10
Feb 08

Advertencia a los lectores

No tengo respeto alguno por los anónimos y prefiero no publicarlos. Hoy publiqué uno, en una de las entradas, porque me pareció que expresaba puntos de vista equivocados que comparte mucha gente; sin embargo, como yo tengo la decencia de identificarme bien, me gustaría que los demás tengan esa cortesía mínima. Saludos y gracias por visitar este espacio.


09
Feb 08

Niguas en sartén de palo

“¡Andá a freír niguas en sartén de palo!”, decía, mi tía abuela, La Mamita, cuando uno se la estaba tratando de cuentear. La anécdota viene al caso por un correo electrónico que recibí de mi amiga B, sobre la supuesta destrucción de glaciares en Chile.

No voy a dar el nombre de B para no quemarla, porque cayó de inocente y porque la quiero mucho, pero es bueno estar alerta para no hacer el oso que hizo ella.

Para hacer la historia corta, el mensaje cuenta que por dos ríos, alimentados por dos glaciares, en el valle de San Félix, de Chile, corre el agua más pura. Advierte, el mensaje, que debajo de aquellas formaciones han sido hallados grandísimos depósitos de oro y plata, y que para llegar a ellos será necesario destruir los glaciares, ¡algo nunca visto en la historia del mundo!

Para estas alturas, la veta ecohistérica de la mayoría de personas que leen el mensaje está a flor de piel; y, para no dejar las cosas a medias, los autores del correo lanzan lo que para ellos es una de las peores infamias: afirman que George Bush padre es miembro de la empresa minera que destruirá los glaciares. Ecohisteria y sentimientos antiyanquis hacen del correo un éxito seguro. Pero para no dejar nada al azar, sus autores le añaden un toque étnico, así que, según el mensaje, los campesinos de la zona se oponen al proyecto. ¿Qué puede salir mal?

Antes de llegar a ese punto, comparto con ustedes que el mensaje que me llegó venía firmado por entusiastas de México, Suecia, Nicaragua, Honduras, Brasil, Colombia, República Dominicana, Argentina, Italia, España y Puerto Rico; además de dos chapinas y de una multitud de ticos. El e-mail dice que para detener la atrocidad citada, es necesaria la ayuda internacional.

Ahora volvamos a lo que salió mal: varios amigos de B respondieron el mensaje para advertirle que toda esa historia es una fabricación malintencionada. Por ejemplo: 95 por ciento de los metales preciosos no está debajo de los glaciares, y la empresa explotadora se ha comprometido a proteger el 5 por ciento que sí lo está.

El área en la que se encuentra el proyecto cuenta con 50 glaciares diferentes y los dos que están cerca del proyecto sólo aportan 0.3 por ciento de las potenciales fuentes de agua.

El desempleo en esa área es tan alto que la empresa recibió más de 50 mil solicitudes de trabajo; la gente, en realidad, apoya el proyecto, y según una carta enviada por presidentes democráticamente electos, de asociaciones comunitarias: “Estamos cansados de escuchar a nuestros compatriotas que no tienen conocimiento de nuestra realidad, y sobre todo, de extranjeros que hablan de nuestros problemas. Estamos cansados de ver cómo la Iglesia es usada para difundir sus mentiras”.

Para consuelo de los antiyanquis, Bush sí tuvo relación con la empresa, pero sólo fue consejero honorario, a mediados de la década de 1990, y nunca fue director, ni ejecutivo de la misma.
Los ecohistéricos son tan cuenteros que La Mamita los mandaría a freír niguas en sartén de palo varias veces al día. En 1914, la Oficina de Minas de los EE. UU. predijo que el petróleo duraría 10 años. En 1939, el Departamento del Interior informó que quedaban 13 años de producción petrolera en los EE. UU. En la década de 1970, Lester Brown, de Worldwatch Institute, vaticinó que el crecimiento de la población excedería la producción de alimentos. Y, en 1968, Paul Erlich advirtió que el hambre reduciría la población de Estados Unidos a 22 millones para 1999. Y ahí anda Al Gore neceando con el Protocolo de Kioto y con su visión antropocéntrica del calentamiento global.

