12
Dic 08

Fiesta en La Villa de Guadalupe

Mi barrio, que es la antigua Villa de Guadalupe -contigua a la ciudad de Guatemala- está de fiesta hoy y mañana. Las calles están llenas de gente que acompaña a la procesión de la Virgen de Guadalupe; y todo el barrio huele a pólvora, a incienso y a golosinas. La música de la banda se escucha unas veces cerca y otras veces lejos, porque la procesión zigzaguea por calles y avenidas.

A pesar de que La Villa ha sido egullida por la ciudad, el barrio conserva su carácter de pueblerino y parroquial. Si uno camina en una tarde cualquiera, se siente el olor a leña y a tortillas en el comal que sale de todas partes. La gente saluda cuando lo encuentra a uno en la calle y muchas casas conservan su arquitectura decimonónica que contrasta con la de los nuevos edificios que pueblan el lugar.

La Villa de Guadalupe es un barrio con personalidad; y por eso me da rabia que delincuentes motorizados estén estropeando el lugar! En noches como la de hoy, ¿por qué no iba a poder, uno, disfrutar de la fiesta popular y caminar por las calles? ¿Por qué no iba a poder, uno, salir de su casa sin temor?


12
Dic 08

Convivio y caballos andaluces

Con una interesante mezcla de personajes de las faunas artística, intelectual y diplomática fue celebrado el convivo de fin de año del programa Libre Encuentro. Dicho programa es un espacio independiente de opinión, análisis e información, que promueve el dialogo, la reflexión y la discusión. Y me dió mucho gusto que su director, Dionisio Gutiérrez, tuviera la gentileza de invitar a un grupo de estudiantes a los que les tengo mucho cariño y respeto; no sólo por sus dotes académicas, sino por su calidad humana, sus inquietudes cívicas y su compromiso con la filosofía de la libertad.

En su columna de hoy, Ramón Parellada hace una relación de esa fiesta, que francamente, fue una reunión de talentos extraordinaria; pero, además, el convivio incluyó una impresionante demostración hípica, protagonizada por magníficos ejemplares de la caballería andaluza y por sus jinetes ataviados con trajes goyescos. El vídeo no le hace mucha justicia al espectáculo; pero alguna idea da de la majestuosidad de aquellos caballos.

Durante cerca de 8 años fui escritor y conductor invitado en Libre Encuentro y siempre guardo buenos recuerdos de esa aventura y de lo mucho que ahí aprendí.


12
Dic 08

Delincuentes en moto

Vivo a escasas cinco cuadras de la casa de mi madre, en donde viven mi hermana y dos de mis sobrinos. Y no es extraño, porque nos gusta y porque la ruta es agradable, que ellos y yo caminemos cuando nos visitamos. De hecho, antes que tomar el carro -que me llevaría por una ruta más larga y por el tráfico- yo prefiero caminar.

Sin embargo, el jueves pasado un vecino contó que a dos cuadras de la casa había sido asaltado cuando, en vez de usar su carro para ir a una reunión ahí cerca, optó por caminar.

Ayer leí que a en el barrio, hombres en motocicletas se dedican a robar computadoras y teléfonos móviles,} durante los atascos del tráfico.

¡Y lo que me ha puesto como la chingada!: el martes, mi socio y uno de mis sobrinos por poco son asaltados -por dos sujetos en moto- cuando venían a mi casa y según ellos disfrutaban de un paseo agradable. Sólo la astucia de mi socio frustró el asalto y evitó el peligro.

Según una advertencia que la embajada de los Estados Unidos de América le ha hecho a los miembros de su comunidad: los robos han aumentado en mi vecindario; uno no debe dejar su automóvil estacionado en la calle; hay que evitar caminar de noche por la ciudad; y no hay que llevar computadoras, teléfonos móviles ni joyas.

¿Y qué tiene que hacer uno? ¿No salir de su casa?


11
Dic 08

Lo bueno, lo malo y lo feo

Lo bueno es que no procede la indemnización de Q460 mil que exige José Conde, el exdirector financiero del Congreso y prófugo por el desvío de Q82.8 millones de ese organismo. Ese desvío fue el que causó la defenestración de Eduardo Meyer, expresidente oficialiste del Congreso. Lo bueno, también, es que por incumplimiento de labores el directivo de los burócratas magisteriales, Joviel Acevedo fue destituido judicialmente y que tendrá que devolver los salarios que devengó mientras no cumplía con dar clases.

Lo malo es que Carlos Castresana, jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala -entre otros-, cree que a la delincuencia y se la combate con pactos y con cambiar las leyes que existen. Yo, en cambio, creo que lo que habría que hacer es aplicar la ley que ya existe. Sostengo que contra la criminalidad, la certidumbre de que los delincuentes van a enfrentar las consecuencias legales de sus acciones es mucho más importante que la severidad de las penas que no se aplican, y la coherencia de códigos que no son tomados en serio. Creo que a la administración socialdemócrata no le hace falta un pacto para combatir a la delincuencia. Lo que le falta es autoridad moral.

