26
Nov 23

El convite y el inicio de las fiestas en la Villa de Guadalupe

 

Con el convite de hoy empezaron las fiestas de la temporada del solsticio de invierno en mi barrio, la Villa de Guadalupe.

Ya hay ventas navideñas en el parque del barrio y la próxima celebración será la fiesta de Guadalupe el 12 de diciembre cuando hay procesión y un despliegue espectacular de cohetes y fuegos artificiales. 

Las fiestas populares es una de las grandes maravillas de vivir en un barrio antiguo con tanto carácter como este. La Villa de Guadalupe, como lo dice su nombre, fue un pueblo aparte; incluso hubo un tren Decauville que unía la ciudad de Guatemala con aquella población. De hecho, la estación de aquel transporte se hallaba donde hoy se encuentra el centro comercial La Estación y de ahí su nombre. La villa se situaba junto al montículo de la culebra y su célebre acueducto del que aún se conservan restos visibles.  El barrio todavía conserva su plaza, su mercado y su iglesia y fue anexado a la ciudad de Guatemala, como uno de sus cantones, en 1922.

@luisficarpediem

Convite en mi barrio La Villa de Guadalupe #convite #tradicion #baile #villadeguadalupe #luisfi61

♬ Cumbia Buena – Grupo La Cumbia

¿Has visto un convite?

El primer convite que vi fue en Panajachel cuando yo tenía unos 6 años. Recuerdo que no me lo esperaba y que me impresionó mucho lo grandes y cabezones que se veían los personajes. Recuerdo que seguí al cortejo hasta la cocina del Hotel Casa Contenta en donde nos dieron gaseosas y pastel; y que varios de los trabajadores bailaban disfrazados. Entre ellos, Mariano, que siempre fue muy atento y deferente conmigo y con mis padres.

En Guatemala hay convites muy célebres como el de Sumpango, el de Villa Nueva, el de Mixco, el de Ciudad Vieja y el de Quiché. Pero, ¿qué es un convite? Es un desfile danzante de parejas -generalmente de hombres- que van disfrazados de personajes humanos y de caricaturas y así bailan por las calles de las poblaciones.


23
Nov 23

Día de Acción de Gracias, un banquete de gratitud y conciencia

Dentro de unas cinco horas -minutos más, minutos menos- celebraré con amigos queridos el Día de Acción de Gracias o Thanksgiving Day.  ¿Por qué? Porque para ser agradecido hay que valorar; y para valorar hay que estar consciente. ¿Qué es la consciencia? Ya lo dijo Aristókalos:

Es la facultad de conocer…me permite experimentar sensaciones. Integrar sensaciones en percepciones. Percepciones en conceptos. Conceptos en conocimiento. Y este conocimiento, es mi medio básico de la supervivencia.  Una consciencia sin medios de ser consciente no puede ser.  Una consciencia sin cuerpo es imposible.

El año pasado el pavo estuvo magnífico.

Esta fiesta es una oportunidad, de tantas que tenemos, para valorar a nuestras familias, amigos y personas queridas que enriquecen nuestras vidas.

Como cada año en esta fecha, y en el contexto de los párrafos anteriores, este es un buen día para ver Saints and Strangers que -descontado el misticismo- pone en perspectiva el contexto filosófico, jurídico, económico y políticamente hostil en el que se originó la fiesta de hoy.  También te recomiendo artículos:

Me gusta esta fiesta porque, además de lo dicho arriba, es acerca de la vida, la productividad, el ahorro.

Francamente, además, ¿a quién no le gusta celebrar aquello?…y ¿qué no es eso lo que hacemos el 1 de noviembre con el fiambre? Celebramos virtudes burquesas y el sistema que ha permitido que los pavos y otras delicias no sólo sean para las aristocracias, las oligarquías y los obispos.  ¿Qué sistema es ese? El que respeta los derechos individuales de todos por igual, el que respeta el proceso de mercado, el que favorece el intercambio y abomina de las relaciones forzadas, ¡Imagínate! Tal vez por eso es que a los destruccionistas no les gusta la celebración del Día de gracias.

Este año no lo celebraré con mi familia -como en otras ocasiones- pero mis pensamientos y cariño estarán en casa de mi hermana.  En unas horas Raúl y yo celebraremos con una deliciosa cena en la casa de amigos queridos y en compañía de queridos amigos.  Como el año pasado nos divertiremos como micos y comeremos delicioso.

