Alvaro Velásquez, en su columna de hoy sobre ProReforma, asegura que para Friedrich A. Hayek el enemigo a vencer es la democracia en tanto soberanía popular…
La discusión de las ideas de Hayek es atingente porque en la obra de aquel filósofo y economista austriaco, y particularmente en The Constitution of Liberty y en Law, Legislation and Liberty se hallan las raíces filosóficas y teóricas de ProReforma. ¿Debería ser novedad que ProReforma, como otras ideas que se discuten en la actualidad, esté parada sobre hombros de titanes?
Friedrich A. Hayek, a pesar de lo que asegure Velásquez, no era un enemigo de la democracia. Y, ¿cómo sabemos esto? Pues leyendo lo que decía Hayek: El liberalismo es una doctrina sobre lo que debiera ser la ley; la democracia, una doctrina sobre la manera de determinar lo que será la ley. El liberalismo considera conveniente que tan sólo sea ley aquello que acepta la mayoría, pero no cree en la necesaria bondad de todo lo por ella sancionado. Acepta la regla de la mayoría como un método de decisión, pero no como una autoridad en orden a lo que la decisión debiera ser. Para el demócrata doctrinario, el hecho de que la mayoría quiera algo es razón suficiente para considerarlo bueno, pues, en su opinión, la voluntad de la mayoría determina no sólo lo que es ley, sino lo que es buena ley. Hayek, pues, es crítico de los demócratas doctrinarios quizás al estilo de aquellos que creen que la democracia es un sistema egorreductor; al cual o nos ajustamos todos, o no nos hundimos todos.
Para no fiarse de lo que dice Velásquez que dice Hayek, o de lo que digo yo que dice Hayek, ¿qué más dice Hayek sobre la democracia? Si la democracia es un medio antes que un fin, sus límites deben determinarse a la luz de los propósitos a que queremos que sirva. Existen tres argumentos principales que justifican la democracia. Cada uno de ellos puede considerarse como definitivo. Luego, Hayek considera que es un medio y que es un medio útil; y propone tres argumentos que la justifican y enfatiza en que son definitivos.
¿Cuáles son esos tres argumentos? Veamos qué dice el mismísimo Hayek:
1. Siempre que se estime conveniente la primacía de una opinión entre varias en conflicto -concurriendo la circunstancia de que habría de imponerse, por la fuerza- resulta menos dañoso que apelar a la violencia el determinar cuál de aquellas opiniones goza del apoyo más fuerte utilizando al efecto el procedimiento de contar los que están en pro y los que están en contra. La democracia es el único método de cambio pacífico descubierto hasta ahora por el hombre. Hayek, se entiende, no es enemigo de la democracia; porque sabe que es un instrumento utilísimo y valiosísimo para que haya paz.
2. La democracia constituye importante salvaguardia para la libertad individual…la democracia no es todavía la libertad; y el argumento hayekiano aduce tan sólo que la democracia probablemente engendra más libertad que otras formas de gobierno. Hayek explica que este argumento es históricamente muy importante y trascendente. ¿Cómo va a ser, Hayek, enemigo de la democracia, si considera que esta es una importante salvaguardia para la libertad? Hayek sabe que puesto que, de hecho, el poder coactivo debe ejercerse siempre por unos pocos [los políticos y sus funcionarios], habrá menos probabilidades de abuso si el poder en cuestión, conferido a los pocos [por los electores], es siempre revocable por los que se han sometido a él. Hayek sabe y explica por qué es importantísima la soberanía popular.
3. El tercer argumento de Hayek para justificar la democracia, es el que él considera que es el más poderoso de los tres: alude a la ilustración que las instituciones democráticas proporcionan a las gentes de la mecánica de los negocios públicos. Hayek cita a Alexis de Tocqueville y explica que la democracia es el único método efectivo de educar a la mayoría; y añade que la democracia, por encima de todo, es un proceso de formación de opinión. Su ventaja principal no radica en el método de seleccionar a los que gobiernan, sino en que, al participar activamente en una gran parte de la población en la formación de opinión, se amplía el número de personas capacitadas entre las cuales elegir.
Y Hayek abunda: Cabe admitir que la democracia no designa para las funciones públicas a los más sabios y mejor informados, como igualmente que en un momento dado la decisión de un gobierno formado por la élite pudiera ser más beneficioso para la comunidad; sin embargo, esto no se opone a que todavía concedamos a la democracia la preferencia.
¡Hayek prefiere la democracia!, y ofrece tres buenas razones para preferirla como un instrumento muy valioso. ¿De dónde saca Velásquez que Hayek es enemigo de la democracia? Lo que no recomienda , claro, es que la democracia sea algo con lo que haya que hundirse; porque, si así fuera, ¿qué clase de instrumento para garantizar la paz, la libertad y la dignidad humana iba a ser ese tipo de democracia dogmática?
Las citas de Hayek son de El gobierno mayoritario, capítulo VII de Los fundamentos de la libertad o The Constitution of Liberty.