Lo feo es que más de 2000 armas de la Policía Nacional Civil han desaparecido. Y me pregunto: si las armas se le desaparecen a la Policía, ¿en manos de quiénes estamos? Y me pregunto: Si se aprueba una ley de armas restrictiva. quines se robaron aquellas armas de la PNC, ¿las irán a devolver?


10
Dic 08

Paellada en la fiesta de Concepción Reyes

Con una majestuosa paella, preparada por mis amigos Ramón y Mercedes, empezaron las festividades chapinas de Concepción Reyes.

Ramón y Mercedes se lucieron, no sólo con la citada paella, sino con una reunión calurosa entre amigos. Uno de esos encuentros que lo llevan a uno a tiempos y a espacios familiares, donde lo que es bueno y lo que es bello (…y lo que es sabroso) son las notas que unen y animan.

Hacer una buena paella no es fácil; pero hay dos secretos que ayudan: El primero, es usar ingredientes frescos, y era evidente que esta los tenía. El segundo, está relacionado con la preparación cuidadosa del caldo con el que se cuece el arroz, y sin duda, la intensidad del sabor de esta paella, delataban que el caldo había sido preparado ¡como debe ser! La paella del sábado fue un gozo delicioso.

Mi padre, por cierto, preparaba una pella magnífica; y cuando la hacía, los niños lo ayudabamos. Lo hacíamos cuando lo acompañabamos al Mercado de La Placita a comprar ingredientes, y lo hacíamos cuando nos ponía a pelar calamares y a limpiar almejas. Y bueno…aunque tengo más de 5 años de no hacer una, mi paella es muy buena, también.

Para los no iniciados, es útil aclarar que la festividad chapina de Concepción Reyes tiene mucha raigambre. Comienza en el día de la Quema del Diablo, directamente relacionada con la celebración de la Inmaculada Concepción, el 7 de diciembre; y termina el 6 de enero, para la fiesta de Reyes. Una versión más corta es la Guadalupe Reyes que empieza el día de Guadalupe, o sea el 12 de diciembre, y termina en el citado 6 de enero.

Durante Concepción Reyes se come y se bebe -a diario- en compañía de familiares, amigos, colegas, clientes, proveedores. Generalmente hay más de una de esas reuniones en el día; y los chapines les damos el nombre de convivios.

Este año, la paellada de la víspera del día de la Quema del Diablo, en casa de Ramón y Mercedes, inauguró mi temporada de Concepción Reyes. ¡Y fue una inauguración soberbia!

La foto es por mi amiga Marta Yolanda.


10
Dic 08

Luisfi en la radio

Hoy estaré en el programa de radio Todo a pulmón, con mis amigos Marta Yolanda Díaz-Durán y Jorge Jacobs.El programa es transmitido entre la 12:30 y las 2:00 p.m. (Central Time) en 100.9 F.M. y en http://www.radiopolis.info


09
Dic 08

El espanto del chivo

No se la pierda, es La fiesta del chivo y está siendo exhibida en Pradera Concepción. Esa peli, basada en la obra homónima de Mario Vargas Llosa, es el espantoso retrato de la sociedad dominicana durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (El Chivo).

Desde un punto de vista es la historia de Urania, una abogada que regresa a la República Dominicana luego de 30 años de exilio. A su regreso enfrenta los fantasmas de su niñez, destrozada, literalmente, a manos de ese sujeto repugnante que era Trujillo.

Más en el fondo, La fiesta del chivo muestra la pusilanimidad de las élites que hacen posibles a los trujillos del mundo. Muestran a las masas que los lloran; y muestran a los serviles que son sus ojos, sus oidos y sus manos.

No hay trujillos posibles sin aquellos tres elementos que les dan vida y los elevan. Y eso es lo que me dejó muy triste cuando leí la novela, y lo que me ha dejado triste ahora que he visto la peli que, por cierto, es un despliegue de actuaciones magníficas y de una dirección impecable.


09
Dic 08

No son sólo galletas

Las galletas que generosamente me enviaron los chicos del Hogar Rafael Ayau, han sido las primeras de la temporada. No sólo son muy sabrosas, de gengibre; sino que en ellas aprecio mucho la alegria, la esperanza, y el cariño que esos chicos saben dar.

A ellos; a las madres Inés, Ivonne y María; al personal del Hogar y a todos los que lo hacen posible, les deseo que reciban muchas bendiciones, y que en 2009 se hagan realidad sus sueños.


08
Dic 08

¿Cuántos-muertos-más?

¿Cuánta paciencia más vamos a tener, los chapines? ¿Qué se necesita para que nos indignemos, de verdad? El viernes pasado fueron acuchillados un médico, su esposa y tres hijos. La matanza ocurrió en horas de la mañana, posiblemente mientras desayunaban. Durante el fin de semana, casi no se habló de otra cosa en Guatemala. Recién ha ocurrido una matanza entre narcos, en Huehuetentango. Y entre los muertos, hubo inocentes que fueron agarrados entre los tiros. ¿Y qué tal si no sólo narcos hubieran estado inolucrados? ¿Qué tal si hubiera habido agentes de la autoridad protegonizando el tiroteo?

