No son sólo galletas

Las galletas que generosamente me enviaron los chicos del Hogar Rafael Ayau, han sido las primeras de la temporada. No sólo son muy sabrosas, de gengibre; sino que en ellas aprecio mucho la alegria, la esperanza, y el cariño que esos chicos saben dar.

A ellos; a las madres Inés, Ivonne y María; al personal del Hogar y a todos los que lo hacen posible, les deseo que reciban muchas bendiciones, y que en 2009 se hagan realidad sus sueños.

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