17
Sep 24

¡Llegué a los 63 años!

 

¡Llegué, y hoy es mi cumpleaños número 63! Nací en 1961, el año en el que se estrenaron 101 dálmatas, Breakfast at Tiffany’s, El Cid, Los cañones de Navarone, The Pit and the Pendulum, Rey de reyes, West Side Story; y el año en el que nacieron Michael J. Fox y Ricky Gervais, y fue el año en el que murió Gary Cooper. Pero todo aquello no quiere decir nada, así que a otra cosa, mariposa.

Más importante es que fui el primer hijo, el primer sobrino, el primer nieto y el primer bisnieto; y todo eso sí que tuvo que ver conmigo, de modo que si tienes quejas, ya sabes por dónde empezar.

Mi primer cumpleaños, con mi mamá. . 

¿Qué me hace feliz? La buena compañía, la buena comida (no importa de dónde), la buena lectura y el silencio. ¡Ah, y mi cama siempre limpia!

¿Qué me incomoda? La traición, el ruido, la mala comida y la mala compañía. Nunca leo mala lectura, porque si un libro no me gusta, lo hago a un lado y no pasa nada. Igual pasa con la mala compañía.

No es que a los 63 me haya vuelto remilgado… Recuerda que soy el primer hijo y todo eso.

Mis padres fueron jóvenes, cariñosos y generosos. Estoy enamorado. Me muero de ganas de ver a la próxima generación de mi familia… pero eso está verde.

Si no es en buenas condiciones, no quiero llegar a viejo; y no es que esté joven, porque ya no me cuezo al primer hervor, pero como dice un letrero que tengo por ahí: old enough to know better, and young enough to do it anyway. Me encanta cuando mis estudiantes me saludan con un “¡Ricos días!” y hacen la señal de Larga vida y prosperidad con la mano derecha.

Prefiero los perros a los gatos; la música clásica, la de marimba, la música pop y las rancheras al reguetón, pero a un buen reguetón en una buena fiesta no le hago el feo. Prefiero los cuadros de Tamara de Lempicka, Joaquín Sorolla y Lawrence Alma-Tadema a cualquier Miró, Picasso o Kandinsky. Me encantan Mozart, Haydn y Bach, por mencionar tres, pero no aguanto a Prokofiev, a Saint-Saëns (a menos que sea en El Carnaval de los animales) ni a Mahler. No soy deportivo, pero puedo echarme un partido de béisbol si hay hot dogs involucrados, y uno de fútbol si hay pizza involucrada… ambos con buena compañía… y la cerveza es opcional. 

Antes pensaba que el vino blanco ni era vino. Pero ahora lo prefiero al tinto, a menos que hablemos de un merlot, o un pinot noir ligeramente fríos. ¿Cuáles son mis chelas favoritas? Guinness, Bass, Hoegaarden y Cabro Extra. ¿Para acompañar qué? Fiambre, anacates, o un buen tamal negro.

Hoy empezó alegre el día.

Cualquier día dame una semana en las montañas; pero si vas a llevarme al mar, me lo pienso dos veces. No porque no me guste el mar… ¡Me encanta el mar!… pero el calor y la arena volcánica son otros cien pesos.

Me emboban las erupciones volcánicas y los buenos aguaceros. No le temo a los temblores de tierra, pero no estoy interesado en vivir otro terremoto. Me gusta una buena tempestad… sí, y sólo si estoy en casa. Tengo muchas ganas de subir un volcán, pero sólo si hay cabalgadura disponible.

¿Quiero llegar a los 64? ¡Sí! De modo que hay Luisfi para rato.


17
Sep 23

Hoy cumplo 62 añitos

 

De plácemes los esposos Figueroa Jurado.  Desde el domingo 17 del actual [1961] a las 14:45 horas en que recibieron a la cigüeña el bello presente de su primogénito. Un hermoso varón a quien nombrarán Luis Alberto, se encuentran de plácemes recibieron los parabienes de su familia y amigos los jóvenes esposos señor Luis Figueroa Chacón y señora Nora Jurado Hidalgo de Figueroa, gentil pareja a la que felicitamos,  haciendo extensiva nuestra felicitación a sus regocijados abuelitos señor Luis Figueroa O. y señora Frances Chacón de Figueroa, señor Jorge Jurado y señora Juana Hidalgo de Jurado, y deseando un mundo de maravillas para Luis Alberto.  El dichoso acontecimiento tuvo lugar en la Casa de Salud del Dr. Octavio Herrera Chavez. Así dicen las notas periodísticas que anunciaron mi nacimiento. 

