26
Abr 13

De eso no se habla

De eso no se habla es el título de una peli argentina que me gustaba mucho. Trata de los oscuros padecimientos de la protagonista, en un pueblo desolado.

De aquello me acordé cuando, el 22 pasado leí un comunicado en el que un grupo de ciudadanos tuvo la arrogancia de advertir que no está a debate [PL, 22 de abril de 2013] si hubo genocidio durante el enfrentamiento en el que la guerrilla intentó tomar el poder por la fuerza. Pocos  días antes, el Procurador de los Derechos Humanos había expresado su incomodidad por la división de opiniones sobre el proceso judicial relacionado con aquel asunto. ¡De eso no se habla!, parece ser la consigna; a menos que sea para apoyar a los grupos de interés que promueven la idea del genocidio.

En cambio, creo que en la búsqueda de la verdad todo está a debate y nada debería ser tabú. ¡Por supuesto que se puede explicar!, y hay una obligación moral de explicar que no hubo genocidio.

Esto me recordó lo que F. Copleston escribió en Historia de la filosofía. Demostró, Sócrates, su categoría moral rehusando acceder a que los ocho generales que debían ser procesados por su negligencia en las Arginusas fuesen juzgados a la vez, ya que esto era ilegal y estaba calculado para provocar la sentencia más dura… Una vez más cuando no quiso obedecer la orden de los Treinta… de que tomase parte en el arresto de León de Salamina, a quien los oligarcas trataban de condenar a muerte para poder confiscar sus propiedades. Deseaban sin duda implicar en sus actos al mayor número posible de ciudadanos eminentes, con vistas al día en que tuviesen que rendir cuentas.

Sigue Copleston: Sócrates fue llevado a juicio por los dirigentes de la democracia restaurada acusado de no honrar a los dioses que honra la ciudad, o sea de no conformarse con las ideas que le convenían al establishment; y de fomentar entre los jóvenes un espíritu de crítica con respecto a la democracia ateniense. Y ya sabemos en qué terminó Sócrates. Creo que a nuestra oligarquía oenegera y de los derechos humanos le gustaría callar a los críticos de sus actuaciones, como la oligarquía y la democracia callaron a Sócrates. Ojalá que no sea así.

Columna publicada en El periódico.


24
Abr 13

Corte de Constitucionalidad en defensa del debido proceso

Las garantías del debido proceso legal aseguran que se cumpla el principio de que  los gobiernos debe respetar todos los derechos legales que poseen las personas. El del debido proceso es un principio jurídico procesal según el cual toda persona tiene derecho a ciertas garantías mínimas, tendentes a asegurar un resultado justo y equitativo dentro del proceso, a permitirle tener oportunidad de ser oído y a hacer valer sus pretensiones legitimas frente al juez. El debido proceso establece que el gobierno está subordinado a las leyes del país que protegen a las personas del estado. Cuando el gobierno daña a una persona sin seguir exactamente el curso de la ley incurre en una violación del debido proceso lo que incumple el mandato de la ley.  ¡Ah!, cuando leí aquello y lo que viene, como me acordé de mis clases con Francisco Fonceca Penedo y Baudilio Navarro Batres.

La Constitución estipula que los funcionarios [incluidos los jueces] son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.  Por eso es muy atinado que la definición anterior hable de el gobierno, ya que los jueces son parte del gobierno.  Todo funcionario, incluidos los jueces, deben sujetarse a la ley.  La Constitución dice que la justicia se imparte de conformidad con la Constitución y las leyes de la república, incluidas las leyes procesales. Lo anterior viene al caso porque  la Corte de Constitucionalidad confirmó la resolución de la jueza Carol Patricia Flores – que anuló el juicio por supuesto genocidio– y  resolvió que la jueza Jazmín Barrios debe remitirle el caso Ríos-Rodríguez a su homóloga Flores, que los procedimientos en el Tribunal Primero A de Mayor riesgo quedan anulados, y que se deben enmendar los errores cometidos durante aquellos procedimientos.  La Corte -a pesar de inmensas presiones locales e internacionales- cumplió con su deber que es la defensa del orden constitucional, así como de las garantías que protege aquel orden.