Uno de los cuates de B escribió que antes de incluir su nombre y datos en este asunto, decidió informarse bien al respecto. Y creo que ese es el mejor consejo para estos casos de propaganda ecohistérica. Saben qué, muchá, con eso de los glaciares, el petróleo, el calentamiento y los alimentos, ¡váyanse ustedes a freír niguas en sartén de palo!

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 8 de febrero de 2008


08
Feb 08

Abandone la esperanza, todo aquel que entre aquí

El Transmetro de la ciudad de Guatemala pierde dinero en canastos, a razón de unos $650 mil mensuales. Pero eso no detendrá al alcalde, Alvaro Arzú. El Transmetro Norte costará más $15 millones. ¿A cuánto ascenderán las pérdidas de esta necedad cuando esé lista la nueva rama del Transmetro?

Pero eso no es lo importante, claro. Total, el dinero de los tributarios es un recurso inagotable para los políticos. Lo importante es si la paciencia de los habitantes del Norte de la ciudad será igual a la de los del Sur.

La foto es de Nuestro Diario y muestra las atorazones en la Calzada Aguilar Batres a causa del Transmetro.
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Parafraseando al letrero que había en la puerta del Infierno de Dante: Bienvenidos, habitantes del Norte de Guatemala: abandone la esperanza todo aquel que entre aquí.

07
Feb 08

Adopción: You go, John Stossel

Slushturtle publicó el artículo de John Stossel sobre la adopción en Guatemala; si no lo ha leído, aquí está:
http://slushturtle.blogspot.com/2008/02/you-go-john-stossel.html


07
Feb 08

Desde mi balcón

Ayer, desde el balcón de mi casa, podía ver a este par de personajes. Uno cortándole el pelo al otro durante una agradable y brillante tarde.

La escena me recordó las barberías a donde iba a cortarme el pelo cuando era niño; eso sí, cuando no era don Rafa el que llegaba a cortarnos el pelo a la casa. Normalmente despues de almuerzo, justo antes de que pasara el bus para llevarnos al colegio, a mi hermano y a mí.

Cuando era niño pasé por Los caballitos, en la Quinta avenida y Primera calle; por la barbería del Hotel Palace, en la Cuarta avenida y ¿12 calle?; y por la barbería España, en la Quinta avenida y Novena calle, todas en la zona 1.


06
Feb 08

Abriendo la Caja de Pandora

A lo largo y lo ancho de todo el espectro político -con excepción de los anarquistas- hay acuerdo en que al gobierno le corresponde garantizar la seguridad y la justicia. Los liberales clásicos y los libertarios coincidimos en que esa es la única justificación para su existencia. Pero del otro lado del espectro, se cree que esa es una de sus múltiples y abundantes funciones.

En la sociedad guatemalteca, el gobierno ha fracasado miserablemente en el cumplimiento de aquellas funciones. La inseguridad y la ausencia de justicia son lo que distingue a nuestra sociedad. Administraciones van, y administraciones vienen sin que los guatemaltecos podamos acariciar la esperanza de que el gobierno cumpla con esa razón de ser.

Por eso llama la atención que la oferta de seguridad de la administración socialdemócrata se base en policías comunitarias basadas en el apoyo solidario de los tributarios y de los electores para la provision de seguridad ciudadana. Una vez más se comprueba que la administración está más dispuesta a involucrarse de lleno en la satisfacción de las demandas de los grupos de interés y de los buscadores de rentas parasitarias, por medio del presupuesto del estado, que a cumplir con su cometido primordial.

Como dijo, atinadamente, un editorial de Prensa Libre “Desde la organización del Estado, su monopolio de la fuerza y la justicia puso fin a las venganzas personales de todo tipo de agravio que se cobijaba en el concepto del ojo por ojo”. Sin embargo, la administración chapina está abdicando de aquel compromiso. La administración socialdemócrata está abriendo la Caja de Pandora por tres razones:

Primero, porque con aquellos comités, que recuerdan las vigilancias que hay en países totalitarios como Cuba, la delación y las posibilidades de arbitrariedades y abusos se pueden poner a la orden del día. Si la administración no puede controlar ni evitar que la Policía Nacional Civil se involucre en delitos y en abusos, ¿qué va a poder controlar a vecinos maliciosos y armados?

Segundo, porque la administración ya nos cobra impuestos para seguridad y justicia, servicios que no provee.

