08
May 15

¿Por qué hay comisión pesquisidora?

manifestacion

¡Que no se te olvide!, la razón porla cual los diputados sesionaron ayer y la mayoría votó por conformar una comisión pesquisidora contra la vicepresidenta Roxana Baldeti, es la presión ciudadana en la que tú, tu familia, y tus amigos han estado participando.  Si no hubieramos puesto esa presión, los diputados no se hubieran visto en la necesidad de avanzar en el proceso relacionado con La línea y la defraudación en la Superintendencia de Administración Tributaria.

Sin aquella presión, nada bueno ocurriría. Ahora no hay que soltar le pelota.

Para la Historia, los nombres de los miembros de la comisión pesquisidora son:

Del Partido Lider, de Manuel Baldizón, Salvador Baldizon (hermano del candidato), presidente de la comisión; Manuel Barquín y Mario Yanes; de Creo, de Roberto González, Alvaro González; y de la Unidad Nacional de la Esperanza, de Sandra Torres, Fidel Reyes.

¿Quiénes y de dónde fueron los diputados que votaron contra la conformación de la comisión pesquisidora? Pablo Duarte, del Partido Unionista, de Alvaro Arzú; Gregorio Nolasco, del oficialista Partido Patriota; Julia Maldonado, de Líder; y Walter Felix de la exguerrillera Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.

No estuvieron en el hemiciclo para este asunto importante: Edgar Arévalo, Iván Arévalo, Boris España, Floridalma Leiva, Fidencio Lima, Emilenne Mazariegos, Gudy Rivera, Gloria Sánchez, Mynor Cappa, Rodolfo Castañon, José Trejo, José Echeverría, Joel Martínez, Marvin Osorio, Mario Rivera, Virna López, Pedro Gálvez, Alvaro González, Leonel Lira, Ruben Pérez, ni Paul Briere (con licencia).

¿Anotaste los nombres?

Por cierto, si ni la Comisión Internacional contra la Corrupción en Guatemala, ni el Ministerio Público han presentado evidencias de corrupción contra Baldetti, ¿de qué sirve que el Congreso le levante le revoque el privilegio de antejuicio a la vicepresidenta? Ojalá que algún abogado lector nos explilcara. Porfa.  Y sin Monzón, ¿qué son papas y pan pintados, y qué no?


08
May 15

Pepe Batres y las aduanas

11118131_964847790215818_8233109596990263298_n

Hubo siempre y habrá contrabandistas/ que al gobierno defrauden sus caudales,/ a pesar de los guardas, de los vistas,/ los administradores, los fiscales;/ inútilmente los economistas/ con su ciencia y sus fórmulas legales/ el medio de evitarlo van buscando:/ ¡Mientras más leyes hay, más contrabando!

Los anteriores son versos de José Batres Montúfar, que murió en 1844 y a quien seguramente recuerdas por Yo pienso en ti.  Ya entonces, él sabía lo que parece ignorarse ahora: que las causas de la corrupción en las aduanas son su existencia misma, y las leyes que obstaculizan el comercio. La corrupción, y esto no debería sorprender a nadie, tiene sus raíces en la arbitrariedad propia de la legislación aduanera, en las barreras no arancelarias y en los contingentes de importación.

Entendido lo anterior, ¿cuál es el remedio para acabar con la corrupción en aduanas?  La solución de fondo nos la da el poeta: a la dificultad hallo la enmienda;/ y la quiero callar con el objeto/ de colocarme al frente de la hacienda:/ cuando la obtenga se sabrá el secreto,/ que, en reserva, sin tropas y sin balas/ consiste en suprimir las alcabalas.

El fracaso de la SAT y del sistema de aduanas nos presenta la oportunidad perfecta para dejar de hacer lo mismo de siempre y esperar resultados distintos: no hay que dejar pasar esta ocasión para cerrar las aduanas y eliminar los aranceles.  Esto no sólo acabaría con las fuentes de corrupción, sino que traería prosperidad porque, por medio de los precios más bajos para productos importados se mejoraría la calidad de vida de las personas y –para quienes se espantan de sólo pensar en una sociedad sin coerción, ni privilegios– mejoraría los ingresos para los políticos por medio de un IVA que debería ser universal [Esto es un sarcasmo, para los que necesitan que se les expliquen estas cosas].

¿No puedes imaginar una sociedad en la que sea abolida la facultad de los políticos para tomar dinero ajeno por la fuerza y redistribuirlo? ¿Qué tal un arancel único de x%?  Ello y la eliminación de barreras no arancelarias y los contingentes eliminaría la arbitrariedad que es el caldo de cultivo perfecto para la corrupción.  ¿Qué tal si no desperdiciamos la oportunidad?

Columna publicada en El periódico.

La ilustración la tomé de Facebook.