10
Jun 24

Vuelve Miguel Angel Asturias

 

Porque me encanta El señor presidente, la novela magistral de Miguel Ángel Asturias, una parte de mí se alegra de que sus restos sean repatriados; pero otra parte de mí lo lamenta.

Miguel Ángel Asturias fue Premio Nobel de Literatura en 1967;  recibió el Premio Lenin de la Paz, de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, en 1965.  Fue padre de Rodrigo Asturias, comandante de la Organización del Pueblo en Armas, uno de los cuatro grupos integrantes de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca. 

Rick Blaine, en Cablanca.  Gracias a mi cuate, Nicholas, por la foto. 

He leído que el escritor -en su poesía- habría expresado su deseo de ser enterrado en Guatemala; y en todo caso, si así lo desea su familia que bien.  No deja de incomodar que la repatriación vaya a ser usada como distractor político.  Pero lo que de verdad lamento es que vayan a sacar sus huesos del cementerio Père Lachaise en París, Francia (porque París, es París), para depositarlos, ¿en el Cementerio General de Guatemala?

Este camposanto es un lugar de olvido, un lugar saqueado y un lugar profanado.  Que ha estado a cargo del Ministerio de Salud durante décadas y décadas sólo para terminar siendo un lugar hediondo, infestado de zancudos y de asaltantes.  

No estoy seguro de que el recuerdo de Asturias -que fue un grande- merezca este final en el país en el que él pensaba que sólo se puede vivir loco y borracho, como –según relata el escritor Francisco Alejandro Méndez- le dijo Asturias a Ezra Pound.

Finalmente, la repatriación de los restos del Nobel,  ¿la pagará la familia Asturias, o la pagaremos los tributarios? 


22
Oct 21

Cumpleaños de Miguel Angel Asturias

 

En 2016 se me volvió a cruzar en el camino El señor Presidente, de Miguel Angel Asturias y que me llamaba: Leemeee, leemeee, otra veeez, decía.

Me resistí porque siempre hay otros libros tengo que leer Libros que han escrito cuates míos; libros para mi trabajo y libros por placer, aunque en realidad, los libros para mi trabajo y por placer son casi lo mismo.  Luego recordé que no hay tal cosa como libros que tengo que leer; así como no hay cosas que tengo que hacer.  Lo que hay, como explica Fred Kofman, son demandas sobre mi tiempo y recursos.  Lo que sí hay son libros que elijo leer y cosas que elijo hacer. Dicho lo anterior compré el libro y lo leí; y en esta semana que se cumplieron 122 años del nacimiento de Asturias celebro la obra.

Con El señor Presidente tengo una historia que me causa gracia. En Tercero básico mi profesora de Literatura me dejaba leer lo que yo quisiera, independientemente de los libros asignados por el Programa oficial.  Esto era porque yo era un buen lector y leía libros con valor; porque me daba hueva leer los libros del Programa; porque tiendo a hacer lo que me place; y porque ella era buena onda y comprensiva, sabía que quizás era más importante seguir cultivando mi amor por la lectura, que zambutirme libros mediante coacción.

¿Y qué pasó?

Llegado el día de entregar los reportes en clase la maestra se ausento y la directora, doña Tere, llegó a recibirlos.  Cuando le entregué mi reporte de Sinuhé, el egipcio (novela que me incentivó a conocer más sobre el faraón Akenatón, el de la ópera Akhnaten) doña Tere me dijo que eso no era aceptable y que tenía ese fin de semana para leer el libro de Asturias y presentar el reporte el lunes.

Como era fin de semana largo me fui a Panajachel y allá leí El señor Presidente.  Allá devoré aquella novela porque me encantó.  Es uno de esos libros que -si eres chapín, si has visitado Guatemala, o si tienes intereses en Guatemala y su historia- seguramente vas a disfrutar; también si te interesan las dictaduras en América Latina y en el mundo.  Es una historia conmovedora y aterradora escrita de forma magistral.

Columna publicada en elPeriódico.


