Cuando se exagera el número de muertos, aún en una masacre espantosa, o en dos, ¿debería ser corregido el error?
Según una nota de la Associated Press, citada por Milenio.com, el bombardeo aliado de la ciudad alemana de Dresde, en 1945, mató a unas 25 mil personas; muchas menos que las 135 mil calculadas hasta el momento, según informa una comisión especial integrada por 12 especialistas.
Cuatro años de investigaciones confirmaron 18 mil muertes y demostraron que la policía y las autoridades municipales de aquel entonces creyeron que hubo unas 25 mil víctimas. Desde fines de la II Guerra Mundial, los eruditos han variado sus cálculos de víctimas muertas por los bombardeos británicos y estadounidenses del 13 y el 14 de febrero de 1945. Algunos cálculos las situaron en 135 mil, o más. En su libro de 2005, sobre los bombardeos, el historiador británico Frederick Taylor sostuvo que la cifra real osciló entre 25 mil y 40 mil.
El elevado número de víctimas civiles y la destrucción de la ciudad ha sido un motivo de polémicas durante décadas — especialmente sobre si los aliados estuvieron justificados al atacar una ciudad repleta de refugiados. Los aliados esperaban que los bombardeos acelerarían la capitulación de los nazis. El crimen de Dresde es un artículo interesante por Fernando Díaz, de la Fundación Juan de Mariana.
Recientemente, los neonazis el Alemania hablaron de unos 500 mil a un millón de víctimas, y consideraron la medida un Holocausto de bombardeo, además de compararlo con el asesinato de 6 millones de judíos decretado por Adolfo Hitler. Acusaron a Gran Bretaña y Estados Unidos de cometer asesinatos en masa.
Las cifras de muertos suelen ser exageradas si los conteos se hacen con propósitos que van más allá del interés histórico. Otro caso similar es el de los muertos por el enfrentamiento armado en Guatemala.
La cifra estimada por el establishment ya va por 200,000 muertos; mientras que un conteo sereno -como el de Guatemala, la historia silenciada, por Carlos Sabino- no reporta más que unas 37,000 víctimas mortales.
¡Por supuesto que el asunto no es de números, porque igual de horrible es 37 que 200 mil muertos por una guerra para establecer la dictadura!; sin embargo hay dos cosas interesantes en estas comparaciones:
1. El recurso de elevar el número de víctimas para empeorar el aspecto de las cosas; y
2. Que en ambos casos, el porcentaje de exageración es de 18.5%