23
Abr 13

La triste historia de los libros prohibidos

Seguramente has oído historias acerca de regimenes que queman y prohiben libros.  Los nacionalsocialistas y los socialistas soviéticos quemaban y prohibían libros.  La iglesia católica tenía un Index lilbrorum prohibitorum.  Aquí en Guatemala, entre los años 1960-1990 es muy posible que fuera peligroso tener ciertos libros de ideologías colectivistas.  Quemar y prohibir libros es una práctica propia de regímenes autoritarios, totalitarios y/o anacrónicos.

Pues…ahí está que no.  Aquellos fenómenos se dan, también, en sociedades modernas y occidentales.  En sociedades donde los intereses particulares prevalecen sobre los derechos individuales; y en sociedades en las que el respeto a las ideas y las formas de vida pacíficas de otras personas es una práctica del diente al labio.

Este vídeo nos cuenta de los 10 libros más prohibidos.


18
Feb 13

Libertad de expresión, “Plaza pública”, e impostura

Estoy de acuerdo con la idea de que los medios de comunicación -incluidos los masivos- existen para el ejercicio de la libertad de expresión de sus propietarios; y por eso creo que no se debe limitar la existencia de medios de comunicación.  The more, the merrier; porque así los hay para todos los gustos.  Creo, también -pero esta es una consideración más mercadológica, que de otra naturaleza- que a los medios de comunicación que tienen pretensiones de ser masivos, les conviene ser diversos.  Y a los usuarios nos conviene que compitan.

Estoy convencido de que cuando los propietarios de un medio de comunicación deciden publicar algo, o no, lo que hacen es ejercer su derecho de propiedad y que esa decisión no constituye censura.  El propietario tiene derecho a decidir qué ideas va a apoyar con sus recursos, y qué ideas no.  Y ya que hay ideas buenas, e ideas malas, no considero que sea algo virtuoso financiar, o apoyar la diseminación de las ideas malas.  Es más, creo que eso es intrínsecamente malo.  El buen periodismo debe ser objetivo; pero…¿tiene que ser imparcial?

Dicho lo anterior no me parece que Plaza pública haya cometido censura cuando su director, Martín Rodríguez tomó la decisión de quitar una columna de opinión y cerrar el blog: La vida parcialmente examinada, compartido por Walda Salazar y Oscar Pineda.  El director de aquel medio actuó en defensa de los intereses de los propietarios del diario y de sus patrocinadores.  El diario es de los jesuitas y estos tienen derecho a pedirles a sus empleados y a sus colaboradores que no critiquen a la Compañía, ni al Papa, ni al Vaticano.

Y hasta aquí llegaría la cosa si no fuera porque Plaza pública se presenta como paladín de la libertad de expresión sin compromisos con los poderes, ni con los patrocinadores o anunciantes.  Con respecto a la relación entre el periodismo y los patrocinadores, el 9 de marzo de 2012 el diario publicó un editorial titulado El periodismo y la censura empresarial.  En esa pieza el diario afirmó que  uno de los problemas más profundos de la libertad de expresión en una democracia y la consideración del derecho a la información como un bien público para la sociedad de Guatemala y Centroamérica: la censura empresarial y la autocensura de los medios.

“Plaza pública” surgió…porque un grupo de periodistas estábamos frustrados con los límites a la libertad de expresión y de prensa que existen en los medios tradicionales a la hora de abordar …el papel del sector privado en nuestro país.

Los periodistas y los medios en Guatemala nos legaron en 25 años una democracia en la que le perdieron el miedo a fiscalizar a los políticos y a los militares, pero nos heredaron también una gran deuda en cuanto a describirnos al resto de poderes en la sociedad, empezando por los más poderosos, los empresarios. Y es que, contrario a las restricciones imaginarias construidas por el discurso conservador, la cosa pública, el interés público, eso que debe ser discutido y abordado por una sociedad, no se limita a las acciones y a los actores del Estado.

En la democracia guatemalteca y su libertad de expresión –abortada en el siglo XX y amordazada desde el Estado al amparo de la elite conservadora– es comprensible que la alerta permanente para evitar censuras dirija sus reflectores a los políticos y al Estado. No está de más.

