Las Luces Campero y lo que es bello

Anoche se celebraron las tradicionales Luces Campero en la ciudad de Guatemala; y, desde mi balcón, puedo ver parcialmente la exhibición que se asoma entre las ramas frondosas de un hermoso ejemplar de llama del bosque.

A lo largo de su historia de 15 años, nunca las he podido ver completas; pero más de una vez las he disfrutado por un ratito, o desde un rincón y siempre me han dejado boquiabierto. Me encantan la tecnología involucrada y la precisión del espectáculo. He leído que para el show se usan 357 cajas de luces, con un peso de 7000 kilogramos. Me encanta comparar lo impecables que son, con lo artesanales y arriesgados que son los toritos que comentaba ayer.

Con todo y que nunca las he visto completas, las Luces Campero me recuerdan que siempre es posible maravillarse por lo que es bello.

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