No se si fui un bello presente, ja ja ja; pero sí he disfrutado de maravillas, seguramente porque siempre he estado bien acompañado…¡y nunca mejor que ahora!; y como dice la canción de Pedro Capó:

Bebí, fume, me enamore
metí la pata, metí el pie
me di dos palos, medite
me di el abrazo y el café.

MI primera foto.

Hoy les comparto los apodos que he tenido a lo largo de mi vida: El primero fue Peluchi, que me lo puso mi abuelo, Luis. En la Secundaria me decían Pingüino por mi forma particular de caminar.  Mi padre me puso varios: Beto, Lalo, y fray Junípero.  Unas amigas me dicen Gatón. Mi amigo Giancarlo me puso Luisfi, que es mi email y así me conocen en el trabajo y en redes sociales. Para los amigos y en casa somos Los Cushes

Contra algunos pronósticos he llegado a los 62 años y me alegro, lo celebro y me parece una maravilla.

Desde temprano celebrado con pastel, mañanitas y bultitos.

Los bultos, entre los mayas tienen una antigüedad que se puede evidenciar -arqueologicamente- desde finales del preclasico hasta el período virreinal. Su contenido y uso variaban, pues dependía de las ceremonias y rituales a los que estaban destinados.  En casa los obsequios de cumpleaños los ofrecemos en bultos, en alusión a aquella costumbre ancestral.  Los coreanos, por cierto, también envuelven regalos en bultos

L´haim!


17
Sep 22

¡He llegado a los 61 años!

 

Mi primer cumpleaños fue una fiesta de adultos, je je. ¿Será por eso que tan pronto como pude evitarlo dejé de celebrarlo con piñatas y niños? Como sea, siempre me gusta que sea celebrado.

Nota la disposición de los cubiertos y la profusión de botellas, atrás. Todavía uso esos cubiertos en casa para ocasiones.

La siguiente foto es de mi cumpleaños número cuatro y creo que estaba disfrutando del momento.

Cuando estaba en kinder, me celebraron el cumpleaños en el colegio.  La piñata y la comida se hacía durante el recreo en el patio y participaban todos los del colegio.  En primer año de primaria recuerdo que pedí ir a almorzar a La Antigua, y cuando volví del colegio, al medio día, mis padres, hermano, tíos y abuela agarramos camino rumbo al Hotel Antigua donde comimos y pasamos la tarde.

En segundo y tercer año de primaria volvimos a la mala práctica de celebrarlo en el colegio.  En vez de salir al recreo y en el aula, se montaba la celebración con los de la clase y todo pasaba sin pena, ni gloria.

En cuarto y quinto grado pedí un pastel de bandera de Guatemala y uno de astronautas respectivamente, que elaboró mi tía Patty.  En sexto grado pedí una fiesta danzante, ja ja ja, que fue un fracaso total y mis amigos pararon bailando con mis tías, mi madre y unas amigas de ellas.

Durante la secundaria dispusimos que lo mejor era celebrar en familia y salir a cenar a algún restaurante y eso nos gustaba mucho, especialmente a mí.  El Pettit Suisse, en la Reforma, y el Charles en la Sexta avenida de la zona 9 eran nuestros favoritos por mucho; pero luego también íbamos al restaurante del hotel Conquistador donde solían atender muy bien a mi padre y nos daban mucha importancia a los niños.

En la universidad dispuse celebrar mi cumpleaños en casa, con amigos, familia y cenas.  Mi temática favorita eran las Margaritas´ Nite, la buena comida y la mejor compañía. Hubo una excepción, la noche en que mi padre accedió a que lo celebrara con amigos en el restaurante Del Toro´s…y uno de mis cuates rompió la botella antes de que fuera abierta.

