El dueño del grupo Virgin, el británico Richard Branson, uno de los empresarios con más éxito del Reino Unido, decidió abandonar Inglaterra y fijar residencia en su isla caribeña de Necker para no pagar tantos impuestos en su país. El cambio de domicilio le permitirá a Branson ahorrar millones de libras en impuestos por los ingresos que recibe del extranjero del grupo Virgin, formado por la aerolínea y otros negocios.
Este acto de Branson es heróico y ejemplar; y recuerda los de la esposa del pintor japonés, Ikuo Hirayama que ocultó, para proteger del saqueo estatista, unos $3 millones; así como el del actor francés, Gerard Depardieu que renunció a su nacionalidad francesa con el mismo propósito. En Japón, muchos millonarios están explorando la posibilidad de actos similares, conocidos como Going Galt.
La decisión de Branson fue tomada después de que la administración que preside el conservador David Cameron modificara la legislación en materia impositiva y endureciera las reglas sobre los impuestos que deben ser pagados sobre las ganancias obtenidas fuera del Reino Unido. Este cambio ha afectado a personas con inversiones fuera del país y que antes no estaban obligadas a declararlas, algo que ahora deben hacer. Al residir en el extranjero, Branson no tendrá que ser víctima de le expoliación por los ingresos procedentes de fuera del país, aunque sí sobre los que genere dentro de las fronteras británicas.
Branson, Hirayama y Deaprdieu -entre otros- have gone Galt; y mi forma favorita de Go Galt es apoyar al Startup Cities Institute.
Gracias a mi amiga María Dolores, por la pista.