Como principio, el debido proceso legal es un límite para la legislación y los procedimientos  por lo que los jueces deben  garantizar los principios fundamentales de la imparcialidad, justicia y libertad. Esta interpretación es análoga al concepto de justicia natural y al de la justicia de procedimientos; y se expresa como que un mandato para los funcionarios de los tres organismos del estado acerca de que no deben ser parciales con la gente y no debe abusar físicamente de la gente.

El debido proceso penal, en particular, es el conjunto de etapas formales secuenciadas e imprescindibles realizadas dentro un proceso penal por los sujetos procesales cumpliendo los requisitos prescritos en la Constitución con el objetivo de que: los derechos subjetivos de la parte denunciada, acusada, imputada, procesada y, eventualmente, sentenciada no corran el riesgo de ser desconocidos; y también obtener de los órganos judiciales un proceso justo, pronto y transparente.

El principio del debido proceso penal procura tanto el bien de las personas, como de la sociedad en su conjunto:

  • Las personas tienen interés en defender adecuadamente sus pretensiones dentro del proceso.
  • La sociedad tiene interés en que el proceso sea realizado de la manera más adecuada posible, para satisfacer las pretensiones de justicia que permitan mantener la convivencia pacífica.

Las actuaciones de la jueza Barrios

Todo esto viene al caso porque, como lo recopila el columnista J. Ligorría, la presidenta del  Tribunal Primero A de Mayor Riesgo

  • Durante el juicio contra los generales citados arriba se puso en evidencia la incapacidad de la jueza para sobreponerse a la carga ideológica que lleva el proceso, olvidó que casos como el que estaba conduciendo precisan de extremo escrúpulo y plena observancia de los detalles para no quedar a merced de recursos posteriores que echen por tierra la sentencia que se produzca.
  • Inició el debate cinco meses antes de lo programado cuando aún se gestionaba un amparo provisional; no podía comenzar porque el recurso incidía sobre prueba que debía ser recibida por un juez distinto en la etapa intermedia.
  • Siguió adelante, a pesar de que existían causa de excusas y recusaciones entre los litigantes y el tribunal, y viceversa.
  • Expulsó al abogado de confianza de Ríos Montt.
  • Intengó obligar a los defensores del otro acusado a representar forzosamente a Ríos Montt, sin ser ellos miembros de la Defensa Pública.
  • La jueza no permitió la inmediata incorporación de un nuevo defensor del principal acusado, y mientras que con los acusadores fue permisiva y flexible, los defensores fueron limitados excesivamente para acceder a los mismos recursos, y no le dio la palabra al acusado cuando este solicitó permiso para intervenir en el debate. Según el Código Procesal, el acusado puede intervenir tantas veces como lo solicite.
  • Desconoció una orden de la CC y rebatió lo actuado por la rigurosa y valiente jueza Carol Patricia Flores, hasta hace poco heroína de los activistas de DDHH y hoy vilipendiada por estos.
  • Calificó de ilegales las instrucciones de las instancias superiores y dejó en evidencia un denodado interés por castigar a quienes se acusaba.

¡Es evidente que la jueza Barrios no se sujetó a la ley y actuó por encima de ella!  Es evidente que esa jueza -¿en su arrogancia?- creyó que el apoyo mediático, dipolomático, oenegero y político que recibe le permitirían actuar con impunidad. Pero ahí está que no.  La valentía y el compromiso de la jueza Flores, asi como de la Corte de Consltuticionalidad le pusieron un alto a sus arbitrariedades y abusos contra el debido proceso y contra el estado de derecho.