El pavo y los demás componentes de la cena no aparecerán de la nada.  Son posibles gracias al ingenio, la productividad y a la empresarialidad de miles de personas que no conocemos. Son posibles gracias a nuestra productividad y a la de quienes nos facilitan ser productivos. Son posibles gracias a quienes transportan los productos y a quienes nos los venden. Son posibles porque ahorramos y porque muchos participaron en su elaboración.

¿Qué es una celebración sin buen vino?

En esta fiesta, aprovechemos para agradecer a quienes valoran nuestros talentos humildes. ¡Mil gracias! a los agricultores, transportistas, comerciantes, industriales, científicos, técnicos y demás que hicieron posibles el pavo, las papas, los quesos, los camotes, los panes, las arvejas, el tocino, los pasteles y demás.  Gracias a quienes lavan los platos, los moldes, los cubiertos y demás.  Gracias a quienes hicieron el vino y las gaseosas…y nosotros haremos el dulce de tapioca como postre.


19
Nov 23

Luces, música y maravillas, así brilla el Árbol Gallo en la Guatemala festiva

 

Con el Árbol Gallo empiezan las fiestas populares de fin de año en la ciudad de Guatemala.  Este festival de luces, música y alegría enciende el espíritu de la temporada y a mi me gusta disfrutarlo en la calle, con la gente y con el frío propio de estos meses.

Este año el árbol tuvo nuevos y notables efectos de luces.  Es admirable cómo es que la tecnología ha ido afinando los detalles en esta fiesta.

La del Árbol Gallo es una fiesta familiar que atrae a niños de brazos y a ancianos.  Es un maral el que nos reunimos en las avenidas de Las Américas y de la Reforma y en el Bulevar Liberación para admirar el Árbol y los fuegos artificiales.  Las dos primeras avenidas se encienten con luces en los árboles y a través de las calles.  Nunca he visto los espectáculos artísticos, pero la música siempre es muy alegre. Este año los fuegos artificiales estuvieron espectaculares y además fueron dobles porque los había del lado de la Avenida de las Américas y del lado de la Reforma. 

Como en otros años hay ventas de de todo en las calles.  No faltan los churrascos, los churros, y otras comidas callejeras. Toda el área es una feria de comerciantes que ofrecen cohetes, pachones, almohadas, disfraces para los niños, maquillaje y lo que se te ocurra.  Como en otros años Raúl y yo compramos juguetes de luces que les damos a niños cuyos padres se nota que no pueden -con holgura- comprarles juguetes en esa fiesta.  

Es notable la presencia de los bomberos y de la policía para garantizar el orden y la seguridad; pero lamentablemente de cuando en cuando caen pelos en la sopa.  Vimos a una familia a la que le habían robado un teléfono móvil y los policías se movilizaron inmediatamente para encontrar al sospechoso. No está de más recordar que cuando uno anda en aglomeraciones hay que tener cuidados extremos con los teléfonos y las billeteras.

Claro que me gozo las luces del Árbol Gallo y los fuego artificiales; pero lo mejor son las caritas de los niños, admirados; y las de los adultos mayores. Yo me embobo viendo aquellas maravillas y desde finales de octubre me ilusiona mucho ir a la calle a esta fiesta. Me encanta ver a familias completas, especialmente a las que llegan desde temprano y hacen picnic en la tarde. 

@luisficarpediem

¡Arbol Gallo 2023! #arbolgallo #arbolgallo2023 #fuegosartificiales #fiesta #luisfi61 #navidad

♬ Arre Borriquito – Starlite Singers

El Festival del Árbol Gallo -de la Cervecería Centroamericana- se celebra desde hace 38 años y es parte importante del imaginario chapín de las fiestas del solsticio de invierno y de la navidad.  En unas semanas serán las Luces Campero y el Festival Navideño en la Plaza de la Constitución.  Cayalá ya está vestida de fiesta y luces; y Departamento de Artes Escénicas de la Universidad Francisco Marroquín celebrará Joy.

¿Qué más viene ahora? La quema del diablo; la fiesta de Guadalupe en mi barrio y en el centro con sus fascinantes toritos; y la Nochebuena con la alegría de los fuegos artificiales.

