21
Feb 12

Lástima que el Carnaval no es una gran fiesta

Lastima que, entre los chapines de la capital, el Carnaval no es una gran fiesta. Claro que en los mercados hay cascarones abundantes y, anoche en la carretera de Muxbal vi montones de ellos; pero no es que sea una gran celebración popular.

Afortunadamente hoy en la mañana, vi a dos princesas, un vaquero y a un Harry Potter -con sus cascarones- listos para celebrar en el colegio. Ahí estaban los niños, contentos y en la calle, esperando los buses de sus colegios.

Tengo mi historia de Carnaval en el colegio, y la comparto cada tanto: Cuando mis jóvenes padres viajaban -o andaban de parranda- mi hermano, Juan Carlos y yo ibamos a vivir a la casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita (su hermana). Ese era un mundo centrado en nosotros. Ligeramente sobreprotector; pero enormemente creativo y entretenido. Aveces, se podía decir que algo alejado de la realidad.

Cuando yo estaba en Segundo año de primaria nos agarró el Carnaval en esa casa. Por esos días, mi padre había regresado de alguna parte con un extraordinario traje de Batman para mí, y uno de Robin, igual de admirable para mi hermano. Those were the days, my friend!

Pues bien…llegado el martes nos vistieron de Batman y Robin, nos dieron sendas bolsas de cascarones y caminamos a la parada del bus, que quedaba como a dos cuadras de la casa. Mi hermano y yo íbamos en las nubes con nuestros disfraces. Veíamos cómo se aproximaba el bus. El bus se estacionó. Lo abordamos. Mi abuela y mi tía abuela nos dijeron adiós en la parada. Y el bus arrancó.

Y todos se nos quedaron viendo, porque ¡todavía faltaba una semana para el Carnaval! Mi hermano y yo eramos los únicos pendejos disfrazados.

Cuando era chico recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo meses, elaboraba el confetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta.

Los cascarones son propios del Carnaval; y me he encontrado estos, hoy en el mercado. Son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. De verdad quisiera saber para qué es el maíz.

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; normalmente de forma sorpresiva y por atrás.

Actualización: La foto me la mandó mi amigo, Warren y de plano que ni mandada a hacer para esta entrada.


13
Feb 11

Los cascarones anuncian las fiestas


Los cascarones anuncian las fiestas del Carnaval; y me encontré estos ayer en el mercado. Los cascarones son imprescindibles para las festividades son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. ¿Podría, alguien, explicarme cuál es el propósito, o el significado del grano de maíz?

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; normalmente de forma sorpresiva. El año pasado, por cierto, fui al Mercado Central con una amiga y un visitante extranjero al que andábamos paseando.  Cuando vi un canasto de cascarones tomé uno y se lo rompí en la cabeza a mi amiga; y en ese momento, el visitante puso cara de pánico y alcanzó a decir: ¡A mí no! En parte porque debe haberlo tomado por sorpresa, y en parte porque llevaba puesto un peluquín, y sin duda temió que yo le estrellara un cascarón en su bisoñé.  Y a mí no me quedó más que aguantarme la risa.

Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo de meses, elaboraba elconfetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta.

Muchas culturas en Europa y en el Oriente Medio tienen la costumbre de pintar huevos.


17
Feb 10

Los alegres cascarones

Ayer se celebró el Carnaval que en la ciudad de Guatemala no es gran cosa. El de Mazatenango dicen que es una gran fiesta; pero nunca he tenido la oportunidad de ir.


Los cascarones, en la foto, son tradicionales en todo carnaval chapín. Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo meses, elaboraba el confetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta. Los cascarones tradicionales también llevan -y quién sabe por qué- un grano de maíz.

01
Feb 09

¡Ya hay cascarones!

Los cascarones son propios del Carnaval; y me he encontrado estos, hoy en el mercado. Son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. De verdad quisiera saber para qué es el maíz.

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; normalmente de forma sorpresiva y por atrás.

Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones. Eso fue con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo meses, elaboraba el confetti, preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, combinabamos los colores, hacíamos diseños y nos divertíamos. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta.

Muchas culturas en Europa y en el Oriente Medio tienen la costumbre de pintar huevos.


13
Jul 08

Indígenas del Mardi Gras

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De la mezcla de las tradiciones de los indios y de los esclavos negros -en Nueva Orleans- surge una corriente poderosa y llena de energía que enriquece el Carnaval o Mardi Gras en aquella ciudad de Louisiana.

Anoche, en el Instituto Guatemalteco Americano, gozamos de un espectáculo explosivo de color y ritmos.

“La tradición del desfile de Mardi Gras es apreciada por museos y sociedades históricas en todo el mundo; y la cultura de los indígenas del Mardi Gras forma parte significativa del Martes de Carnaval y de Nueva Orleans. En la actualidad, los indígenas estadounidenses que participan en el tradicional desfile comparan sus canciones tribales, danzas y atuandos con los de otras tribus que participan ese día. Los atuendos son dadmiradospor su belleza y su laboriosidad”.

El grupo que tuvo a su cargo el espectáculo se ganó al público con su música, sus trajes, su sentido del humor y con su entusiasmo.

Ojalá hubiera llevado mi cámara en vez de sólo el teléfono; pero…en fin…comparto el vídeo por si algún día se topan con este grupo que es una expresión cultural muy alegre.

Y…por supuesto…no podía faltar el reggae.

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05
Feb 08

Marcado de por vida por el Carnaval

Hay cosas que lo marcan a uno en la vida y episodios de la infancia de los cuales uno no puede escapar. Este, es uno de ellos:

Cuando mis jóvenes padres viajaban -o andaban de parranda- mi hermano, Juan Carlos y yo ibamos a vivir a la casa de mi abuelita Juanita y de La Mamita (su hermana). Ese era un mundo centrado en nosotros. Ligeramente sobreprotector; pero enormemente creativo y entretenido. Aveces, se podía decir, un poco alejado de la realidad.

Cuando yo estaba en Segundo año de primaria nos agarró el Carnaval en esa casa. Por esos días, mi padre había regresado de alguna parte con un extraordinario traje de Batman para mí, y uno igual de admirable, sólo que de Robin, para mi hermano. Those were the days, my friend!

Pues bien…llegado el martes nos vistieron de Batman y Robin, nos dieron sendas bolsas de cascarones y caminamos a la parada del bus, que quedaba como a dos cuadras de la casa. Mi hermano y yo íbamos en las nubes con nuestros disfraces. Veíamos cómo se aproximaba el bus. El bus se estacionó. Lo abordamos. Mi abuela y mi tía abuela nos dijeron adiós en la parada. Y el bus arrancó.

Y todos se nos quedaron viendo, porque ¡todavía faltaba una semana para el Carnaval! Mi hermano y yo eramos los únicos pendejos disfrazados.