Las amenazas de la CICIG

Dicho lo anterior, también llama la atención que el jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, amenazó con investigaciones contra la jueza Flores, extremo que solicitó el excomandante guerrillero Pablo Monsanto.  Flores, por cierto, fue calificada como una jueza imparcial que honra al sistema de justicia, por agrupaciones de derechos humanos.  Lo que se me ocurre es: Dado que la Corte confirmó la anulación ordenada por la jueza Flores, ¿la CICIG investigará también a los magistrados de aquel alto tribunal? El excomandante de la guerrilla, ¿pedirá la investigación de los magistrados de la Corte de Constuticionalidad por confirmar la actuación de la jueza Flores? Yo creo que no se atreverán porque eso sería el equivalente a dispararse en el pie.  Igual cosa ocurrirá si quienes adversan la resolución de la Corte de Constuticionalidad acuden a actos violentos como bloqueos de calles y carreteras, destrucción de propiedad ajena, pintas, y amenazas contra quienes obstaculizan sus propósitos.

Mientras tanto la jueza Carol Flores y los magistrados de la Corte de Constitucionalidad son héroes del debido proceso y del orden constitucional.


22
Abr 13

La CICIG, como Saturno, se come a sus hijos

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Saturno devorando a un hijo, por Francisco de Goya,  es uno de los cuadros que más repelús me daban en la niñez; y de eso me acordé cuando leí el comunicado (PL, 18 de abril de 2013)  en el que la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala le responde a la publicación que un grupo de guatemaltecos hizo, titulada Traicionar la paz y dividir a Guatemala (EP, 15 de abril de 2013).  También me acordé de eso cuando leí el comunicado con el que el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras, le respondió a la CICIG (aunque sin mencionarla).

A la Comisión, como al Procurador de los Derechos Humanos, les incomoda que los guatemaltecos expresen libremente sus opiniones sobre las actuaciones judiciales en el caso que por supuesto genocidio se les sigue a los generales retirados Efraín Ríos Mont y José Mauricio Rodríguez.  La arrogancia es tal que hoy un grupo de ciudadanos se atreve a afirmar (PL, 22 de abril de 2013)  que no está a debate si hubo genocidio durante el enfrentamiento en el que la guerrilla intentó tomar el poder por la fuerza para instaurar la dictadura del proletariado.  Según estos grupos de interés el asunto no está a debate, las opiniones distintas polarizan, y quienes las sustentan no gozan de la confianza internacional.

Lo irónico es que muchos de los señalados por la CICIG y por los grupos que buscan venganza por medio de los procedimientos judiciales citados arriba aplaudieron la creación y establecimiento de la Comisión que ahora les ha colgado un sambenito.  Eduardo Stein, para citar a uno sólo de ellos, era vicepresidente de la República durante la presidencia de Oscar Bereger, y fue esa administración la que pidió a la CICIG (a pesar de las prevenciones).  El Cacif no sólo apoyaba la labor de la Comisión, sino que hace poco propuso una instancia contra el contrabando parecida a la CICIG.  Por jugar a progres es que les salió la criada respondona.  La CICIG, además, tira la piedra y esconde la mano.

Es como Saturno devorando a un hijo.  Muchos guatemaltecos y muchas organizaciones pidieron CICIG porque renunciaron a su responsabilidad en cuanto a acabar con la impunidad en el país, o porque irresponsablemente se acomodaron a la ola de presión internacional y oenegera a favor de aquela comisión.  Actuaron como niños a la espera de que un adulto, o papi les resolviera los problemas.  Y papi ahora les hincó el diente.

Ahora se vuelve a confirmar que quienes no piensan como la CICIG y como muchos de sus patrocinadores y clientes, es un enemigo de la paz y de la justicia.  Ahora resulta que no hay tal cosa como la independencia judicial porque los jueces que no fallan conforme a las expectativas y demandas de la Comisión son desprestigiados y atacados de forma sumaria y sin seguir un proceso debido.

Leí esto, de Arturo Pérez-Reverte,  en el Facebook de mi colega Claudia:  En esa necesidad nuestra, no de vencer y convencer, sino de vencer y exterminar al vencido. Borrar hasta su huella. Fusilar al que levanta las manos, en vez de ofrecerle un pitillo y mirarlo a los ojos; y pienso que ayuda a explicar la actitud de la exguerrilla, la CICIG, la PDH,  las ONG, las embajadas y los organismos internacionales a quienes les incomoda que se opine distinto a ellos.

¡Ah, Saturno!