 ¡Que estas fiestas y el espíritu celebratorio chapín viva por siempre!…y desde Carpe Diem les deseo a los lectores felices fiestas junto a sus familias y seres queridos, larga vida y prosperidad.


01
Nov 23

¡El fiambre y la alegría de la vida!

 

Sostengo que el plato estelar de la cocina guatemalteca es el fiambre; y ¿cuál es el mejor de todos los fiambres? El que comes en familia -y con los amigos-, el que te conecta con tu niñez y el que tiene tu carácter. En Guatemala, el día de Todos los santos y el de Los muertos se fusionan el día 1 de noviembre y es una ocasión para celebrar la vida. 

El fiambre es el más chapín de todos los platos chapines!

La fiesta en la que los guatemaltecos comemos fiambre es la versión chapina del Día de Gracias. Es una festividad que celebra la vida, los frutos del trabajo productivo y la dicha de tener con quienes compartirlos.

No es posible un buen fiambre sin trabajo y sin productividad, sin ahorros, sin abundancia y sin familia, ni amigos para compartirlo. Un buen fiambre es imposible sin amor, como dijo mi cuata, Carmen. La tradición del fiambre es de las cosas más bonitas de Guatemala, dijo mi cuata, Adriana.

El mejor fiambre es el que te conecta de tus raíces y te acerca de tus ramas…para usar una metáfora como cualquiera otra.  El fiambre que hacemos en casa tiene su origen en por lo menos cuatro generaciones.  Está basado en la receta de mi madre, Nora; que recibió la de mi abuela paterna, Frances; basada en la receta de mi bisabuela, Adela que, a su vez, la recibió de su cuñada, Elisa.

En casa tomamos en serio la fiesta del fiambre, que es el Día de Gracias, guatemalteco.

La fiesta en la que los guatemaltecos comemos fiambre es la forma chapina del Día de Gracias. Es una festividad que celebra la vida, los frutos del trabajo productivo y la dicha de tener con quienes compartirlos.

No es posible un buen fiambre sin trabajo y sin productividad, sin ahorros, sin abundancia y sin familia, ni amigos para compartirlo. Un buen fiambre es imposible sin amor, como dijo mi cuata, Carmen. La tradición del fiambre es de las cosas más bonitas de Guatemala, dijo mi cuata, Adriana.

Cada familia guatemalteca tiene su propia receta de fiambre, y ¿sabes cuál es el mejor fiambre? El que sabe como el de la casa de tus padres, o como en la de tus abuelos; pero también es el que tiene tu toque personal.  Es el que te recuerda tu niñez, tu adolescencia y tu proceso de maduración, y el que tiene tu carácter.  El mejor fiambre es el que es acerca de tus raíces y acerca de tus ramas…para usar una metáfora como cualquiera otra.  El fiambre que hacemos en casa tiene su origen en por lo menos cuatro generaciones.  Está basado en la receta de mi madre, Nora; que recibió la de mi abuela paterna, Frances; basada en la receta de mi bisabuela, Adela que, a su vez, la recibió de su cuñada, Elisa.

Hay fiambres rojos, blancos y verdes (y el el año pasado oí que hay amarillos); y en casa el caldillo de nuestro fiambre es rosado.  El fiambre es un plato tradicional y muy complejo de la cocina guatemalteca por lo que requiere de todo el buen juicio, el entusiasmo y la sazón que puedan tener quienes lo preparan.  Las claves de un buen fiambre son la armonía de los sabores, de sus formas, sus texturas y sus colores, así como la calidad de los ingredientes y tener con quién compartirlo. Hace unos años leí, en Twitter, que la verdadera soledad es no tener quién te regale un buen plato de fiambre.

La preparación del fiambre lleva semanas de planificación y de ejecución.  La fiesta del fiambre no es sólo acerca de comerlo (que ya es bastante bueno); sino acerca de la expectativa de seleccionar las carnes, los embutidos y los adornos; es sobre la compra de las verduras y sobre el proceso de hacerlo en familia, con amigos y en buena compañía. Es sobre lo que se goza haciéndolo y sobre recordar y recordar las anécdotas relacionadas con su elaboración. Por ejemplo, este año, como el año pasado y el anterior, fuimos a seleccionar y a comprar una gallina gorda al Mercado Colón y eso es toda una experiencia. Nosotros siempre usamos los embutidos de La puerta del Sol, preparados por Virgilio y su equipo, basados en la receta del legendario Abel.

