20
Nov 09

Los maravillosos volcanes y el ocaso

Como ayer el volcán de Fuego estaba echando humo justo a la hora del ocaso, así es como se vieron el cielo, las nubes, el citado coloso y su acompañante el volcán Acatenango y la luz del sol cuando se ocultaba.

Desde el fondo del volcán, Pele debe haber estado impresionada con semejantes juegos de luces.

26
Oct 09

La increíble Carrera de las animas

Allá por 1986 visité Todos Santos Cuchumatán para la fiesta de todos los santos, el 1 de noviembre. Con un grupo de amigos viajamos hasta Quetzaltenango, donde pasamos la noche, y de ahí agarramos para Huehuetenango y para Todos Santos. El camino fue espectacular y también todo el viaje. Pero nada nos había preparado para lo que vimos en aquella población.

Por supuesto que lo primero que deja boquiabierto es el colorido de los trajes típicos de Todos Santos; pero luego…casi todo el pueblo estaba borracho. Hombres, mujeres, ancianos, y preadolescentes estaban ebrios. Había varias marimbas en las calles y mucha gente bailaba más de forma ritual, que de forma lúdica. Nosotros compramos nuestro pulmón de aguardiente y disfrutamos de la fiesta. Un pulmón, por cierto, es un litro que viene en un envase que asemeja, precisamente, un pulmón.

Lo más impresionante, sin embargo, es ese rito que se conoce como La carera de las ánimas. Un reportaje nos cuenta que en la carrera cuelgan un gallo de las patas en un extremo de la pista, para que el montador más audaz le arranque la cabeza y luego ofrezca la sangre del animal a la madre tierra. Aparte de eso, la carrera constituye una forma de demostrar valor y coraje. Cada jinete alquila su caballo por Q1 mil. Aparte, desde el velatorio comienza el consumo de bebidas embriagantes. “Muchos participan ebrios en la cabalgata, y si alguien pierde la vida es señal de que será un buen año”.

Juan Mendoza, ex jinete que participó en varias ocasiones en aquella actividad, el ritual representa un orgullo para cualquier todosantero, porque es un sacrificio para los ancestros. “El jinete que sacrifica su vida, su nombre forma parte de la historia de las tradiciones del pueblo. Esa acción deja claro de dónde venimos”, explico.

Cuando visité Todos Santos, en aquella ocasión, vi caer varios jinetes, pero no vi muerto alguno; y claro que vi al gallo colgado.

El Todos Santos de ahora es bastante distinto al de 1986; pero estoy seguro de que la celebración del 1 de noviembre será algo inolvidable para quienes tengan la oportunidad de vivirla.

La foto es por Mike Castillo, de Prensa Libre.

24
Oct 09

Un lustre en el Parque Centenario

Echarse un lustre, en el Parque Centenario de la ciudad de Guatemala era algo que había que hacer alguna vez en la vida. Ilo tempore era una costumbre de hombres de negocios, intelectuales, políticos y otros miembros de la fauna del Centro Histórico, que ahora lustran sus zapatos en otros espacios y en otras circunstancias.
Yo me eché mi primer lustre, ahí, c. 1974 ya que en aquel entonces solía capearme del colegio por las tardes y aprovechaba ese tiempo para pasarlo en el Parque Central (adyacente al Parque Centernario) y sus alrededores. Tenía entre las dos y las cuatro para pasármelas en la Biblioteca Nacional, explorando los edificios del área, o guiando turistas a cambio de un helado, o de unos centavos. Y, cuando me abundaba el dinero -cosa que no ocurría con frecuencia- me echaba un lustre mientras leía un libro, o una revista para sentirme importante.
En la caja de lustre hay tintes, pastas, cepillos, trapos y protectores de calcetines. Las cajas suelen ser de madera, decoradas al gusto del propietario y diseñadas para que el cliente pueda poner sus zapatos con comodidad y seguridad. Cuando yo era niño, mi hermano y yo teníamos nuestra caja de lustre porque se esperaba que cada noche lustráramos los zapatos que íbamos a usar al día siguiente. Eso, por supuesto, no ocurría con la frecuencia deseada, ni era algo que pasara voluntariamente.
Hace poco necesitaba un lustrador para que hiciera lo suyo con mis zapatos, en mi casa. Bajé a la calle y cerca de mi casa encontré a dos. Uno era evidente que estaba borracho; y el otro, que no tenía mejor aspecto, me respondió que él no se movía de donde estaba. En defensa de los lustradores, los hay muy responsables y laboriosos; tal es el caso de Tomás el que mantiene mis zapatos brillantes.
Cuando era niño, durante las vacaciones en Panajachel, un par de veces tomé pan de la cocina para compartirlo con los lustradores a cambio de escuchar sus historias acerca de ir a cangrejear (actividad que yo disfrutaba mucho) y de otras aventuras propias de niños.
El Parque Centenario ya no es el lugar agradable y seguro que era antes; y aunque está siendo remozado, los problemas principales son la inseguridad y la inmundicia. Con todo y todo, todavía es un espacio rico en imágenes sorprendentes; y vale la pena pasar por ahí algún día y echarse un lustre.
La foto es por Raúl Contreras, de Así es la vida.