La foto es de Francisco Goya [Public domain], via Wikimedia Commons


19
Abr 13

No hay paz sin verdad, ni justicia

En una actitud de franco y abierto desacato, el Tribunal Primero A de Alto Impacto, presidido por Jazmín Barrios anunció que continuará con el debate en el juicio que por supuesto genocidio se sigue contra los generales Efraín Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez.  El acto es nulo, claro, porque ayer  Carol Patricia Flores, titular del Juzgado Primero A de Mayor Riesgo, resolvió anular todas las diligencias del juicio que se seguía contra el exjefe de Estado, y el extitular de Inteligencia Militar, quienes por 20 días han estado sometido a procedimientos judiciales arbitrarios e ilegales.

Flores explicó que su decisión se debió al cumplimiento de dos órdenes que le fueron notificadas el pasado martes: la primera de la Corte Suprema de Justicia, que le  ordenó a aquella judicatura que restituya al Centro de Acción Legal en Derechos Humanos lo ordenado en el amparo interpuesto contra la decisión que el 23 de noviembre de 2011 trasladó a Miguel Ángel Gálvez el caso contra el general Héctor Mario López Fuentes, único sindicado en aquella fecha.  La segunda orden de la Corte de Constitucionalidad que detalla que la juzgadora debe recibir las actuaciones y dar exacto cumplimiento al amparo provisional otorgado al CALDH.

Las anteriores resoluciones fueron suficientes para que la jueza decidiera dejar sin efecto todo lo actuado del 23 de marzo de 2011 en adelante, y anular el juicio que hasta ayer se realizaba contra Ríos y Rodríguez.  Antes de hacer pública su decisión, la jueza Flores dijo que Más que un deber es una obligación resolver lo ordenado por la CC y la CSJ. La juzgadora insistió en que no resolvía “a su sabor y antojo”, sino en cumplimiento a las órdenes de ambas Cortes.

Ayer, un reportero me consultó acerca de estos acontecimientos y me preguntó que qué opinaba de la resolución de la jueza Flores.  Le dije que si el propósito de aquellos procedimientos judiciales era el de buscar la verdad y hacer la justicia para consolidar la paz, yo celebraba que se respetaran las garantías del debido proceso y el estado de derecho.  Luego preguntó que si todo lo actuado era anulado, eso tendría efectos en el dolor y el sufrimiento de las víctimas; a lo que respondí que ciertamente le dolor y el sufrimiento eran cosas muy malas y que no deberían ocurrir, y que era lamentable. Lo que olvidé mencionar es que la jueza Barrios debería haber pensado en eso cuando actuaba a sabiéndas del amparo interpuesto por CALDH, y cuando actuaba de forma ilegal y abusadora en el tribunal.  Sospecho que la arrogancia y la fortaleza que le daban sus patrocinadores (ONG, prensa, embajadores extranjeros, organismos interesados y otros) le impidió ver que estaba poniendo en riesgo la legalidad de los procedimientos en los que incurría.  Finalmente me preguntó si no es que se ponía énfasis en la forma, y se perdía la importancia del fondo.  A este cuestionamiento respondí que la forma y el fondo se complementan.  Que si bien el fondo es importante, la función de la forma es proteger las garantías del debido proceso y del estado de derecho; y que su función era la de evitar procedimientos arbitrarios, antijurídicos, prepotentes y abusadores.  La forma puede obstaculizar el fondo; pero la función de la forma es proteger el fondo.

En fin…todo esto se está moviendo rápido y lo importante es que se haga justicia y que prevalezca la verdad para que la paz no se funde en venganza, ni en arbitrariedades.  Aribrariedades y abusos como el de la jueza Barrios al no acatar la resolución del Juzgado Primero A de Mayor Riesgo, de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Constitucionalidad.


18
Abr 13

¿Qué dice el Procurador de los Derechos Humanos?

Llamado a la paz y a evitar la confrontacion social

En las últimas semanas, diversas acciones y pronunciamientos que atraen la polarización,  insinúan e incluso podrían incitar a la violencia, me hacen reiterar la necesitdad de apelar al sentido de nación y espíritu democrático de toda la población guatemalteca,para que no se dejen manipular por ningún tipo de presiones ajenas al debido proceso y al ejercicio imparcial de la justicia, dice un comunicado publicado por el Procurador de los Derechos Humanos.

