La celebración de lo ordinario

Aún reconociendo que nadie es perfecto, es recomendable que uno a lo largo de su existencia encuentre héroes y modelos a seguir. Los héroes y modelos son fuentes de fortaleza, de inspiración y de ideales; no sólo cuando tenemos que remontar problemas concretos en la vida, sino para sobrevivir en una sociedad rasera que tiende a devaluar el éxito y a celebrar la mediocridad.

Ejemplo de aquellas actitudes negativas lo vemos en la película Los Increíbles cuando Dash se queja de no poder participar en las carreras de su escuela. Él le dice a su madre: “Papá dice que somos especiales”; y ella le contesta: “Todo el mundo es especial”. Y Dash murmura: “Esa es sólo otra forma de decir que nadie lo es”.

Los héroes y los modelos a seguir nos vacunan contra el desprecio por los que son mejores y contra la celebración de lo ordinario.

Libros como The Agony and the Ecstasy, The Star Gazer, La Columna de Hierro y The Razor´s Edge, me dieron en Buonarroti, en Galilei, en Cicerón, y en Larry Darrell, a héroes y modelos inspiradores. La tele me dio a El Zorro, el de Guy Williams; y la vida real me dio a Thomas Edison, a Charles Darwin, y a Manuel F. Ayau.

Cicerón me ayudó a afirmar mi confianza en la consistencia; y me aliviaba saber que la integridad de Cicerón era algo que ponía furiosos a sus contemporáneos. Larry, en The Razor´s Edge me planteó la cuestión de si la vida que yo estaba viviendo era la que quería vivir. Un ejemplo es cuando él le dice a Isabel Bradley “I can`t darling. It would be death to me. It would be the betrayal of my soul”.

Ningún héroe, ni ningún modelo para seguir en mi vida, han superado a Howard Roark de The Fountainhead: “mi respeto por cada creador que sea conocido, y por cada creador que vivió, luchó y pereció desconocido antes de alcanzar su logro”. Pero hay una novela que me es muy querida porque la leí en lo mejor (¿o en lo peor?) de mi adolescencia. En Demian leí que “la vida de cada hombre es un camino hacia sí mismo”. Max Demian va en la vía contraria a la masificación de los individuos, reconoce la existencia de individuos dignos de emular y reconoce la individualidad de las personas.

Como Dash, de Los Increíbles; y como Rand, de The Fountainhead, Demian sabe que hombres como Howard Roark sí existen. Al hablar de Caín, Demian dice que llevaba una marca. “No se trataba de una auténtica señal sobre la frente, de algo como un sello de correos; la vida no suele ser tan tosca. Probablemente fuera algo apenas perceptible, inquietante: un poco más de inteligencia y audacia en la mirada”.

Los guatemaltecos tenemos ahora un modelo en Carlos Peña; y vale la pena destacar uno de los muchos aspectos valiosos de su triunfo: Es magnífico que un chapín haya tenido el éxito que él ha alcanzado; sobre todo porque el suyo es un éxito de él y no nos ha costado ni un centavo a los tributarios. Su triunfo se debe al reconocimiento que le otorgan sus admiradores de forma voluntaria, sin que medie la acción coercitiva del estado; y eso lo hace particularmente meritorio. Peña ha perseguido su meta, ha trabajado duro para alcanzarla, y no ha forzado a nadie más a pagar para conseguirla.

Me uno a la celebración de Peña, como no me he unido a otras celebraciones, por ese motivo. Debe de haber una diferencia, que no tiene por qué ser sutil, entre aquellos que alcanzan su éxito con el apoyo voluntario de otros, y aquellos que lo consiguen mediante la transferencia forzosa de recursos.

Modelos a seguir son aquellos que materializan nuestros valores, que son fieles a sí mismos, que son consistentes y que persiguen sus metas propias; y repito que los héroes y los modelos a seguir nos vacunan contra el desprecio por los que son mejores y contra la celebración de lo ordinario.

