Los tamales -colorado y negro- no deben faltar en mi desayuno navideño tradicional. Espero todo el año para disfrutarlos y el placer y la alegría que me ocasionan son dignos de la fiesta.
Este año, sin embargo, el invitado de honor fue el Mincemeat pie; que era el pie favorito de mi padre. Este es un postre tradicional de la Navidad y, aunque poco conocido en estas latitudes. Es una mezcla intensa de uvas pasas, pasas de Corinto, manzanas, piel de naranja y citron, sazonados con canela, clavo, nuez moscada y brandy; así como algo de manteca. Las recetas antiguas llevaban carne, pero ahora no se acostumbra.
En casa teníamos añales de no preparar el Mincemeat y francamente y no soy muy bueno con la pasta de pie. Mi abuela, Frances y mi madre son las diosas de la pasta de pie; y tuve muchas dificultades con las que hice ayer. Empero, estoy contento con el resultado. Todavía tengo que perfeccionar mi técnica, pero me fue bastante bien. El relleno no es problema alguno porque lo compro preparado.
Infaltable, claro, fue una taza de leche con café.
Los tamales de Navidad, en Guatemala, son colorados y negros. Cada región y cada familia tienen su propia receta de tamales; pero básicamente son de masa maíz y/o de arroz y el recado se prepara con tomates, chiles y aceitunas (aveces con semillas tostadas, como pepitoria y ajonjolì) y, en el caso de los negros, con chocolate. Estos últimos son los más delicados de hacer para que sean bien balanceados. También pueden ser de cerdo, pavo, pato, y pollo. Aunque a mí me gustan más los de cerdo.
Los de doña Estelita son la receta de su madre y su familia es de San Martín Jilotepeque (en el altiplano), de modo que sus tamales son distintos a los de la Costa Sur y a los de Oriente, por ejemplo.
El teléfono de doña Estelita, por cierto, es2474-0260 .