Dado que en política, la palabra polarización se refiere a la división de la opinión pública en extremos opuestos, uno puede suponer que al Procurador le incomoda aquella división.  ¿Preferiría, el funcionario, que la opinión pública fuera una sóla?    Si es así, ¿cuál prefiere? ¿Preferiría que en el contexto del juicio viciado por supuesto genocidio no se cuestionaran los designios de los grupos nacionales e internacionales interesados en condenar a Efraín Ríos Montt y a José Mauricio Rodríguez aún a costa del estado de derecho y del debido proceso?

Personalmente, yo preferiría un Procurador que considerara total y absolutamente inaceptables los procesos judiciales y las presiones ajenas al debido proceso, al ejercicio de la justicia.  Preferiría un Procurador que fuera inmoderado en su defensa de la presunción de inocencia y de otras garantías procesales.  No sólo para los encartados en el proceso que originó el pronunciamiento, sino para todos los habitantes de la República.  Personalmente preferiría un Procurador que defendiera la libertad de expresión no sólo en esta caso, sino en cualquiera otro.

¡A ver si el Procurador dice algo con respecto a las presiones que ejerce la presencia de cuatro jueces y fiscales que vinieron a apoyar a los grupos interesados en sentencias condenatorias a cualquier costo!

El futuro de Guatemala está en juego y más que una mordaza lo que necesita la opinión pública es confianza en que se puede reflexionar, cuestionar y discutir sin la censura de quienes están obligados a defender la libertad de expresión.


18
Abr 13

El debido proceso, ¿se impondrá sobre la arbitrariedad?

La Corte de Constitucionalidad les notificó al Ministerio Público y a los querellantes adhesivos que el juicio por supuesto genocidio tiene que regresar a la etapa intermedia, con la jueza Carol Patricia Flores.  Esto implica que todo lo actuado por el juez Miguel Ángel Gálvez y la jueza Jazmín Barrios, es nulo. El proceso tendría que regresar al 11 de noviembre de 2011. La decisión de la CC se basa en que aquella etapa intermedia no ha concluido y, por lo tanto, manda que sea concluido.

Debido a que Barrios y Gálvez ya conocieron el caso, no lo podrían conocer nuevamente.  En la audiencia de hoy Barrios tiene que acatar la orden de la CC y enviar el expediente completo a la jueza Flores y tendría que dejar de conocer. De no acatar la orden, puede ser destituida por la Corte.

Está por verse si el debido proceso se impondrá sobre la arbitrariedad, si el estado de derecho prevalece sobre los intereses creados, si la justicia se eleva sobre la venganza.


09
Abr 13

Atol con el dedo para los chapines

A ver…recuérdenme por qué es que muchos chapines votaron por los actuales pipoldermos.  Ah, es porque ofrecían seguridad.  Hoy, sin embargo, leemos que de acuerdo con un informe presentado por el Grupo de Apoyo Mutuo, durante el primer trimestre de este año las muertes violentas en el país se incerementaron en un 9& comparado con 2012.

Pero los chapines votaron por Los Colom/Espada porque ofrecían ¿seguridad con inteligencia? Y votaron por Alfonso Portillo porque Efraín Ríos Montt estaba con él y ofrecían seguridad.  Y siempre ha resultado que la delincuencia y la inseguridad van creciendo y se van multiplicando.  Sospecho que a los votantes chapines les dan atol con el dedo.  Y sospecho que la seguridad y la justicia no son prioridades.  Sospecho que son más importantes el poder y el saqueo, que la seguridad ciudadana, y que la impartición de justicia pronta y cumplida.


07
Abr 13

El peligro de las estadísticas

Uno de mis maestros más queridos decía que las estadísticas son engañosas porque si yo me como un pollo y tu no comes ninguno, en promedio nos comimos medio pollo cada uno; y decía no le gustaban porque en materia de políticas públicas, El decía que el conocimiento de las estadísticas lleva a los políticos y a los funcionarios a querer componer las cosas y eso conduce al constructivismo racionalista, al estado niñera y al estatismo.