27
Jul 16

¡A leer El señor Presidente!

el-señor-presidente

Escucha el podcast aquí.

Hoy se me cruzó en el camino El señor Presidente, de Miguel Angel Asturias y que me llamaba.   que me decía: Leemeeeee, leemeeeee, otra veeeeez.  Se me cruzó en la venta de libros usados que hay en el Centro Estudiantil de la Universidad Francisco Marroquín.

Al principio me resistí porque tengo otros libros que leer.  Libros que han escrito cuates míos; libros para mi trabajo; libros por placer; en realidad libros para mi trabajo y por placer que son lo mismo.  Luego recordé que no hay tal cosa como libros que tengo que leer; así como no hay cosas que tengo que hacer.  No hay nada que hacer.  Lo que hay, como explica mi cuate Fred Kofman, son demandas sobre mi tiempo y mis recursos.  Lo que sí hay son libros que elijo leer y cosas que elijo hacer. Dicho lo anterior compré El señor Presidente con el ánimo de leerlo de nuevo. Hay varios libros de mi adolescencia que quiero volver a leer: El Popol Vuh y La mansión del pájaro serpiente, por ejemplo.

Con El señor Presidente (que es un librazo con una historia conmovedora y aterradora, escrito magistralmente) tengo una historia que me causa gracia.

En Tercero básico mi profesora de Literatura me dejaba leer lo que yo quisiera, independientemente de los libros asignados por el Programa oficial.  Esto era porque yo era un buen lector y leía cosas buenas; porque me daba hueva leer los libros del Programa; porque tiendo a hacer lo que me place; y porque ella era buena onda y comprensiva, sabía que quizás era más importante seguir cultivando mi amor por la lectura y los libros que zambutirme mediante coacción.

Llegado el día de entregar el reporte de El señor Presidente la maestra no llegó a clase y la directora, doña Tere, llegó a recibirlos.  Cuando le entregué mi reporte de Sinuhé, el egipcio (una novela en la que aprendí mucho sobre los egipcios y sobre el reinado de Akenatón) doña Tere me dijo que eso no era aceptable y que tenía ese fin de semana (que era largo porque llegaba el Primero de mayo), yo debía leer el libro de Asturias y presentar el reporte el lunes.

Como era fin de semana largo me fui a Panajachel y allá leí El señor Presidente.  Allá devoré El señor Presidente porque me encantó (y lo mismo me pasó con Doña Bárbara,  que leí ese año porque doña Tere ya me tenía el ojo puesto y no le permitió a mi maestra que me aceptara otros libros).  El señor Presidente es uno de esos libros que -si eres chapín, si has visitado Guatemala, o si tienes intereses en Guatemala y su historia- seguramente vas a disfrutar; también si te interesan las dictaduras en América Latina y en el mundo.  Como dije arriba es una historia conmovedora y aterradora escrita de forma magistral.


23
Jun 15

Jorge Mario Bergoglio: el Papa verde

Imagen de previsualización de YouTube

El Papa verde es una novela de Miguel Angel Asturias que integra la llamada Trilogía de la república bananera, junto a Viento fuerte y Los ojos de los enterrados.   Su protagonista es el pueblo sometido al yugo de la dominación imperialista y denuncia la penetración del capital extranjero.  Aquella trilogía le valió a Asturias el Premio Lenin de la Paz, en 1966.

El Papa verde es un mote que le caería bien a Jorge Mario Bergoglio, luego de la publicación de su enciclica ecologista Laudato si´.

En este documento Bergoglio no sólo les recuerda a sus seguidores que tenemos la obligación moral de cuidar el planeta; sino que 1. Apoya la agenda del calentamiento global de la ONU; 2. Dispara contra los combustibles fósiles, el mercado y la modernidad; y 3. para ello usa el lenguaje con el que se siente cómodo.