Te comparto, por cierto, la receta de Margaritas de mi abuela, Frances:

  • Hielo
  • Dos partes de tequila blanco
  • Una parte de Cointreau
  • Una parte de jugo de limón
  • Una parte de jarabe de azúcar
    …y frapé.

Más recientemente mis temáticas favoritas fueron la fiesta de Independencia, cuando cumplí 40; la fiesta de curas y putas, cuando cumplí 45; la del torito que no se pudo encender por la lluvia, cuando cumplí 50 y la de tiaras y condecoraciones cuando fueron 55.  ¿Sabes cuál quiero que sea la próxima? La de marimba y alfombra de pino.

Hoy cumplo 61 primaveras (contra algunos pronósticos) y lo hago feliz y agradecido.  Rodeado de quienes amo, admiro y respeto.  Dichoso de compartir el camino con ellos. Cada vez que hoy levante mi copa y diga L`chaim será para dar gracias a quienes han enriquecido mi vida con su paciencia, su cariño, su amor y su alegría.


17
Sep 21

¿Qué son 60 años?

 

Si como dice el tango, veinte años no es nada; ¿qué son sesenta?  Esa es una de las preguntas que me han entretenido desde que empezó septiembre; y si tú también naciste en 1961, seguro entiendes.

Nací en el año en que Kennedy tomó posesión de la presidencia en los EE. UU. y en el del fiasco de Bahía de Cochinos. El año en que Eichmann fue condenado a muerte por crímenes contra la humanidad; y en el que médicos italianos lograron varias fecundaciones de óvulos humanos en tubos de ensayo. Ese año fue anunciado el proyecto Apolo. Fue el año en que se levantó el ominoso muro de Berlín. Nací un domingo 17 a la hora de la siesta.  Hubo eventos notables en aquel año…como en todos.

¿Sabes?, cuando pensaba en escribir estas notas celebratorias, se me ocurrió que deberían de ser de agradecimiento.  Quería hacer una lista de todas las personas que han sido importantes en mi vida; pero la hice tres veces y siempre tuve que añadir a alguien.  Abandoné el proyecto porque, ¿qué tal si la publicaba y luego me daba cuenta de que faltaba un nombre?

Entonces dispuse aprovechar este espacio para agradecer a quienes lo hacen posible. También a quienes me enseñaron a dar las gracias, a pedir por favor y me dieron la vida.  A quienes me han abierto puertas y me han sentado a sus mesas.  A quienes me han dado abrazos y me han tendido la mano cuando lo he necesitado, y a quienes me han permitido darles abrazos y ofrecerles mi mano en momentos de alegrías y de tristezas.  Gracias a quienes hacen mis días ricos.  Gracias a quienes me han tenido paciencia y me han animado.  Gracias a quienes me han honrado con su cariño, con su amistad, con su confianza, con su ternura y con su amor; y a quienes me aguantan cuando canto…o cuando ando maleado. ¡Tantas personas buenas en mi vida! ¡Tantos que se arriesgaron por mí! ¡Gracias!

Y les pido perdón a los que he decepcionado.

Pablo Picasso dijo que uno empieza a ser joven a los 60, y entonces ya es demasiado tarde; pero eso no me preocupa, porque -afortunadamente- buena parte de mi siempre ha tenido y tendrá 12.

¡Salud!, por todos los que han sido bondadosos y generosos conmigo.

Columna publicada en elPeriódico.


20
Jun 21

¿Tuviste una de estas?

 

Son vasos plásticos en forma de botas vaqueras.  ¡Bienvenidos al club de la nostalgia!

Tuve el mío ca. 1966. Fueron las sorpresas repartidas en mi cumpleaños que mis padres me celebraron en el colegio San José de la Montaña, en la Avenida Simeón Cañas..  La costumbre era que a la hora del recreo se rompía la piñata, se cantaba el Happy Birthday y se cortaba el pastes, se refaccionaba y tras la entrega de sorpresas todo volvía a la normalidad.  Es decir que volvíamos a clase.

En aquella ocasión las botas estaban llenas con dulces y algún chalchigüite.