Publicada en Prensa Libre el sábado 29 de septiembre de 2007

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  1. Carlos Peña un modelo a seguir?, esto es lo más absurdo que he leído. Un modelo a seguir que basó su triunfo en base al esfuerzo de pedir votos comprados? es este el modelo a seguir? o el que ya hemos estado siguiendo?, ha trabajado duro? pues en pedir votos sin duda. Comprar el triunfo por medio de votos es un valor de un modelo a seguir?.Ahora bien muchos adolecentes buscan sus modelos a seguir en algún artista pop, pero que lo haga toda una nación es verdaderamente vergonzoso.Sin duda alguna Hugo Peña (padre de Carlos) no solo con Portillo ha tonteado al pueblo de Guatemala, y lo ha hecho también por medio de su hijo, bien dije yo que tenía algo de Maquiavelo.Y no es por ser aguafiestas y mucho menos pensar sólo en lo negativo, pero se sobre dimensionó todo este asunto de Carlos Peña y Latin American Idol el cuál es simplemente un programa de TV como los hay tantos.

  2. ¡Es es el punto, precisamente!; yo siento más respeto por aquel que alcanza el triunfo mediante la colaboración voluntaria de personas, que por aquellos que lo hacen tomando recursos ajenos por la fuerza. Con respecto al programa…de plano que no es como mucho otros. Este tiene éxito, y tiene tanto éxito que la gente está dispuesta a poner su dinero (valor) en ello.Lo de Hugo Peña es un golpe bajo…porque, ¿tiene uno la culpa de tener los padres, o los parientes que uno tiene?Vamos…haz un esfuerzo. Súbele el nivel a la discusión.

  3. Personalmente no siento respeto por el que triunfa a base de otros así sea con recursos humanos o materiales de manera voluntaria o a la fuerza (este último más deplorable), ya que antepone esto a sus propios méritos y me sigue pareciendo absurdo, tomarlo como un ejemplo a seguir.Que bueno que existen otras formas de alcanzar el triunfo muy distintas a las dos que expones.Difiero por mucho en tu respuesta del comentario que hice acerca de la franquicia de American Idol, veo que tienes una visión bastante ingenua y distorsionada de lo que es un programa de TV y de la psicología del público el que sin duda estuvo dispuesto a ponerle dinero (valor) a un personaje del mismo, sin embargo fué como te repito “a un personaje” amparados en la apelación de patriotismo que los mismos medios (sin duda convocados por el mismo Hugo) hicieron. En este caso en específico no mezcles una cosa con la otra.Quién supo de Latin American Idol el año pasado? o mejor aún, quién mandó algún mensaje?, y de no quedar algún guatemalteco finalista el otro año dudo que se le dé importancia, me equivocaré?.Que me indica esto? que el programa no fué el del éxito, además creo que no me expliqué bien en mi primer comentario y no fue dudando del rating del programa, si no que a estas alturas ya deberías de saber que en la TV nada pasa por casualidad, ni siquiera en estos “reality shows”. La producción de un programa de TV tiene costos altos y se tendría más riesgos que en un deporte extremo dejarse llevar por casualidades, razón de más para parecer absurdo tomar como ejemplo un producto salido de la TV.Sí así fuera cuando esté en problemas llamaría a Batman, Superman o al mismísmo Chapulin Colorado, o compraría los famosos productos de TV que no se venden en tiendas, los cuales pasan de lo ridículo a lo absurdo, y lo que es peor le dan un nuevo significado a la palabra desechable, sin embargo en la tele se ve que funcionan muy bien.Lamento mucho que te haya parecido un golpe bajo el comentario de Hugo Peña, a tal punto de denigrar mi comentario, pero nunca he entendido porque lo hacen intocable?, y si lo dije es porque hay mucha similitud del furor de Latin American Idol con otras estrategias que ha hecho en el pasado y no tiene nada que ver con que Carlos tenga que avergonzarse de su padre, si no todo lo contrario después de lo que hizo por él, y no dudo que si le tocára escoger padres escogería a los mismos, como te digo no era ese el punto.