En la foto están la escultura y, atrás, el autor, su musa, “la doña Mafer”, y su hija, Paulina.
Curiosidad: fuente de las virtudes fue inaugurada ayer en Cayalá. La magnífica escultura armoniza perfectamente con la arquitectura del área y enriquece la experiencia de quienes trabajan allá y visitan ese espacio. Como era de esperarse, esta obra de Walter Peter Brenner es muy inspiradora.
Son tres niños de bronce en actitud relajada, artística, en contacto con la naturaleza, disfrutando de la música y la lectura. Sentados sobre una piedra volcánica de la que brota agua refrescante, y en la cual habitan peces vivos. La escultura no sólo transmite la belleza de sus formas, sin la de las ideas y los ideales que la hacen posible; no sólo desde la perspectiva del artista, sino desde la de los que hacen posible el espacio que ocupa. ¡Atlas vive, y sostiene el mundo!
Las tres figuras y los elementos que las complementan son una verdadera obra de arte. Cuando las visites no dejes de observar los detalles. El grillo, los calcetines de los niños y sus expresiones, por ejemplo.
La ceremonia de develación estuvo a la altura de lo que se celebra. Los discursos breves y poderosos, como pocos. La comida y las bebidas deliciosas, por el restaurante Oliva. El cielo y el sol brillantes. Y muchos buenos amigos. ¿Podría haber sido mejor?
Yo celebro que Curiosidad: fuente de las virtudes es posible. Y celebro a las personas que la hacen posible. ¡Lehaim!
De paso, comparto contigo la guía de Luc Travers para apreciar el arte. En 2012 tomé un curso con él y su guía ha elevado la calidad de mi experiencia frente a pinturas, esculturas, dibujos y fotografías.
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