montador más audaz le arranque la cabeza y luego ofrezca la sangre del animal a la madre tierra. Aparte de eso, la carrera constituye una forma de demostrar valor y coraje. Cada jinete alquila su caballo por Q1 mil. Aparte, desde el velatorio comienza el consumo de bebidas embriagantes. “Muchos participan ebrios en la cabalgata, y si alguien pierde la vida es señal de que será un buen año”.

Juan Mendoza, ex jinete que participó en varias ocasiones en aquella actividad, el ritual representa un orgullo para cualquier todosantero, porque es un sacrificio para los ancestros. “El jinete que sacrifica su vida, su nombre forma parte de la historia de las tradiciones del pueblo. Esa acción deja claro de dónde venimos”, explico.

Cuando visité Todos Santos, en aquella ocasión, vi caer varios jinetes, pero no vi muerto alguno; y claro que vi al gallo colgado.

El Todos Santos de ahora es bastante distinto al de 1986; pero estoy seguro de que la celebración del 1 de noviembre será algo inolvidable para quienes tengan la oportunidad de vivirla.

La foto es por Mike Castillo, de Prensa Libre.

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2 comments

  1. Es una tradición que siempre he querido ver, quizá algún día…Lo triste de todo esto es la suerte del gallo.. snif, pobrecito.Y bueee, me hiciste recordar una Semana Santa en Nebaj, en 1980… todo el mundo estaba momo y el ambiente de marimba y de baile más bien ritual, tal y como describes en tu experiencia.Apapachos

  2. Luis, ¿Cómo era el rollo por esas fechas con la guerrilla y el ejército?Estuve en Todos Santos en el 2004 pero no para el 1 de nov. Sin embargo coincidimos con "La fiesta del Agua", lo mismo… una marimba, la gente con una buena pichinga bailando solos o en parejas pero no mixtos sino hombre con hombre y mujer con mujer. Todo parecía ser por una fiesta de carácter muy místico y entendíamos que era por el elemento: El Agua.(al final nos explicaron… era la fiesta del agua porque el alcalde acababa de inauguarar un chorro en ese barrio).