11
Oct 09

Procesión en la Villa de Guadalupe

Mi barrio siempre está activo con festividades populares. Ayer hubo esta procesión y hoy había marimba en la plaza. La Villa de Guadalupe tiene vida propia. Ahora mismo, en la plaza, hay un coheterío que parece como de Año Nuevo.
La procesión recorre las calles del barrio en donde la esperan las alfombras tradicionales de flores, frutas y aserrín. La acompañan escolares, bandas, devotos y los quemadores de cohetes y de incienso. La siguen los vendedores de golosinas.

02
Oct 09

¡Está temblando!

Suavemente…el suelo se está meciendo. El epicentro fue a 55 kilómetros de la Ciudad de Guatemala, en el Departamento de Chimaltenango; y su magnitud fue de 4.9. Vea la información completa, aquí.


22
Sep 09

Hoyos en la ciudad

El hundimiento de tierra registrado en la colonia Covías, de la zona 5 de la ciudad de Guatemala, vuelve a llamar la atención sobre los agujeros que podrían estarse formando en el Valle de la Ermita.

El más tristemente célebre de ellos fue el del Barrio San Antonio; pero hace unos 8 años (minutos más, minutos menos) hubo una serie de pequeños agujeros en la zona 1 de la Capital. Recuerdo unos particularmente dañinos a inmediaciones de la 9a. Calle entre Cuarta y Sexta avenidas; y he oído, también, que por ahí por el Callejón Del Fino y por la Sexta Avenida A, el suelo se siente hueco en algunas casas.

16
Ago 09

Cuadros de costumbres: chapines bailando

Estas escenas me recuerdan un cuadro del pintor Ramón Banús. Los danzantes están en el Centro Comercial Peri-Roosevelt y si algún lector pudiera ayudarme con identificar la pieza que están bailando, sería buenísimo.
La idea de Cuadros de costumbres, en Carpe Diem y en homenaje al escritor José Milla, será la de retratar escenas de la vida cotidiana chapina.

15
Ago 09

Tenía ratos de no poner un meón

La de orinar en lugares públicos es una de las costumbres más despreciables de los chapines. Sólo se compara a la de la impuntualidad, a la de nunca confirmar invitaciones y a la de no responder directamente a preguntas directas. La de mear es tan desagradable como la de sonarse la nariz con la mano y tirar los mocos al suelo, o a una pared. Y bueno…mejor ya no sigo.

La idea de este espacio surgió porque una vez leí que en algún lugar de México a los meones la gente les grita: ¡Meón, meón!; y porque el difunto Chepe Zarco impulsó, hace añales, una campaña contra la gente que ensuciaba las calles. La campaña decía: No sea coche.


14
Ago 09

Chapina y adulterio ¿creativo?

Sylvia Gereda nos contó, ayer, la jugosa (y lastimosa) historia de una chapina que fue a echar una cana al aire a España y resultó inventándose que había sido secuestrada sexualmente. Su idea, me parece, era la de aprovechar que ya estaba allá, y quedarse del otro lado del charco. Seguramente el asunto hubiera pasado inadvertido, si no hubiera ido a parar a El País.

A mí me cayó en gracia el asunto por dos razones: La primera, es que me recordó el incidente en el que una pareja amiga se vió involucrada en Cincinnati, hace unos años. El fue contratado por una empresa de allá y ella no se iba sin su muchacha; así que movieron cielo y tierra para conseguirle visa a la mucama y la familia, porque ya tenían un hijo, se fue para Ohio. Allá pasaron el tiempo que tenían que pasar y cuando se acercaba la fecha de retorno la cosa se puso color de hormiga.
Un día de tantos, cuando la fámula no estaba en casa, irrumpieron en el apartamento de mis amigos la policía, la migra y quién sabe qué autoridades más. ¡Incluso iba la televisión local!
Resultó que a la vista de su inminente retorno a chapinlandia, a la empleada se le ocurrió inventar que estaba secuestrada en el apartamento de mis amigos y que había logrado escapar. Las autoridades llegaron con el propósito de capturar a mis amigos y, para no hacer la historia larga, los patronos se salvaron porque los vecinos y otras personas atestiguaron que la empleada entraba y salia del apartamento constantemente y que no estaba confinada, ni secuestrada, ni nada parecido.
La segunda razón por la que me cayó en gracia es por la rapidez con la que los comentaristas del incidente colectivizaron el asunto. De una chapina sinvergüenza pasaron a que a los chapines nos pusieron en vergüenza (como si otras gentes, de otras partes no hicieran cosas similares, o peores), y de eso a que los latinoamericanos somos mentirosos.
Demasiadas personas están demasiado dispuestas a colectivizar las acciones de ciertos individuos; y de ahí las siempre repugnantes generalizaciones como que los irlandeses son borrachos, los judíos son tacaños, que los indigenas son haraganes, o que los ladinos son unos desgraciados.

12
Ago 09

Martín y sus dientes de oro

Martín es mi proveedor de anacates; y aparte de traerlos siempre frescos, es un sujeto divertido. Además, tiene esta estupenda sonrisa adornada con sus iniciales ME y una estrella en oro.