12
Abr 12

De la Torre debería leer a Rand

En su columna de hoy, en la que defiende la guerra perdida contra las drogas, Armando de la Torre se refiere a la obra de Ayn Rand; pero, como sospecho que no la ha leído, o que la leyó hace ratos, incurre en varias imprecisiones.  El doctor de la Torre afirma que La despenalización de las drogas que se busca se engarza en una “utopía” más entre muchas otras, la propuesta, por ejemplo, por Ayn Rand para su Atlas empresarial, donde no hay niños, ni viejos, ni enfermos, ni incapaces sin culpa, ni fracasados inocentes por guerras, accidentes de ruta o fenómenos naturales

Lo que afirma el columnista no es cierto y he aquí la evidencia; no la opinión desinformada, sino la evidencia, tomada de La rebelión de Atlas, Editorial Grito Sagrado, 2003.

De la Torre dice que en la obra de Rand no hay niños; pero de la página 25 a la 26 la autora cuenta de la infancia de Dagnny Taggart y Eddie Willers.  Cuenta de cómo a los 7 años Eddie Willers gustaba de contemplar un roble y de cómo pasaba tiempo con los niños James y Dagnny Taggart.

En la página 117 la autora cuenta que en su niñez, Dagnny vivió pensando en su futuro y de cómo disfrutaba de la libertad, de cómo corría por el campo y jugaba con otro niño, Francisco D´Anconia.  Cuenta de los apodos que se tenían ambos niños.

En la página 847 Rand cuenta, refiriéndose a Dagnny: El recuperado sentido de su propia niñez volvía a ella cada vez que encontraba a los hijos de la jóven propietaria de la panadería, a quienes veía con frecuencia por los senderos del valle.  Eran dos niños sin temor, de siete y cuatro años

Así en buena onda y con todo el respeto que merece el columnista, ¿de dónde saca de la Torre que en la obra de Rand no hay niños?

De la Torre asegura que en La rebelión de atlas no hay viejos; empero, en esto también está desinformado el columnista.  En la página 848 encontramos al doctor Akston que, como de la Torre, tiene mucho tiempo de ser jóven y es un maestro muy respetado.

Hay muchas cosas falsas que se dicen de la obra de Rand; y de la Torre hace mal en repetirlas sin advertirselo a sus lectores.  En La rebelión de Atlas sí hay actos de benevolencia, y el lector sereno puede encontrarlos con facilidad: en la página 23, por ejemplo, Eddie Willers le da limosna a un vagabundo.  ¡Sí hay gente necesitada en la obra de Rand!  Y en las páginas 1246-1249 están todas las víctimas inocentes del accidente del tren Comet.  ¡Sí hay víctimas inocentes en la obra de Rand!

¿Qué bien le hace, a una argumentación, tanta imprecisión?  Y, por cierto; si te interesa el tema de Rand, el objetivismo y los niños, en serio, te recomiendo que hagas clic aquí.


16
Sep 10

¿Un "faux pas" de Armando de la Torre?

El recurso de la creación del hombre de paja o de la idea de paja es la falacia que consiste en fabricar una imagen del oponente, o de una idea -débil y a conveniencia- para luego atacar y desprestigiar a esa imagen haciendo creer a los demás que ese es en realidad el oponente, o la idea que se pretende refutar. Es un golpe bajo; pero abundante en el debate de ideas chapín.

El columnista Armando de la Torre incurrió en ese recurso cuando en El futuro religioso del hombre (VI) escribió que Las “ideologías”, por su parte, supuestamente ateas militantes, y que arrasaron con buena parte de la humanidad durante los siglos XIX y XX (el nacionalocialismo, el socialismo, el fascismo, y hasta el anarquismo en su última versión, la randiana), han girado en torno a dogmas “infalseables” y, por lo tanto, nótese bien, ni religiosos ni científicos.