¿Qué tipo de lenguage? Los poderes económicos continúan justificando el actual sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera; dice Bergoglio.  Cualquier cosa que sea frágil, como el medio ambiente, queda indefensa ante los intereses del mercado divinizado, añade.  Para Bergoglio el gan capital y el mercado son los enemigos.  Algunos de sus defensores dicen que Bergoglio especifíca que el gran Satán no es cualquier mercado, sino el mercado divinizado; pero, ¿has visto alguna defensa del mercado (no salvaje, y no divinizado) por parte del Papa verde?  ¿Has visto alguna defensa del capital como fuente de productividad por partede Bergoglio?

Para ser justos, en Laudato si´, el Papa verde hace alusión al mercantilismo (que mi cuate Andrew Bernstein llama half-ass socialism) y dice: la salvación de los bancos a toda costa, haciendo pagar el precio a la población, sin la firme decisión de revisar y reformar el entero sistema, reafirma un dominio absoluto de las finanzas que no tiene futuro y que sólo podrá generar nuevas crisis después de una larga, costosa y aparente curación. Y en ese sentido pareciere que uno puede encontrar cierta comunidad de valores con Bergoglio; pero uno no debe engañarse porque la solución que propone la encíclica y todo el discurso papal previo a ella es: más regulación, más controles, menos libertad, más estatismo, más política en la economía.  A juzgar por el texto de Laudato si´ y otros textos papales, Bergoglio es un convencido de que la solución a la pobreza pasa  más por la redistribución de la riqueza; que por la economía globalizada, el crecimiento del capital, las inversiones productivas y la generación de más y más riqueza.  Cuando Bergoglio se refiere al mercantilismo, (o al capitalismo salvaje) lo que hace es caricaturizar al capitalismo. ¿Has leído, alguna vez, un texto de Bergoglio refiriéndose al buen capitalismo, al capitalismo bueno, al capitalismo (a secas), o algo parecido? Sospecho que en la mentalidad de Bergoglio y sus fans, el capitalismo salvaje no es un tipo de capitalismo, sino que el único capitalismo posible.

Para el Papa verde, las causas principales de los problemas ambientales (y del calentamiento global) se hallan en el mercado y en el sistema financiero; en el uso de los combustibles fósiles; y en la modernidad: en los hábitos que hacen la vida del siglo XXI más cómoda que la de siglos anteriores (el aire acondicionado, por ejemplo…y ¿me vas a decir que con los calores que hay en Roma, en el verano, Bergoglio no usa aire acondicionado?).

En Laudato si´, el Papa verde antropomorfiza a la Tierra y la hace Pachamama o Gaia, la gran madre (o hermana), en lo que puede ser desde un recurso literario hasta un instrumento demagógico; pero no un argumento científico en un tema que debería ser de orden científico.  Poco científica es, también, la posición de Bergoglio contra los combustibles fósiles.

En resúmen, dudo que Laudato si´ sea una invitación inocente al diálogo. Más bien parece un espaldarazo a los promotpres de políticas anti-industriales, anti-mercado, pro-estatismo y pro-intervencionismo.  Peor aún, es un clamor por una autoridad política mundial intervencionista como la que pedía su antecesor, Joseph Ratzinger.

El vídeo que acompaña esta entrada muestra una perspectiva que nos ayuda a entender mejor los combustibles fósiles; y si quieres ampliar tu perspectiva sobre el tema te recomiendo: The New Paganism? The Case Against Pope Francis`s Green Encyclical.


19
Ago 09

Luna, comé tu tuna

Cuando era niño recitaba algo que iba así: Luna, comé tu tuna; y echá las cáscaras en la laguna; y hoy que me dio por poner esta foto me enteré de que viene de El señor Presidente, de Miguel Angel Asturias. La frase original dice: ¡Luna, luna, tomá tu tuna y and´echá las cáscaras en la laguna!, la frase está en una de las escenas más escalofriantes de esa obra magnífica.

Estas tunas son del jardín de mi amiga, Lucy; y aunque yo no soy fan de esas frutas, me gusta comerlas de cuando en cuando y ciertamente que me alegra mucho cuando aparecen en mi mesa.