Yo no era muy de celebrar mi cumpleaños con piñatas y fiestas de niños.  Recuerdo que en Segundo grado me hicieron una celebración parecida a la ya mencionada, en el Colegio Julia Camacho; y que al cumplir 10 años me organizaron una fiesta en la que el pastel era de astronautas, que es lo que estaba de moda.  Posiblemente a los 12 me organizaron otra en la que el pastel era una bandera de Guatemala porque mi cumpleaños es el 17 de septiembre. Es posible que esto lo tenga confundido. A partir de los 13, la costumbre fue que salíamos en familia a cenar a algún restaurante y yo de verdad disfrutaba de esa forma de celebración.

Dicho lo anterior, ¿cuáles eran mis celebraciones favoritas de cumpleaños? Las que caían en fin de semana y eran almuerzos largos con amigos de mis papás.  Esas fiestas eran muy alegres. También las dos, o tres que pasé en Panajachel…¡Ah!…como extraño el pastel de cumpleaños que hacían en el Cacique Inn.

Ayer vi la foto en una cafetería a donde pasé a tomar un té luego de los aguaceros que cayeron en la ciudad de Guatemala; y me dio alegría ver la bota porque me recordó aquel cumpleaños.

¿Qué cambió en las botas? Las espuelas.  En1965 eran más picudas y filosas.


17
Sep 20

¿Ves? Llegué a los 59 años

A pesar de tres, o cuatro imprudencias y en medio de una pandemia, luego de un terremoto, un enfrentamiento armado interno y dos golpes de estado llegué a los 59 años de edad.

El desayuno incluyó torta de cumpleaños y chocolate, según la tradición chapina.

Todo aquello sin contar un infarto, paludismo y hepatitis. Está claro, que mala hierba, nunca muere.

El día de mi cumpleaños siempre es fiesta en casa, a veces es una fiesta de dos, otras es de disfraces y otras es Margaritas´ nite; pero siempre, siempre es una oportunidad para agradecer y disfrutar del cariño de la familia y de los amigos.  Para celebrar que hay salud, trabajo y tantas cosas buenas.

En medio de la pandemia y del encierro forzado, te digo que nunca, nunca, nunca pensé que iba a vivir lo que he visto y sentido desde marzo hasta ahora.  Seguramente es algo que no olvidaré y espero que sea algo de lo que me reiré al lado de las personas que amo, admiro y respeto.  Todo pasa, es cierto.

De paso…l`haim. Por la vida y por los que no están aquí para celebrar.  Por los que caminan a mi lado y por los que estarán aquí el año que viene para celebrar como se debe.


17
Sep 18

¿Cuántos años tengo?

¿Cuántos años tengo? Buena pregunta hoy que es mi cumpleaños y la verdad que no se.  He vivido, ¡vivido!, 57 años; pero no se cuántos tengo. Eso sí, espero que sean muchos y buenos.  Y si son pocos, que sean buenos.

Nací el domingo 17 de septiembre de 1961 a las 2:45 p.m. Es importante tomar nota de que fue en domingo, justo a la hora de la siesta; y así reportó, El Imparcial, aquel acontecimiento:

¿Sabes qué ha sido lo mejor en ese tiempo? La gente que ha caminado a mi lado, la que me ha cargado en brazos cuando ha hecho falta.  La gente que me ha enseñado el camino y la que me lo ha iluminado.  De todo lo que he hecho y lo que he tenido, son las miradas, las sonrisas, las voces y las manos de cientos de personas buenas, generosas y entrañables  lo que más me llena de alegría recordar.

En eso estaba  pensando cuando cruzaron por mi mente hechos y fenómenos que he vivido: dos sobrecogedores eclipses totales del Sol, la llegada del primer hombre a la Luna que fue una hazaña científica y tecnológica de carácter titánico, el terremoto de 1976 y sus lecciones de solidaridad y resilencia, el golpe de estado de 1982 (cuando yo creía que nunca iba a ver uno de esos), el serranazo en el que viví de cerca cómo se hace la historia, el 11 de septiembre de 2001 y los horrores del terrorismo islamista, las jornadas de mayo de 2009 y las camisas blancas, el Cambray y el drama humano del deslizamiento en aquel lugar, el siniestro en el estadio Mateo Flores, en 1996, el 13 Baktun (y todo pasó sin que pasara nada), la tragedia del volcán de fuego hace sólo un par de meses y cuando el volcán Pacaya cubrió la ciudad de Guatemala con arena negra en 2010.