El doctor de la Torre no es cualquier cosa, así que hay que ponerle atención a las cosas que dice y escribe. La primera parte de su idea de paja es la de calificar de ideología a una filosofía: específicamente a la filosofía objetivista, que él califica de randiana en alusión a su autora, la filósofa Ayn Rand. Por un lado, eso es como llamar misianismo a la Praxeología; y es el mismo Ludwig von Mises quien nos explica que las ideologías son doctrinas sobre la forma de comportarse, es decir, sobre los fines últimos a que el hombre debe aspirar durante su peregrinar por la tierra. En tanto que a las ideologías les importa mucho dirigir los fines individuales de las personas hacia los mismos fines de quienes las promueven, al objetivismo qua filosofía de la libertad, los fines no le interesan. Cada quién tiene los suyos. Eso sí; como filosofía, el objetivismo propone un código de valores para guiar las elecciones de las personas y sus acciones; elecciones y acciones que determinan el curso de sus vidas. Pero a diferencia de el nacionalsocialismo, el socialismo, y el fascismo que sí son ideologías, por ejemplo, el objetivismo no fusila, ni recluye en campos de concentración, ni en manicomios, ni quema en hogueras a quienes no están de acuerdo con su propuesta. Mientras que aquellas ideologías persiguen la revolución, esta filosofía contribuye a la evolución por medio de la persuasión. No busca cambiar la naturaleza humana, sino aprovecharla y no le impone fines a nadie. Una idea básica de la filosofía objetivista se expresa muy bien en la frase que dice que la naturaleza, para ser gobernada, debe ser obedecida.

El objetivismo entiende que una ideología política es un conjunto de principios dirigidos a establecer, o a mantener un cierto sistema social; es un programa de acciones de largo plazo en el cual los principios sirven para unificar e integrar los pasos particulares en un curso de acción consistente. Sólo mediante los principios es que los hombres pueden proyectar el futuro y elegir sus cursos de acción. Pero una ideología política es sólo una parte de una sola de las ramas de la filosofía que son: la metafísica que estudia la naturaleza fundamental de la realidad y del hombre; la epistemología, que es la teoría del conocimiento; la ética, que es la ciencia de los valores morales; y la política, que no sólo se ocupa de la teoría general del poder, sino que se ocupa de políticas públicas concretas. Reducir toda una filosofía, a una pequeña parte de una de sus ramas, es crear una idea de paja.

¿Qué clase de filosofía es la filosofía objetivista? Rand, al igual que Aristóteles, considera al hombre como un ser racional que, para descubrir lo bueno y lo malo para sobrevivir, debe usar la razón. Pero igual que el estagirita, identifica que el proceso de pensamiento del hombre no es automático, ni instintivo, ni infalible. Por eso aconseja usar las leyes de la lógica para dirigir sus pensamientos. Así lo explicó, ayer, mi amigo y maestro, Warren Orbaugh.

La otra idea de paja que fabricó de la Torre es hacer creer a sus lectores que el objetivismo es anarquismo. ¡Pero si Ayn Rand escribió de forma clarísima contra el anarquismo! De la Torre está como esos socialistas que critican al liberalismo porque según ellos persigue la desaparición del estado; como si Ludwig von Mises, o Friedrich A. Hayek no hubieran explicado casi hasta el cansancio, que el estado tiene la función importantísima de salvaguardar la propiedad, la libertad y la convivencia pacífica; y que el único camino para impedir la coacción derivada de la voluntad arbitraria de otros es la amenaza de coacción bajo la ley, tema que la sociedad libre ha resuelto confiréndole al estado el monopolio de la coacción. Rand dice, del anarquismo, que es un concepto político ingenuo, expresa que sin un gobierno organizado la sociedad podría caería en manos criminales y de pandillas, y que aún si aquello no ocurriera, una sociedad necesita de leyes objetivas y de un árbitro que dirima desacuerdos. ¡No hay posibilidad alguna, si uno lee acerca del objetivismo, de confundir a este con el anarquismo! Eso lo se bien porque yo quisera ser anarquista y en eso del gobierno bajo la ley siempre me terminan convenciendo Rand, Mises y Hayek.

En su apología de la religión, de la Torre acude una vez más a la falacia de la idea de paja; y escribe que han abundado en ellas los cultos desenfrenados “a la personalidad”, aún a las de los más brutales y entonces todavía vivos (a las de Marat, Napoleón, Lenin, Stalin, Hitler, Musolini, Mao, Pol Pot, Perón, Castro o el “Atlas” presuntamente empresarial, seguidos de un largo etcetera).

Esta me costó entendérsela al columnista. ¿De verdad cree, de la Torre que Atlas no es un héroe digno de admiración y respeto (que no de un supuesto culto a la personalidad)? Atlas, en la filosofía objetivista, representa a los seres que con sus mentes, su espíritu emprendedor y su determinación contribuyen a desarrollar la civilización. En vez de, por ejemplo, contribuir a destruirla. La civilización no es hecha por los Napoléon, los Stalin, los Hitler, y los Castro guerreros y destructores; sino por los Aristóteles, los Newton, los Darwin, los Edison, y los Rockefeller, entre otros de esta talla. Esos Atlas, no merecen ser puestos en la canasta en la que los puso de la Torre. Son los filósofos, los científicos y los empresarios los que cargan al mundo en sus hombros y merecen el título de héroes.