En casa, este año, lo hicimos Raúl, Nora yo…y mi hermana, Guisela vino simbólicamente a ayudar

A mí me gusta el fiambre desde niño, y recuerdo muy bien la emoción que sentía cuando llegaba este día y nos dirigíamos a casa de mi abuela, para almorzar.  Recuerdo muy bien lo feliz que estaba el primer día que mi madre preparó el fiambre en casa y la ilusión con la que preparamos nuestro primer fiambre, en mi casa.

Este año -en igual que en 2020, 2021 y 2022- decidimos conceptualizar mejor las fiestas en medio de otro año difícil, después de un año difícil, después de un año difícil; y para no olvidar que, a pesar de que la vida es frágil, el universo es benevolente.  Este año, como en el pasado y el antepasado, hubo otro plato estelar: el pan de muerto de Tradición culinaria.  Un pan de muerto, relleno que ha elevado la barra y es aplaudido por todos los que tenemos la dicha de probarlo. También hubo helado de camote, que preparó Raúl. ¿Sabes qué no hubo? Cebollitas de Cambray que usamos para el encurtido de remolachas.  En el mercado nos contaron que es porque viene de Sololá y allá hubo bloqueos severos cuanto tocaba comprarlas. ¿Cuántas personas perderían sus cosechas por aquellos días? Los pepinillos dulces los tuvimos porque nuestra amiga, Rachel, nos envió unos para la Nochebuena del año pasado.

@luisficarpediem

Con el fiambre los chapines celebramos la vida. Es nuestro “Día de Gracias”. Lo celebramos en familia y con amigos. Celebramos el trabajo producivo, el ahorro y la prosperidad que lo hacen posible #fiambre #tradicion #tradition #life #luisfi61 #pandemuerto #memories

♬ Panajachel – Marimba Internacional Voz Paduana

Ahora que con el Halloween y el Día de los muertos empezaron las fiestas del fin de año, en Guatemala, les deseo a todos lo mejor.  Larga vida y prosperidad…y paz al lado de quienes aman.


11
Sep 23

El encanto de los pasteles de Luna, fiesta otoñal

 

Desde hace años, en casa disfrutamos de los pasteles de Luna tradicionales chinos.  En parte porque sólo hay en septiembre que es el mes de mi cumpleaños, y en parte porque nos gusta celebrar el otoño.  Y por hacer bulla.

Pasteles de Luna para celebrar la prosperidad, la salud, la longevidad y la felicidad, entre otros valores.

Es una costumbre china que, en otoño y en celebración del Festival Zongquiu o Festival de la Luna, sean elaboradas estas delicias. Los pasteles de Luna son densos y pesados comparados con los pasteles occidentales tradicionales; y suelen estar decorados con caracteres que aluden a la felicidad, la longevidad y otros buenos deseos, acompañados por imágenes de flores y conejos entre otros.

A mi me gustaron desde la primera vez que los probé, seguramente allá por finales de los años 90, gracias a mis amigos de Taiwán; y desde entonces siempre estoy pendiente de que salgan a la venta a mediados de septiembre. En Guatemala los venden en el restaurante Lai Lai.  Los hay sin huevo y con huevo.  Los primeros no serán ajenos al gusto occidental y de hecho pueden recordar algunos dulces tradicionales chapines hechos con camote; pero los segundos sí son un gusto adquirido que, a quienes nos fascina la comida oriental, nos parece encantador.

Este año la shinkflation alcanzó a los pasteles de Luna que más parecen bocadillos de Luna. En un contexto inflacionario la shrinkflation ocurre cuando para no elevar el precio de los productos se reduce el tamaño, o la calidad de los mismos.  En el caso de los pasteles de Luna están tan ricos como siempre, pero notoriamente más pequeños.


13
Ago 23

Cada quien cuenta de la feria según le fue en ella

 

¿Conoces el dicho? Cada quien cuenta de la feria según le fue en ella; significa que cada uno cuenta de una experiencia según lo positivo o negativo que ha obtenido de ella; y, pues, fui a la Feria de Jocotenango y es un paseo tan agradable y alegre.  Esta visita fue muy significativa luego de que en 2020 y 2021 por las prohibiciones arbitrarias no hubo esa fiesta; y el año pasado me pegó el virus chino.