Pero desde esta tribuna…queremos apuntar otros reflectores hacia la censura que ejerce fuera de micrófonos parte del sector privado sobre el periodismo en Guatemala y que no tiene que ver con la línea editorial de los medios, línea que en muchos casos, da buen y legítimo cobijo a los intereses patronales. Es algo cotidiano que ante un cuestionamiento de parte de un reportero, un empresario llame al dueño del medio para vetar artículos que considera que pueden afectar a las aspiraciones de su empresas, o de sus amigos, casi siempre con éxito. O incluso llegar al extremo de que telefónicas tengan el poder de vetar cartas de los lectores que sean críticas con sus servicios.

En aquellas líneas, Plaza pública daba la impresión de ser un medio que estaría libre de la censura, o autocensura que supuestamente ejercen los poderosos, los dueños, los anunciantes y los patrocinadores.  Daba la impresión de que se erigía frente a los lectores un medio de comunicación al que no frustrarían los límites a la libertad de expresión que ejercen los poderosos y los conservadores.  Daba la impresión de que sus reflectores no iban a apuntar sólo a las acciones de los políticos y del estado, sino que iban a ser de más amplio espectro.  Daba la impresión de que ninguno de sus colaboradores iba a recibir llamada alguna de propietario alguno  para vetar artículos que perjudicaran sus intereses, o los de sus amigos.  Y daba la impresión de que, si eso llegara a suceder, el que llamara no iba a tener éxito.

Pero qué va.  Ahí está que no.  Ahí está que era impostura.  Ahí está que a Plaza pública, como a cualquier otro medio de comunicación masivo, tiene que pensar dos veces si se mete con sus propietarios, con sus intereses, con los amigos de sus propietarios, con los socios de sus propietarios, ni con sus intereses.  Y si se mete…tiene que enfrentar las consecuencias.

Más valiente y cabal hubiera sido que Plaza pública fuera sido objetivo y que no se hubiera puesto ínfulas de paladín contra los poderes, ni contra los intereses de los propietarios y patrocinadores de otros medios.  Mejor hubiera sido que, desde el principio, hubieran dicho que aunque no reconocían el derecho que los anunciantes tienen de decir que ideas patrocinan y qué ideas no patrocinan, si reconocían la facultad de los jesuitas a decidir qué ideas patrocinan y qué ideas no.  Hubieran dicho, desde el principio, que no creían que los propietarios y anunciantes de otros medios tuvieran el derecho de negarle espacio y tiempo a nadie; pero que esa creencia exceptuaba a los jesuitas, al Papa, al Vaticano y a sus intereses.  Así la gente no se hubiera confundido y las cosas hubieran sido claras, respetuosas y transparentes; sobre todo para sus lectores, y también para Salazar, Pineda y otros colaboradores.

Al final de cuentas Plaza pública no va a morder la mano que le da de comer; porque si lo hace, y ad majorem dei gloriam, un jesuita va a llamar a Martín para recordarle que en ese medio no se debe criticar a los dueños, ni a los patrocinadores.


03
Dic 12

La Web debe ser libre y abierta

Un mundo libre y abierto depende de una Web libre y abierta. Los gobiernos, los políticos y sus funcionarios, no deben determinar el futuro de Internet .

Firma aquí para defender la Web libre.


27
Nov 12

No a la censura

Los que conocen Carpe Diem saben que me opongo al uso del dinero de los tributarios -por parte de los pipoldermos– para financiar cualquier tipo de arte.  Y no les va a extrañar que me oponga a una alianza entre religiosos y políticos para ejerecer la censura.

El término censura, por cierto, sólo se aplica a actos de poder ejercidos desde el gobierno.  Ningun individuo u organización -incluso ninguna iglesia- tiene la capacidad de silenciar, o suprimir una publicación, una pintura, una escultura, o una canción, para citar unos ejemplos; sin embargo, los políticos y sus funcionarios sí tienen el poder para hacerlo.

