En el país en el que la Constitución es irrespetada y es violada a la velocidad de quién sabe cuántos kilómetros por hora, habrá un monumento en cual un mítico Pegaso de mármol será el guardián de la Carta Magna.
Eso ya es algo irónico; pero se vuelve ridículo si recordamos que, desde hace años, junto al Monumento a los Próceres de la Independencia hay una caja de concreto, con un vidrio blindado y un par de placas de bronce que -como remedo de monumento- es una burla a la Constitución.
Burla por lo feo del monumento. Burla porque el ejemplar de la Constitución, que había ahí, se llenó de cochambre y fue reventado por el sol. Burla porque nadie se hace responsable del monumento en cuestión. Burla porque no cuidan el que hay, pero van a hacer otro monumento a la Ley Fundamental.
La primera foto de ese monumento lastimoso la tomé en noviembre de 2006 y fue una de las primeras publicadas en este espacio. La más reciente la tomé en septiembre pasado y es la que adorna esta entrada. Ahora no he pasado por ahí; pero, ¿todavía estará este adefesio?