Tercero, porque aunque los servicios que preste la gente en estas policías comunitarias son servicios a la comunidad, no remunerados; ¿qué evitará que esto sea Patrullas de Autodefensa Civil reloaded? ¿Qué evitará que los integrantes de aquellas policías reclamen pagos e indemnizaciones dentro de 10, ó 20 años?

Es evidente que los sistemas de seguridad y de justicia chapines han colapsado. Y es evidente que hay que hacer algo creativo. Sin embargo, la organización de vigilantes, y sobre todo en poblaciones aficionadas al linchamiento, es una idea muy mala.

De todos modos, como una contribución al diálogo sobre este tema importante, sugiero escuchar la conferencia de Bruce Benson, titulada Alternative Solutions to Crime.


06
Feb 08

USA Makes Adoption Harder, by John Stossel

USA Makes Adoption HarderBy John Stossel
Wednesday, February 6, 2008

Do you want to rescue an abandoned child and give him a loving home?

Don’t even try, says the U.S. State Department.

That’s not exactly what the bureaucrats said, but it’s close. The State Department says the Guatemalan adoption system “unduly enriches” so-called baby brokers and that “Guatemala has not established the required central authority to oversee intercountry adoption.”

“Central authority”?
This from our government?
They sound like Soviet apparatchiks.

Last December, the U.S. consul even butted his way into the Guatemalan Congress to make sure a sweeping new adoption law was up to American standards. The law is designed to put those profit-making brokers out of business by making adoption a government monopoly. But to thousands of kids awaiting adoption, a government monopoly could be a death sentence.
Yes, there have been horror stories about adoption fraud. Some children were stolen from families. This is horrible, but far from the norm. Out of more than 100 cases of alleged “baby stealing,” only five were confirmed as true, says Guatemalan journalist Marta Yolanda Diaz-Duran. That’s five crimes versus about 4,000 legal adoptions from Guatemala in 2006 alone. Guatemala has been the second leading source of adopted children coming to America — after China and ahead of Russia. The adoption-broker system — which relied on entrepreneurs providing a service for a fee — worked well enough that Guatemala was an adoption success story.

American adoption agencies (charging a fee) worked with Guatemalan adoption brokers (also charging a fee) to match willing couples with the right children. There was a near-perfect safeguard against baby stealing: two rounds of DNA tests to prove the biological mother gave consent.

The process wasn’t cheap — parents paid $25,000 or more, and brokers who spent months or years jumping though the bureaucratic hoops — made, horrors, profit! Hence our State Department’s outrage about adoptions that “unduly enrich.” The sentiment was captured perfectly by a UNICEF representative who huffed to The New York Times that adoption “has become a business instead of a social service.”

Oh, yes, everyone loves “social service.” But when adoption was a government-run social service in Guatemala, the results were disastrous.

I happened to be in Guatemala City last month visiting the Americas’ most free-market university, Universidad Francisco Marroquin. UFM’s president took me to visit Ines Ayau, a nun who runs an orphanage that was formerly in the hands of the government. The children are well cared for now, but before her church took over, Ayau said, the government staff had forced some children into prostitution. The orphanage itself was rat-infested and without electricity, and the government used the facility to funnel money to cronies. “Thirty-six persons were working, (but) 105 were on the payroll,”

Yet U.S. officials want adoption back in the hands of government?!

There’s little reason to expect the current government to do much better. Guatemala is one of the more corrupt nations in the world, 111th out of 179 countries, says Transparency International.

Even if the new bureaucracy isn’t corrupt, there’s little chance it will process adoptions as quickly as the brokers did because without profit, it has no incentive to move the kids through the cumbersome adoption process. When other countries have put adoption in government hands, adoptions slowed or stopped. Paraguay went from sending more than 400 kids to the U.S. in 1996 to sending zero in 2006.

That’s a tragedy.

It may make some people uncomfortable that a middleman charges $5,000 to arrange an adoption, but profit isn’t evil.

Someone has to be compensated for arranging the DNA tests and leading hopeful parents past the government’s obstacles. The orphanages need funds. If some Americans are willing to pay even $50,000 to adopt, that’s not a bad thing. NGOs, politicians and bureaucrats may call it disgusting “human trafficking,” but I call it finding love for children who desperately need it.
Guatemala has followed America’s lead, and now thousands of abandoned Guatemalan kids face spending their childhood in orphanages. Many could have found a home in the U.S. if only government — American and Guatemalan — had stayed out of the way.