Venta de dulces en la Feria de Jocotenango. Haz clic en la foto para ver más fotos y vídeos.

El ambiente siempre familiar y alegre; da gusto ver negocios que uno suele encontrar allá. Por supuesto que me disfruté mucho las comidas propias de la feria: dulces, garnachas, chelita y churros principalmente, porque los tacos y el atol de elote francamente estuvieron malitos. Compramos mazapán, que estaba tan riquísimo; conserva de coco y alfiniques. ¡Y gané llaveros en el tiro al blanco! Además, uno va a la feria a ejercer el arte antiguo de people watching.

Este año me llamaron la atención los letreros no sólo por los nombres de los negocios, sino por la iconografía.

Esta feria es muy antigua y data de cuando se celebraba en el pueblo de Jocoenango, adyacente a La Antigua Guatemala y que luego fuera trasladado junto con la capital del reino. Sin embargo tomó auge durante el gobierno de don Manuel Estrada Cabrera.  A finales del siglo XIX, José Milla, en Cuadros de costumbres se refiere a esta fiesta, y dice el autor: El día 15 del corriente, a eso de las diez de la mañana, me constituí en Jocotenango, no tanto para ver la feria cuanto para ver los que van a verla. Armado con mi espíritu de observación como un instrumento cortante, fui a reunir los materiales para este articulejo; o hablando con más exactitud, fui a tomar una fotografía de la feria. Si ella aparece desordenada, confusa e ininteligible, podrá ser, o, efecto de torpeza del fotografista, o, por el contrario, demasiada fidelidad del cuadro. Si es lo primero, yo tendré la culpa, si lo segundo, la tendré también, por haber escogido ese punto como objeto del bosquejo. En uno y otro caso, me someto al fallo, y no prometo la enmienda, visto que ni yo se fotografiar mejor, ni hay por acá cosas mejores en que ejercitar el arte.

Busto de José Milla y Vidaurre en la zona 6 de la ciudad de Guatemala.

Con Carmina, Sebastián y Raúl fui como en otros años, desde hace años. Los que visitan este espacio con alguna frecuencia saben que voy a la feria desde que era niño y que luego abandoné la práctica cuando aquella festividad decayó en calidad y seguridad. Hace varios años retomé la costumbre acompañado de amigos queridos y siempre la pasamos bien. A veces tenemos la suerte de llevar a extranjeros que están de visita en la ciudad.

Mi primer recuerdo de la Feria de de agosto (como también se la conoce para distinguirla de la Feria de noviembre, que era la de don Jorge Ubico) es de cuando estaba en primer grado de primaria. Mi padre y mi tío Freddy nos llevaron a mi hermano y a mí; y en el tiro al blanco me gané una botellita de vino que mi mamá usó para sazonar un pollo.

También recuerdo que me dio miedo pasar junto a las carpas en las que eran exhibidas la mujer araña y el niño gusano. ¿Por qué es que ya no hay ese tipo de espectáculos en la Feria de Jocotenango? ¿La gente dejó de disfrutar de aquella candidez? En 2007, en la Feria de verano, en Coatepeque había un espectáculo de Mariacandunga, la peluda, y ¿vas a creer que no entré?

Mariacandunga en la Feria de verano, en Coatepeque.

En mi primera visita a la Feria de agosto recuerdo que subimos a uno de esos aparatos que dan vueltas y que me bajé totalmente mareado. No volví a sentir nada tan espantoso hasta hace unos unos años, en Sumpango, cuando tuve la mala idea de subirme a la rueda de Chicago.

De la feria me fascinaba cómo cantaban lotería; y en casa mi tía abuela La Mamita imitaba muy bien a los de la Feria: ¡El Sol, cachetes de gringo! ¡El negrito, calzón rayado! ¡La muerte quirina, que andando se orina! Ojalá me acordara de más de esas frases, que no volví a oír hasta 2016.

Por cierto que observé que en la Feria no se recicla la basura, y te recomiendo que leas mi columna que publiqué sobre la absurda legislación de reciclaje en Guatemala.

Finalmente un agradecimiento a los Polis en la feria porque fueron muy atentos.