Nada que ver, pero sí tiene que ver, que el otro día comentaba con aficionados a la Historia, que en mi vida me perdí de hacer dos cosas que deseaba mucho y mi padre nunca me concedió: visitar la Penitenciaria central antes de que la demolieran (muchos de mis compañeros del colegio fueron) e ir a la lucha libre.  Para la primera no hay remedio, y para la segunda tampoco, porque si bien es cierto que podría ir ahora ala lucha libre, ya no sería con ojos de siete, o diez años…y no es igual.

Si veo para atrás la vida me hace un guiño y no puedo sino sonreír maravillado.

Ante todos ustedes -y ustedes saben quiénes son- levanto mi copa y me inclino con agradecimiento y cariño. ¡L´chaim!…y mientras tanto el día comenzó con los tradicionales torta y chocolate, torito, palo encebado, alegre alborada y zarabanda.

De paso, esa idea de cuántos años tengo se la copié a mi amigo Moi.


17
Sep 17

Hoy es mi cumpleaños número LVI

¡Chispas, llegué a los 56 años…y voy encaminado a los 60!

Ahora casi toda mi música está en la nube; pero estuvo en USB, en DVD, en CD, en cassettes y en discos de vinilo.  Ahora compro la música en línea cuando quiero y exactamente la que quiero; pero ¿recuerdas cuando uno grababa la música de la radio en cassettes y ponía la grabadora frente a la bocina?  ¿Recuerdas cuando uno alquilaba CD en tiendas especializadas, y tenía que esperar a que vinieran los CD de la música que querías? Yo alquilaba CD en una tienda que había en Santa Clara I. De paso…la ilustración muestra cintas en la que cabe la posibilidad de que haya música grabada por mi padre, o voces de mi familia…y entre ellas, la mía cuando tenía unos cinco años de edad.

Proyecto para esta, o la otra semana: conseguir un aparato que me permita escuchar esa cinta.

Mucha tecnología ha cambiado en lo que me ha dado el sol.  La televisión de mi casa, por ejemplo, ya no pesa como un mal matrimonio, ni en su pantalla queda una lucecita al centro cuando recién la he apagado. y no ocupa casi tanto espacio de profundidad, como de altura. Ya no hay sólo tres, o cinco canales de televisión…y no tengo ni idea cuántos hay disponibles. Ya no hay teléfonos de discado, y los teléfonos no están atados a la pared por un cable. ¡Tantas cosas han cambiado tanto!

Ya no sólo tengo canas en la cabeza -que las tengo desde 1986-, sino que  recién me hallé unas en el pecho.  Y pensé anoche, poco antes de dormir, que si bien es cierto que las canas no me han traído ni más sabiduría, ni más madurez, lo que si me han dejado estos años son recuerdos maravillosos, con gente maravillosa y buena con la que he tenido la dicha de compartir el camino.

Hoy -en mi LVI aniversario- voy a celebrar discretamente; pero voy a celebrar agradecido. Cuando alce mi copa y diga ¡Lehaim! Va a ser por la vida, por mi vida y por la de todos aquellos que me permiten compartirla….y que han sido bondadosos y generosos conmigo.

¡También!


17
Sep 16

Doble niquel para Luisfi

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Hoy cumplo 55 años de edad; y eso quiere decir que pertenezco a una generación de transición.