La libertad de expresión de individuos privados incluye el derecho a no estar de acuerdo con lo que ve, lee, o escucha; y también incluye el derecho a no leer, escuchar, ni ver -y a no financiar- a sus antagonistas.  En cambio, los políticos y sus funcionarios, con dinero ajeno tomado por la fuerza y supuestamente de todos, no deben coligarse con intereses privados para beneficiarse, ni para  imponerse sobre otros.  Por eso es inaceptable que los religiosos y los políticos y sus funcionarios financien esculturas (por ejemplo), y es inaceptable que dispongan qué es lo que se puede exhibir, y qué no. ¿Por qué? Porque están usando la majestad de la ley, y el poder público, para imponerse.

Pero claro, la culpa no es del loro, sino del que le enseña a hablar.  Muchos de los que ahora claman contra la censura, no dudan en pedir y aceptar que los políticos y funcionarios tomen dinero ajeno por la fuerza y se los entreguen a ellos para que ellos puedan pintar, esculpir, escribir, cantar, o tocar instrumentos, a costa y muchas veces a disgusto de los legítimos propietarios de los recursos.

Los estatistas quieren tener los privilegios; pero no les gusta pagar el costo de entregarse (y de entregarnos) a los pipoldermos.

Las fotos son de una escultura de Manolo Gallardo, una foto de David Vance y una performance de Marina Abramovic.


22
May 12

¿Quiénes pueden usar güipiles y quiénes no?


Hoy, Julissa Carrillo, nos cuenta una historia que motiva a la meditación:

Ricky López fue el director de un anuncio patrocinado por la Cervecería Centroamericana para la nueva campaña  turística de Guatemala, una muy buena idea ya que la última vez que el nombre de nuestro país sonó en el extranjero fue en la noticia de la masacre en Petén. Este video iba a reproducirse en el Times Square en Nueva York, pero la comisión de Cultura Indígena lo censuró. El turismo es indispensable para la economía de muchos guatemaltecos. El anuncio muestra bellas imágenes que dan a conocer nuestros lugares, gente, tradiciones y diversidad cultural; esto último está representado al final del video que muestra a cuatro bellas mujeres, con güipil en una balsa de madera, cada una de ellas tiene delante un canasto con los distintos tipos de maíz; lo que molestó a dicha comisión fue que estas mujeres eran “turistas”, sin rasgos indígenas y vestían güipil. Así que mi percepción es que al final del video se muestra simbólicamente nuestra diversidad cultural y que la Comisión Indígena debería de pensar en el daño que le ocasionó a la economía del país al censurar tan bello anuncio.

¿De verdad existe una comisión política que pude decir quiénes y en qué condiciones pueden utilizar ciertas ropas? ¿Por qué es admisible esta forma de censura?

Mi bisabuela, Adela; mi abuela, Frances y mi tía abuela Adelita usaban textiles indígenas adaptados a sus trajes occidentales cuando eso no era fashionable. Mi tía Adelita normalmente usaba güipiles bellísimos. ¿Ofendería, eso, la sensibilidad de la comisión citada? Mis amigas Heti, Erika, Lissa, y María Eugenia se ven guapísimas cuando usan güipiles, o chachales. ¿Ofendería, eso la sensibilidad de la comisión?


06
Feb 12

Líderes religiosos consiguen censura

Google India cerró varias páginas de Internet porque grupos políticos y religiosos las consideran ofensivas. La medida fue adoptada tras semanas de intensa presión estatal sobre 22 gigantes de la Internet para que retiraran fotos, videos o textos considerados antirreligiosos o antisociales. Además, una corte de Nueva Delhi les dio a Facebook, Google, YouTube y Blogspot y a otras empresas importantes dos semanas de plazo para presentar sus planes para vigilar sus redes.

Cuando veas las barbas del vecino cortar, pon las tuyas a remojar. Lo que está ocurriendo en India puede ocurrir en Occidente si somos indiferentes y si cremos que no es con nosotros.

La foto la tomé de la Revista STAM


18
Ene 12

Ni SOPA, ni PIPA


12
Mar 11

Hoy es el Día mundial contra la censura en Internet

La celebración, cada 12 de marzo del Día mundial contra la censura en Internet, les rinde homenaje a los usuarios de la Red que viven y luchan en países donde hay censura y a su lucha por la libertad en Internet.  Países como Cuba, China y otros.  La importancia de Internet en estos entornos es fundamental porque el resto de medios están controlados por los políticos y sus burócratas.