10
Ago 23

Caldo colorado y fiesta en Mixco

 

El caldo colorado es un platillo tradicional en Mixco donde se come, principalmente, en el contexto de la fiesta patronal de ese municipio.  

Es una delicia preparada con carne y hueso, variedad de chiles y de pimientas, canela tomates, cebollas, ajos y culantro. También se le añaden güisquil, güicoy y papa. Lo comimos acompañado por delicadas tortillas negras.

La primera vez que lo comimos fue 2014 gracias a María José; y este año lo volvimos a disfrutaren compañía de Majo, Raúl. Sergio y William.  Caldo colorado en buena compañía es lo puro utz.

Mixco es una población que fue absorbida por la ciudad de Guatemala y que, sin embargo, conserva su propio carácter.  Si a uno le tapan los ojos, le dan una vuelta en carro y le dicen que está en alguna población lejos de la capital (y uno hace caso omiso de la vista preciosa que hay desde allá) uno podría pensar que es cierto.  Sus calles, su plaza, sus casas y la gente, en la mera población, tienen el encanto de un pueblo de poráy. Además fuimos recibidos en la casa de Majo y eso es una dicha.

Por supuesto que disfrutamos de los convites; primero el que organizan personas de Quiché que viven en Mixco y tienen sus negocios ahí; y luego otro de mixqueños.  A mí me encantan los convites. El primer convite que vi fue en Panajachel cuando yo tenía unos 6 años. Recuerdo que no me lo esperaba y que me impresionó mucho lo grandes y cabezones que se veían los personajes. Recuerdo que seguí al cortejo hasta la cocina del Hotel Casa Contenta en donde nos dieron gaseosas y pastel; y que varios de los trabajadores de ese establecimiento bailaban disfrazados.

En la feria de Mixco no podía faltar la marimba orquesta que en la plaza amenizaba el baile del convite de los quichelenses; en tanto que el convite de los mixqueños era amenizado por una marimba que viajaba en un camión, precedida por otro camión que llevaba las bocinas.

¡Que bien la pasamos y que delicia el caldo colorado!  Lo comimos, por cierto, en el salón de la cofradía que está al lado de la capilla del patrono Domingo de Guzmán.

El año entrante recordaré pedir dos porciones y llevar aguacates y mantequilla y sal negra de Sacapulas para mis tortillas.


24
Jun 23

Lorocos y pitayas

En casa, hoy fue inaugurada oficialmente la temporada de lorocos y pitayas.  Hicimos spaghetti con lorocos y pitayas con Triple-sec.

En Guatemala los lorocos son propios de la cocina del oriente del país.  Cuando yo era niño eran muy escasos; pero ahora abundan bastante.  Se comen los botones; ni muy tiernos que estén verdes y duros, ni cuando ya se han abierto los pétalos. Esto es muy importante porque los que son muy tiernos y los tallos saben fatal.

Tradicionalmente se comen con pollo, en dobladas, en chuchitos o con arroz; pero en casa también los hacemos como salsa para spaghetti y en pizzas. El de la foto es spaghetti con salsa de lorocos que se prepara con facilidad: en mantequilla cristalizas cebolla, añades los lorocos bien selaccionados, sazonas con sal y pimienta y los cueces de modo que queden no recocidos,y luego añades crema de la mejor.  En casa usamos crema de Acul, Quiché.  Hoy los servimos con aguacates sazonados con sal negra de Sacapulas.

Recuerdo los lorocos desde que era niño y en casa los hacían con pollo para el almuerzo en tanto que, para las cenas, los hacían con arroz, o en empanadas.  Como eran escasos, también eran proporcionalmente caros, así que, cuando había lorocos era fiesta.

¿Y qué hubo de postre? ¡Pitayas con azúcar y Triple-sec! Que es uno de mis postres de frutas favorito.

A las pitayas se las conoce como frutas dragón, y en Honduras, creo,  hay una cueva, habitada por murciélagos, de la cual salen ríos de sangre.  Sangre que no es otra cosa que los excrementos de aquellos quirópteros alimentados con estas frutas maravillosas.

Aquella historia la leí en uno de mis libros de lectura en la primaria. Imagínate qué sentían los antiguos habitantes de esas tierras cuando veían ríos de sangre saliendo de Xibalbá. Y, tras de aquellos flujos, a los mismísimos mensajeros del inframundo, quizá millones de zotz.