Todavía hice compras en la Sexta avenida de la mano de mis padres y de mis abuelas.Comí hamburguesas en El tejano. Todavía usé teléfonos de discado y se lo que es levantar el teléfono y esperar a que de línea. Se lo que quiere decir: El signo indica…Iba a matinales en los cines Capri y Reforma.  Compraba discos de 45 rpm en el Pasaje Rubio.  Podía quedarme dormido en la camioneta y aún así llegaba con zapatos al colegio, o a mi casa.  Barranqueaba detrás de Oakland y detrás de la colonia del maestro.  Se lo que son apagones de seis horas seguidas en la ciudad. Envié y recibí telegramas. Viajaba con chaqueta y corbata, comía con cubiertos de metal en el avión y ¿sabes qué me gustaría mucho, mucho? Volver a oler el agua de colonia que ponían en los baños de las aeronaves de PanAm. ¡Usé el aeropuerto viejo!  ¡Conocí el viejo Mercado Central! Entre varios amigos juntábamos Q1 para echar gasolina y con eso íbamos y veníamos.  Con Q0.03 Catalina nos compraba, a mis dos hermanos y a mí, sendas bolitas de miel cuando salíamos a caminar.  Vi el primera alunizaje en directo y todos mis compañeros y yo queríamos ser astronautas…o piratas.  Cuando apagaba la televisión quedaba en el centro de la pantalla un puntito de luz que tardaba varios minutos en desaparecer.  El control remoto tenía un cable que lo unía a la tele.  Mi abuela me regaló un radio de transistores y yo estaba feliz como una perdiz.  Usé Dipididú.  En tiempos de frío tomaba Emulsión de Scott con el sabor original y en tiempo de calor tomaba Hemoglobina con vino. Compraba chistes como Epopeya, Vidas ejemplares, Leyendas de América y otros parecidos. Esperaba a que la televisión comenzara a las 12 del medio día y buscaba la programación en los diarios.  Se lo que es un mundo sin la Internet y sin teléfonos inteligentes.  Se lo que es que no haya una sola fotocopiadora disponible en la ciudad los domingos.  Se lo que es que la mejor película disponible en los cines sea Lo que el viento se llevó…40 años después de su estreno.

Hoy, que es mi cumpleaños, celebró que puedo celebrar.  Celebro a las personas buenas que me acompañan en el camino. Celebro que puedo escribir, que se cocinar, y que no me da vergüenza cantar. Celebro que ya me le escapé a la pelona.  Celebro que cuando estoy triste, mi madre todavía acaricia mi cabeza. Celebro los volcanes, los tamales, el fiambre y los frijoles con crema y chiltepes.  Celebro que el otro lado de mi cama nunca está frío.

Hace 55 años me trajeron al mundo y me alegro.  Un mundo en el que -con todo y todo- la bondad, la belleza, la creatividad, la paz y el amor son posibles.

La foto es del pastel con el que el equipo de mi oficina me celebró ayer; y, ¿por qué doble niquel? Las monedas de US$ 0.05 se llaman Nickel, y dos de esas son dos niqueles.


17
Sep 15

LIV

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Hoy es mi cumpleaños número 54, que en números romanos es LIV.  ¡Cabal! LIV suena como Live, y Live va con Love.  ¿Así, o más encantador?

Ha sido un día alegre, festivo y lleno de cariño.  La mañana comenzó con Pedro Infante, Jorge Negrete y con Parchís cantándome Las mañanitas….y así se ha ido el día.

Cuando veo atrás me maravillo.  Algunos de mis coetáneos y amigos ya son abuelos. ¡Abuelos!  Si yo fuera gato sería gato al cuadrado porque he vivido como 49 vidas.  Y aún la peor tuvo sus momentos divertidos.

Para que te imagines…cuando yo era niño era impensable tener el teléfono, la cámara de vídeo, la cámara de fotos, la vídeoreproductora (que ni había), la enciclopedia, la grabadora de voz, el scanner, la agenda, el radio, todos mis discos, la brújula y otros artefactos en el bolsillo y en un espacio de 12.38 x 5.86 x 0.76 cm. y ahora sí.  Aquello y más.

Cuando yo era niño no había M&M, sino Botonetas; no había marshmellows, sino angelitos; y no había Kisses, sino Tapitas.  No había Xbox, paro había cincos, trompo y capirucho.  Por esto me encantaron las sorpresas que las chicas dieron hoy en la celebración en mi oficina.

LIV…no podía ser mejor.  Y en estos años de gato, como dice la canción de Ian  Broudie:

I’ve kissed the world with fingers crossed
I’ve been praised
I’ve been cursed
I’ve been blamed
And I’ve won
And I’ve lost

…y agrego: And I´ve loved…And I´ve been loved.