John Stossel is an award-winning news correspondent and author of Myths, Lies, and Downright Stupidity: Get Out the Shovel–Why Everything You Know is Wrong.
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05
Feb 08

Marcado de por vida por el Carnaval

Hay cosas que lo marcan a uno en la vida y episodios de la infancia de los cuales uno no puede escapar. Este, es uno de ellos:

Cuando mis jóvenes padres viajaban -o andaban de parranda- mi hermano, Juan Carlos y yo ibamos a vivir a la casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita (su hermana). Ese era un mundo centrado en nosotros. Ligeramente sobreprotector; pero enormemente creativo y entretenido. Aveces, se podía decir, un poco alejado de la realidad.

Cuando yo estaba en Segundo año de primaria nos agarró el Carnaval en esa casa. Por esos días, mi padre había regresado de alguna parte con un extraordinario traje de Batman para mí, y uno igual de admirable, sólo que de Robin, para mi hermano. Those were the days, my friend!

Pues bien…llegado el martes nos vistieron de Batman y Robin, nos dieron sendas bolsas de cascarones y caminamos a la parada del bus, que quedaba como a dos cuadras de la casa. Mi hermano y yo íbamos en las nubes con nuestros disfraces. Veíamos cómo se aproximaba el bus. El bus se estacionó. Lo abordamos. Mi abuela y mi tía abuela nos dijeron adiós en la parada. Y el bus arrancó.

Y todos se nos quedaron viendo, porque ¡todavía faltaba una semana para el Carnaval! Mi hermano y yo eramos los únicos pendejos disfrazados.


04
Feb 08

A 32 años de El Terremoto

¿Qué edad tenía usted cuando ocurrió el terremoto de Guatemala, el 4 de febrero de1976? Yo tenía 14 años.

Recuerdo que me despertó el sonido horrible, y luego el estremecimiento de la tierra. Mi cama se agitaba y yo tardaba en despertar del todo.

Cuando cesaron los movimientos me levanté y me vestí. Mientras lo hacía escuchaba los llamados confusos de mis padres y mis hermanos. Una librera había caído sobre la cama de mi hermano, Gustavo. Pero había sido detenida por la cabecera y no lo había lastimado.

Mi madre, o mi padre habían sacado a mi hermana, Guisela, que era la más pequeña; y mi hermano Juan Carlos estaba sacando de debajo de su cama a su perro, Manix. Simón, el papá de Manix acompañaba a mis papás.

Salimos a la calle y todo estaba en orden. Mis padres sacaron los carros a la calle y empezaron a sacar de la casa agua, colchas, y seguramente algo de comer.

Al amanecer todo estaba bien a nuestro alrededor. Parecía que no había pasado nada porque todas las casas estaban en pie y el único daño en la nuestra lo había sufrido una botella de Emulsión de Scott que se había caído en el comedor.

No había teléfonos y no había forma de comunicarse con mis abuelas que vivían del otro lado de la ciudad; así que temprano, con mi papá, fuimos en su busca. Cuando salimos de la zona 15 y llegamos a la bajada de Vista Hermosa vimos los primeros daños alarmantes. La carretera estaba quebrada. Más adelante había una pared colapsada. En la medida en que nos adentrábamos a la ciudad veíamos más destrucción, y el corazón se me aceleraba.

Recordaba las historias que mi tía abuela, La Mamita, contaba acerca de los terremotos de 1917 y 18. Recordaba historias de la ciudad devastada, de cómo su familia había tenido que ir a acampar al Parque Concordia. Recordaba historias de la escasez de agua y de alimentos y de la Gripe Española. Todo aquello daba vueltas en mi cabeza.

Llegamos a la zona 3 donde vivían mi abuelita Juanita y La Mamita. Ahí la devastación era casi total. Había casas completamente destruidas y había escombros en las calles. Yo me imaginaba sacando los cuerpos de las dos viejitas y en fin…fue un inquietante caminar a lo largo de tres, o cuatro cuadras de ripio esparcido en las calles. Cuando llegamos a su casa, las viejitas estaban bien. La casa estaba totalmente quebrada pero en pié. Ellas y unas amigas, tomaban café en la sala y todo estaba bien. Sacamos a las señoras y nos llevamos lo más necesario antes de cerrar la casa. Luego nos fuimos a la casa de mi abuela Frances. Al llegar a la Avenida Independencia nos enteramos que varias casas se habían ido al barranco y que había muertos. Rápidamente llegamos a la casa de mi abuela, que estaba en perfectas condiciones.