Yo creo que, como el doctor de la Torre ha estado escribiendo una serie de artículos sobre un supuesto futuro religioso del hombre, a la altura de esta sexta entrega sintió la necesidad de darle una puya al objetivismo. Y como yo he tomado clases con él y le he oído genialidades, sospecho que quizás se hubiera desempeñado mejor si le hubiera entrado a lo que es el objetivismo, y no a lo que quería hacernos creer que es.

Esta entrada fue parcialmente publicada por Siglo Veintiuno.


03
Mar 07

China misteriosa

1. En esta semana, un desplome en la Bolsa de Valores de Shangai, en China Continental, hizo que los precios de las acciones en las principales bolsas de valores del mundo también cayeran. “Fue la caída más grande desde los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001”, se dijo en los medios de comunicación.

La eventual desaceleración de la economía de la China Popular, sería la causa principal del desplome. No la única; pero sí la principal.

Para estas alturas los grandes mercados bursátiles en Asia, Europa y América ya se están recuperando; pero a China hay que ponerle el ojo. Lo que ocurrió en el mercado bursátil chino y que afectó a todo el mundo ha traído a mi memoria algo que leí del profesor Christopher Lingle, autor de The Rise and Decline of the Asian Century; y experto en las economías de Asia.

Dice Cris Lingle que “la corrupción está tan incrustada en el sistema, que sobrevivirá a las reformas que se le hagan al sistema político totalitario. Esto minará la rentabilidad y la seguridad de las inversiones extranjeras allá”.

El experto indica que “mucho del crecimiento económico de China está basado en un exceso global de liquidez creada por tasas de interés artificialmente bajas manufacturadas por los banqueros centrales del mundo. A medida en que suban las tasas de interés los estadounidenses disminuirán sus préstamos y su consumo de modo que China enfrentará una disminución en el crecimiento de sus exportaciones. Como consecuencia esto resultará en un exceso de la capacidad manufacturera china”.

Por último, Lingle explica que “la obsesión exportadora causa desequilibrios que tendrán que ser corregidos; tales como excesos de reservas y prestamos cuestionables y altamente riesgosos, de parte de bancos estatales, a aventuras empresariales estatales. Además, una burbuja insostenible en el mercado accionario interno que se expresa en una relación de 25 a 1 entre precios y ganancias de las acciones. Un fenómeno parecido causó un colapso en 2001”.

Pero estas no son las peores noticias de la China roja. Desde Beijing gobierna una dictadura perversa que les niega sus derechos individuales de millones y millones de chinos y a personas de otros orígenes, como tibetanos y uyghures.

En China todavía existe el trabajo forzado; y a duras penas el régimen ha empezado a considerar la abolición esa práctica bárbara; Asia News, 26/2/2007. Allá los disidentes son apaleados en las prisiones, o asesinados; Human Rights in China, 20/2/2007 y Radio Free Asia, 9/2/2007. En aquel país, la práctica de tomar órganos de prisioneros, para el transplante, es una realidad de película de horror; Sky News, 14/2/2007. En China la Internet está censurada; Asia Times Online, 13/2/2007.

China Continental debe ser observada de cerca, porque acaso no sea lo que algunos creen que es.

2. Milenio 3 llegó a su fin: Con honores y con el respeto de sus radioescuchas en todo el país, tras 9 años de vida fructífera, el programa de radio Milenio 3 llegó a su fin por disposición de los propietarios de la frecuencia en la que se transmitía.

Milenio 3, fundado por Armando de la Torre, comenzó llamándose ¿Qué nos espera en el nuevo milenio? cuando era codirigido por Marta Yolanda Díaz-Durán y Jorge Jacobs. Luego pasó a tomar su nuevo nombre y fue codirigido por Alejandro Baldizon, juntamente con Karen Cancinos, primero; y Beatriz Asencio, después. Yo fui invitado como conductor un par de veces y también como participante en las discusiones en otras ocasiones.

Socialistas, posmodernos, mercantilistas, relativistas, amigos del estado-niñera, fascistas y conservadores talvez celebren el fin de Milenio 3. Pero sin duda será extrañado por sus fieles radioescuchas y por los amigos de la libertad y de la razón; especialmente por aquellos que día a día participaban activamente en el programa por la vía telefónica.

Publicada en Prensa Libre el sábado 3 de marzo de 2007