Un impresionante río blanco alimentó al Tsunami del domingo pasado en la Plaza Italia de la ciudad de Guatemala. Miles de personas, unidas por el clamor por la justicia y la paz, semanifestaron en el contexto del asesinato de Rodrigo Rosenberg, hecho de sangre que se ha convertido en emblemático para la lucha de los guatemaltecos contra la delincuencia y la criminalidad que enlutan a miles de hogares en el país.
Las manifestaciones por la justicia son actividades cívicas que atraen a familias enteras. Vea, usted, las fotos y note el ambiente de compromiso y de alegría que se nota entre los participantes. Lea las pancartas que cada quién lleva y hace de acuerdo con sus apreciacionesy sus habilidades, unidos todos por valores y principios muy básicos e importantes. ¡Queremos justicia y paz!
La actividad llevaba por nombre El Tsunami Blanco, en alusión a esta inmensa ola de participación ciudadana que miles de chapines han abrazado. Llevamos varias reuniones y la semana del 12 al 15 hubo una cada día en la Plaza de la Constitución, en tanto que los domingos 17 y 25 ha habido sendas manifestaciones multitudinarias en la Plaza Italia del Centro Cívico de la ciudad.
Usted dirá que soy un sentimental, pero a mí se me paran los pelos cuando veo que llega gente en silla de ruedas, o en muletas; me emociono cuando veo que hay niños que pintan sus propios carteles; me entusiasmo cuando veo que una nueva generación de chapines está dispuesta a actuar como una generación de tigres, más que como una de ovejas, cuando veo que está lista para tomar la responsabilidad de los ciudadanos, en vez de agachar la cerviz como los súbditos. Sepa, usted, que manifestaciones por la justicia y contra la irresponsabilidad de Los Colom, también se llevan a cabo en otras poblaciones del país.
En esta ocasión, presencié la manifestación desde el puente peatonal que une la Municipalidad de Guatemala con la Plaza de la Justicia y la del Banco de Guatemala, porque desde las 10:00 a.m., hasta la 1:00 p.m. el flujo de personas no dejó de avanzar sobre la Séptima avenida. Ese fue un hermoso y alegre río blanco que alimentó al Tsunami blanco.
¡Que Los Colom digan que sólo somos un grupito de Guatemaltecos! y que -como el león juzga por su condición- hablen de conspiraciones y de lucha de clases. Allá ellos. En ese marco conceptual, si de verdad se lo creen, no están entendiendo lo que está pasando; y en la medida en que no lo entienden se alejan de los electores y de los tributarios. ¿Qué podría ser mejor?
La lucha legítima por la justicia que los chapines nos tenemos entre manos es el fundamento de una Guatemala tantito mejor para los que nos siguen. ¡Y por eso voy a las manifestaciones; porque yo soy responsable del tiempo en el que vivo, y porque quiero dejarles un mejor país a los que vienen atrás!