Con respecto a la censura, Ayn Rand explicó que:   “Censorship” is a term pertaining only to governmental action. No private action is censorship. No private individual or agency can silence a man or suppress a publication; only the government can do so. The freedom of speech of private individuals includes the right not to agree, not to listen and not to finance one’s own antagonists.

Por supuesto que si un no entiende la naturaleza de la propiedad privada, no puede entender la de la libertad de expresión; y eso hace que algunas personas crean que el ejercicio de su libertad de expresión debería obligar a otros a darle espacio, e incluso hasta financiarla.

Aquí en Carpe Diem, que es un espacio privado de uso público, se entiende por libertad de expresión el derecho que tiene cualquier persona de expresar sus ideas, valores, propuestas, opiniones, y otros.  Eso significa que el propietario de Carpe Diem (o sea yo) tiene el derecho de decidir el contenido que  considera verdadero, falso, útil o inatingente.   Si un lector o usuario acepta las reglas de participación -identificarse y hacerse responsable; no agredir, ni usar falacias ad hominem contra personas ni organizaciones a las que les tengo cariño y respeto; y no tollear– entonces puede hacer uso del espacio. Carpe Diem reconoce la libertad de expresión que tienen los irresponsables, irrespetuosos y trolles, siempre que lo hagan en sus propios espacios, con su propio tiempo y con sus propios recursos.  Que se consigan sus propios seguidores…y sus propios trolls.

19
Ago 10

¿Por qué hay que defender el artículo 35?

El martes pasado, un tribunal venezolano les prohibió a los medios de comunicación impresos que publiquen -por un mes- imágenes sobre violencia. Esto fue como consecuencia de que el diario El Nacional, que es crítico del régimen de Hugo Chávez, puso en su portada una foto de 12 cadáveres apilados en la morgue de Caracas.

El fallo dice que los medios no deben publicar imágenes violentas que de una forma u otra vulneren la integridad psíquica y moral de los niños y que la mencionada es una acción de protección.
El Nacional publicó esa foto para respaldar un reportaje sobre la criminalidad creciente en aquel país sudamericano; y por ello recibió una multa del 2% de sus ingresos brutos.
En Venezuela, la libertad de expresión está bajo ataque. No sólo porque el régimen puede cerrar medios de comunicación y perseguir a sus propietarios; sino porque, ahora, puede establecer qué se publica y qué no, y puede imponerles multas, a los medios, si no obedecen las reglas de la censura.
Estoy seguro de que hace unos años, cuando el régimen de Chávez empezó a hacer sus primeros pinitos en cuanto a control de medios y censura, alguien advirtió que aquellas prácticas eran peligrosas y que tenían que ser detenidas inmediatamente. Y sin duda, en esa misma ocasión, varias voces dijeron que no, que no había por qué preocuparse, que los que advertían el peligro estaban viendo micos aparejados; y quizás dijeron que seguramente los perseguidos y los censurados se lo merecían. Y no faltó quien pensó que nunca le pasaría a él.
¿Qué pasará, en Guatemala, cuando se discute la importancia del artículo 35 de la Constitución? Ese por cierto, es el artículo que protege la libertad de expresión.

23
Mar 10

Google, la censura y China

Google cerró su motor de búsqueda en China, y para no hacerle el juego al régimen de Pekin, no censurará los resultados en aquél país. En lugar de eso redirigirá las búsquedas a Hong Kong. Por supuesto que esta es una solución temporal porque, seguramente, China bloqueará el buscador de Hong Kong.

Este es el régimen con el cual colaboran los empresarios chapines que participarán en la Feria de Shangai.
Si bien es cierto que el comercio internacional es intercambio entre personas que viven en diferentes localizaciones políticas; también es cierto que cuando aquel intercambio ocurre en lugares donde el gobierno tiene un involucramiento directo en el comercio este tiene un elevado contenido político, generalmente vinculado al crony capitalism y a otras prácticas relacionadas.
Estas vinculaciones estrechas entre quienes ejercen el poder como dictadura, y quienes hacen negocios al amparo de aquel poder, o en sociedad con él, deberían dar que pensar.