Ahí estaban mi bisabuela Mami, mi abuela Frances, una amiga de ella, mi tía Patricia y mis primos. Luego de constatar que todo estaba bien pasamos gasolina del carro de mi abuela al de mi padre y como yo tragué un poco de combustible, en el proceso, fui al enorme congelador de mi abuela y me comí dos panes congelados. Y ese fue mi desayuno. Entonces volvimos a nuestra casa, con la abuelita Juanita y La Mamita, y mi madre ya tenía todo organizado allá.

Para hacer la historia corta, durante varios días las viejitas durmieron en la sala de la sala de mis padres, mientras ellos, mis hermanos y yo dormíamos en el jardín en carpas que nos enviaron de Nicaragua unos amigos de mis papas. Yo dormí con mi ropa a la mano durante casi tres años. Ese terremoto de Guatemala, costó más de 23,000 vidas.
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La foto es del Hotel Terminal y la obtuve del U.S. Geological Survey. El nombre de aquel hotel se debía a que estaba a inmediaciones de La Terminal de Buses de la ciudad de Guatemala; y terminal quiere decir final o último. Una enfermedad mortal es una enfermedad terminal; así que el terremoto fue terminal para el Hotel Terminal.


03
Feb 08

En el Centro Histórico, recuerdos en bronce

Estos letreros de bronce, o de latón, se encuentran en el concreto que cubre el crucero de la Sexta avenida y Octava calle(Sur y Poniente) de la zona 1 de la ciudad de Guatemala. ¿Quién sabe cuánto tiempo tienen de estar ahí?
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Recuerdo que yo los veía cuando era niño y cuando iba al colegio en la Décima calle y Cuarta evenida de la zona 1. Recuerdo que en los años 80 aún se leían bien la mayoría de ellos; pero no recuerdo cuántos eran exactamente. Me acuerdo que había uno de Pepsi. Deben ser viejos, porque los números de teléfono aún son de cuatro cifras.
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Los letreros que quedan son de: Royal Dry Cleaner; Ferretería El Candado Dorado, [ilegible]Productos de Calidad; Fuente de Soda Las Diamelas; Trajes [ilegible] Estilo [ilegible]; Cantel Buenas Telas; y La Estrella Muebles Fácil Pago.
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Algunos de esos letreros han sido arrancados y otros quizás estén cubiertos por una capa de asfalto. De esos negocios, el único que ha sobrevivido con éxico al tiempo, a las modas y a las transformaciones es Cantel.
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Hasta antes del terremoto de 1976, cuyo aniversario es mañana, era común ir a hacer compras y pasear por aquella área del Centro Histórico. Recuerdo que con mis padres o con mi abuela estacionabamos el auto en el parqueo que ahora está al lado de Los Cebollines, junto al extinto Almacén Marlin.
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De ahí, uno subía y bajaba desde el Parque Central hasta el Parque Concordia, a lo largo de la Sexta Avenida y, dependiendo de la hora, había una pausa ya fuera en el bar del Hotel Panamerican; en la cafetería París, al lado de la actual Plaza Vivar; o en El Tejano, justo en donde ahora se encuentra dicha Plaza.
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Las visitas a la Sexta incluian -aparte de los locales citados y dependiendo de con quién iba- La Perla, La Juguetería, Marlin, Max Tott, El Gran Emir, El Cairo, El Quijote, La Casa Música, Biener, el Cine Lux, Mi Amigo y La Ciudad de París. Entre otros. De estos sólo sobreviven, y muy venidos a menos, el cine, La Casa música y La Juguetería.
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¿Qué irá a ser de los letreros ahora que están remodelando el crucero indicado? ¿Quién será responsable de su conservación, o de su desaparición total?
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Por cierto que esta entrada no es un aval para las ideas absurdas de conservación por la fuerza, que impulsa el Alcalde Capitalino. No estoy de acuerdo con que la ciudad sea un lugar para el recuerdo, en vez de que sea un lugar vivo y productivo. Cuento lo que recuerdo para compartirlo y para que no se olvide.