Lo que destaca de las pitayas que conocemos es su color extraordinario; porque, para ser justos, su sabor no es la gran cosa.  En casa eso lo resolvemos al añadirles azúcar y un toque de Triple-sec.

¿Sábes qué ya está cerca? La temporada de anacates.


08
Abr 23

Lo dicho: “El lenguado es alabado y el bacalao es alabao”

 

¡Con que alegría y expectación esperamos el almuerzo tradicional de bacalao en esta temporada!

El bacalao a la vizcaína es el plato que muchos chapines comemos el viernes anterior a la fiesta de easter o pascua que algunos celebramos en el contexto del equinoccio de primavera.  Compartirlo es uno de los mayores placeres del bacalao, así que ayer lo comimos en familia.

Por supuesto que aquel es el caso de todos los platillos que llamo ceremoniales: el fiambre en el contexto del día de los muertos; el pavo en la Navidad y el solsticio de invierno, así como en el Día de acción de gracias.  También con el mole en mi casa, y con otros.  Son platillos que saben mejor si hay con quien compartirlos.

En esta entrada conté poco más, o menos la receta; porque no es que haya receta, todo es al tanteo.

Desde que yo era niño recuerdo que me gustaba muchísimo el bacalao a la vizcaína, tanto en las casas de mis abuelas como en la de mis padres; y ahora nos lo gozamos mucho en casa.  Desde el día que lo vamos a comprar, pasando por el proceso de quitarle la sal, hasta el momento en el que lo preparamos y, ¡Por supuesto! hasta el instante en el que lo probamos con buen pan francés!…y cerveza. Ahora me gusta mucho con cerveza.

Las tradiciones chapinas son para todos los sentidos: para el gusto, el olfato, la vista, el oído y el tacto.  Platillos, flores y frutas, imágenes y recuerdos, música y texturas; y en casa nos siempre las aprovechamos para pasar buenos ratos, construir nuevos recuerdos y revivir los viejos. Las tradiciones no son buenas, ni malas por ser tradiciones; su bondad, o perversidad dependen de sus contenidos particulares y de los significados que les damos.  En esta temporada, por ejemplo, algunos centran su atención en la muerte y en el sacrificio; mientras que otros nos orientamos a la vida y al propósito.  Hay tradiciones aborrecibles como la ablación y tradiciones hermosas como la de recorrer las calles en la noche durante las conmemoraciones de esta temporada.

Anoche caminamos por las calles de la zona 1 de extremo a extremo viendo procesiones, aprovechamos las calles llenas de familias y de gente con la que nos unen las tradiciones y los recuerdos.  Mucha buena vibra en esas calles y regresamos a las 2:00 a. m. de hoy.

Por cierto, la frase que dice El lenguado es alabado y el bacalao es alabao es de Les Luthiers.


07
Abr 23

La miel de garbanzos con pan de Toto

 

Miel de garbanzos al estilo de la costa sur, y pan al estilo de Totonicapán fue en desayuno de hoy para cumplir con una de las mejores tradiciones culinarias de la temporada.

Este año, en vez de traer pan de la costa conseguimos el de Toto que tiene su propio carácter.  Toto es célebre, entre otras cosas, por sus panaderías y su pan delicioso.

La miel de garbanzos es un dulce antiguo que en la costa se hace con panela canche y frutas.  En casa unas veces le ponemos frutas y otras no y la mejor forma de comerla es remojando el pan en ella; pero no cualquier pan, sino el pan para Judas, que son las tortas de yemas, o las tortas de queso tradicionales del solsticio de primavera y de la pascua.

El martes fue el día de preparación de este postre delicioso que disfrutamos mucho.  Es un postre elaborado porque hay que pelar los garbanzos de uno en uno y procurar que su forma de cabeza de pollito permanezca intacta (de ahí su nombre en inglés: chickpeas). Y luego hay que dejarlos caer en la panela canche hirviendo con canela para que calen.

Hoy la miel y el pan fueron parte del desayuno y nos alegrarán durante varios días en compañía de otras delicias propias del equinoccio de primavera y la pascua o easter que celebramos en casa con las tradiciones familiares; tradiciones que siempre involucran comida.

Por cierto que la miel de garbanzos de la costa no debe ser confundida con el dulce de garbanzos que se comía en la ciudad de Guatemala.