Aquello ha ocurrido y todavía los chapines no nos hemos recuperado (¿o sí?) de las decapitaciones en el centro penal conocido como Pavoncito. ¿Quién recuerda los asesinatos en la Carretera a El Salvador, de los cuales se hablaba y se hablaba durante semanas enteras? ¿Ha leído, usted, acerca de los asesinatos de camioneteros? Así podemos seguir y seguir porque las páginas de los diarios chapines están cundidas de actos de criminalidad contra docenas y docenas de individuos y familias que nunca van a llamar la atención porque ya nos hicimos a la idea de que la delincuenica impune comparte nuestros tiempo y espacio.

Y en ese ambiente hay dos puntos de vista que a mí me llaman la atención. El primero es el del presidente socialdemócrata que les pide a las víctimas, a las víctimas potenciales, a los electores y a los tributarios que tengan paciencia. Y la otra es la de quienes creen que las noticias no deberían reflejar la espantosa realidad de la delincuencia incontenible. Entre ellos están los críticos de Noti7, de Nuestro Diario y de Al Día.

Creo que esta posición es equivocada. Creo que los chapines no debemos cerrar los ojos ante la delincuencia, y creo que es un desatino lo de la paciencia.

¡Al contrario!, mientras que la retórica de la administración se enreda en consignas y en slogans; y mientras que se gastan recursos cuantiosos en corrupción, en mala administración y en programas que atienden las demandas de los grupos de interés, ¿cuántos recursos políticos, humanos y dinerarios se destinan a lo más importante? ¿Cuánto se invierte en seguridad y justicia?

¡Lo que hace falta, aquí, es que se cumpla con la ley! No hacen falta más leyes específicas y casuísticas. ¿De qué sirven las nuevas leyes, si no se cumple con las que ya hay? Y en el caso de la delincuencia incontrolada, ¿cuándo fue que olvidamos que más importante que las penas elevadas, es la certeza de la aplicación de la ley y de las penas que ya hay?

Si los delincuentes no son perseguidos, capturados, procesados y encerrados, ¿de qué sirve que se prohiba fumar en espacios públicos, o que se les impida a los ciudadanos y tributarios honrados portar armas para defenderse? Si los asesinatos, las extorsiones, los secuestros y los robos siguen impunes, ¿de qué sirve que se inviertan recursos en propaganda turística, o en subsidiar cineastas?

¡¿Cuánta paciencia van a tener los chapines?! ¿Cuántos muertos más vamos a aguantar? ¿Cuantos-muertos-más?


08
Dic 08

¡Quémate, diablo, quémate!

En casa de mi amiga, Lucy, quemé al diablo como buen chapín; es decir: con cohetes, buñuelos, y lo más importante, rodeado de familia y amigos.

Lucy se lució con sus buñuelos, que le salieron esféricos, esponjados y dorados, como debe ser. Aquellas confecciones son la mejor parte de esta celebración y siempre es maravilloso comerlos bañados en miel de anís.

Una de mis anéctotas favoritas acerca de los buñuelos es la de una ocasión en la que mi padre decidió jugarle una broma a mi hermano, Juan Carlos. Resulta que JC es de los que tomaba la porción más grande y el buñuelo más grande, siempre que podía; así que un 7 de diciembre, mi padre tomó un pedazo de algódón, lo forró con masa de buñuelos y produjo uno notablemente más grande y hermoso.

Ya cubierto con miel, el buñuelo en cuestión se veía tentador, así que cuando JC entró a la cocina y vio el buñuelo grande lo reclamó para sí. Mi padre entabló con él una discusión y le disputó el buñuelo. Los que sabíamos de la broma observábamos con entusiasmo y el momento culminante fue cuando mi hermano tomó el buñuelo y se lo metió entero a la boca.

Y tardó unos segundos en notar que había algo extraño. Unos segundos más se requirieron para que se diera cuenta de que había caído en una broma y que estaba mascando un buñuelo de algodón.

En casa siempre recordamos esa broma de mi padre, que se caracterizaba -entre otras cosas- por su sentido del humor alimenticio, del cual JC era una víctima perfecta.

Resulta que Juan Carlos era muy melindroso; y a la hora del almuerzo siempre preguntaba que qué era lo que le estaban sirviendo. Y eso contrasta conmigo, porque yo comía lo que me sirvieran, y nunca objetaba lo que había en la mesa. De hecho, para mí el asunto era que mientras más exótico, mejor.

Así que mi padre se inventaba que estabamos comiendo culebra, brontosaurio y cosas así; de modo que le pobre JC no sólo se tenía que comerse lo que hubiera, sino que se lo tenía que comer creyendo que era algo repugnante.

Una vez traté de hacerle la broma a mi sobrino, el Ale. Regresábamos de Tikal al hotel y sin duda él llevaba hambre; así que preguntó que qué ibamos a almorzar. Yo le dije que no sabía, pero que suponía que comeríamos mono, como los mayas. Y bueno…el Ale no dijo nada; y se sentó a la mesa a comer su bistec, tranquilo y contento, creyendo que era mono.