Las estadísticas, además, son peligrosas.  Por ejemplo, las mentes sencillas tienden a calificar a los diputados y al desempeño del Organismo por la cantidad de leyes aprobadas; y suponen que mientras más elevado es el número de las estadísticas, mejor es el desempeño.

Otro caso peligroso es el siguiente: Como el Ministerio Público y los tribunales tienen presión por mostrar estadísticas elevadas de condenas por delitos, no es extraño que haya personas inocentes purgando penas.  Así, sus números se añaden a las estadísticas de condenas.    Tal es el caso del homónimo que vimos publicado ayer, por el cual una persona que está presa por un delito que no cometió.

La presión pública y de los medios de comunicación, en cuanto a mostrar números estadísticos elevados, es un incentivo para multiplicar la legislación y para cumplir con metas a cualquier costo.  Incluso el de la vida de algún inocente.


03
Abr 13

Ocho denuncias por crímenes de exguerrilla

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En los años 60, un día de marzo, la mamá de una cuata tenía 15 años de edad e iba caminando de la mano de su hermana, (que tenía 9 años de edad).  En esa ocasión, un grupo de guerrilleros le tiró una bomba a un camión de soldados que pasaba por ahí, y la niña de 9 murió en el acto.  La mamá de mi cuata sobrevivió.

Historias como esta no ocupan titulares, y las noticias como la que ilustra esta nota son alejadas de la luz pública; sin embargo son reales.

Por eso es importante que un equipo del Ministerio Público investigue las denuncias contra 263 exguerrilleros señalados por delitos de terrorismo, asesinato, desaparición forzada, contra los deberes de la humanidad, genocidio, violación al derecho internacional humanitario y tortura.   Y más importante es que lleve a juicio a los presuntos responsables.  Las investigaciones sobre la masacre en El Aguacate, en San Andrés Itzapa, Chimaltenango, es de las más avanzadas.  Hay cuatro imputados por esa matanza, pero el MP no ha proporcionado nombres.  También es investigado el secuestro de Ricardo Méndez-Ruiz Valdés, hijo del coronel y exministro de Gobernación que lleva el mismo nombre.


02
Abr 13

Trato inhumano para la PNC

No soy un fan de la Policía Nacional Civil; y sí, sí he leído las historias de policías violadores, secuestradores, extorsionistas, abusadores y cómplices de delincuentes.  Pero ahora que leí la historia esa de que los agentes destacados en sitios turísticos de Izabal recibieron raciones de alimentos vencidos me molestó muchísimo y me tiene indignado.

¡Carajo!, ¿qué tan inhumano y pura lata hay que ser para mandarle comida vencida a alguien?  Además, las latas que se muestran en la foto de la noticia que origina estas líneas se ven viejas, lastimadas y en mal estado.  La comida no sólo está vencida sino que parece desperdicio.  No es justificar las cosas; pero, ¿por qué nos extraña que la policía sea corrupta e ineficiente si sus agentes son tratados como animales?

La PNC, junto con los tribunales de justicia, el Ministerio Público y el sistema penitenciario, es uno de los cuatro pilares del sistema de seguridad y justicia.  Y la seguridad y justicia son las únicas justificaciones razonables para tener un gobierno.  Pero tenemos un Ministerio Público que es incapaz de culminar investigaciones criminales de forma exitosa; tenemos tribunales lentos, venales y prevaricadores; tenemos cárceles que están en poder de los delincuentes; y tenemos policías que…bueno, ya lo dije arriba; pero que, además, son tratados de forma inhumana. ¿Por qué nos extraña que la inseguridad ciudadana y la injusticia estén a la orden del día? Está claro que la seguridad y la justicia no son prioridades para los pipoldermos.  Imagínate tu, trabajando en Izabal (o donde sea) con esos uniformes que han de ser saunas portátiles, con sueldos de miseria, con la moral por el suelo, sin apoyo político, ni administrativo; y recibiendo latas de comida vencida y con mal aspecto.

Desde una perspectiva humana me dieron pena los policías.