Jimmy Lai nació en China continental y escapó a Hong Kong a la edad de 12 años como polizón en un barco. De niño trabajó en una fábrica de ropa en la que llegó a ser gerente. Fundó una cadena de tiendas de ropa con lo que hizo su fortuna y luego de la masacre en la Plaza Tiananmen fundó la revista Next y su último proyecto de medios fue el tabloide Apple Daily. En su juventud, Jimmy leyó Camino de servidumbre, por Friedrich A. Hayek y ya puedes irte imaginando qué talla de luchador por la libertad y el estado de derecho es.
Jimmy Lai, empresario y campeón de la libertad recibió el 2023 Milton Friedman Award for Advancing Freedom, que otorga el Cato Institute.
El homenajeado pudo haber tenido una vida cómoda; pero fue arrestado por primera vez en 2014 durante una manifestación en Hong Kong. Cinco años más tarde atrajo la ira del Partido Comunista Chino cuando se reunió con Mike Pence, Mike Pompeo y Nancy Pelosi durante una visita a Washington D.C.
A lo largo de 2020, Jimmy fue arrestado varias veces por participar en manifestaciones ilegales (como las de la célebre Revolución de las sombrillas) y por supuesta colusión con autoridades extranjeras y, ¡Sorpresa! por fraude y por violar la seguridad nacional. En 2021 fue capturado por, supuestamente, ayudar a 12 fugitivos del régimen a escapar de Hong Kong a Taiwán. Jimmy ha entrado y salido de prisión muchas veces y su juicio programado para septiembre de 2023 podría resultar en una sentencia de cadena perpetua.
Si me convierten en un símbolo de la resistencia, todo lo que sufra bajo el régimen será un mensaje maravilloso para que el mundo ponga atención a lo que ocurre aquí, dijo Jimmy que pudo haber dejado Hong Kong y pudo haberse puesto a salvo de la persecución por parte de Pekín; pero decidió quedarse y continuar la lucha por la libertad y el estado de derecho. El caso de Jimmy no es único, por lo menos siete de los más prominentes luchadores por la libertad en la ex colonia británica fueron condenados por asociación ilícita.
No quise dejar pasar esta ocasión para llamar tu atención sobre Jimmy por tres razones: Primero, porque mi amigo, Cris Lingle, es amigo de Jimmy y en octubre de 2022 -a un grupo de colegas y a mí- nos contó la historia conmovedora de aquel héroe que lo es no sólo de Hong Kong, sino de la humanidad; segundo, porque en otra vida hice el sitio Web en español del Cato Institute y siempre me siento cercano a esa organización; y tercero, porque he tenido la dicha de conocer a varios de los ganadores de aquel premio: Mart Laar (a quien acompañé a Tikal y Uxactún), Yon Goicoechea (a quien entrevisté), Leszek Balcerowicz y Flemming Rose (a quien le mostré La Antigua).
De este lado del mundo, donde tenemos nuestros propios problemas y nuestros propios héroes de la libertad (como Félix Maradiaga de Nicaragua, por mencionar uno), no solemos ponerle mucha atención a lo que ocurre en lugares como Irán donde tres participantes en una manifestación fueron ejecutados hace unos días, o Hong Kong, donde la gente, escondida detrás de sombrillas, lucha contra la tiranía.
Hay que recordarlos no sólo para que se conozcan más sus causas, y no sólo porque -en el caso de Jimmy- es tan raro encontrar un multimillonario disidente (que contraste con los criminales del World Economic Forum, por ejemplo), sino porque no hay que olvidar que la libertad es precaria y frágil y que estamos a una X de perder la que tenemos. Estamos a un solo temor de entregarnos a la servidumbre contra la que adivierte F. A. Hayek.
Gracias, Cris, por habernos contado de Jimmy Lai.
Columna publicada en República.