Radioactive, la película, me gustó mucho por dos razones principales: Admiro a Marie Curie, la científica, y a su obra; y desde niño me han gustado las biografías.
A Madame Curie la conocí desde niño porque ella y su esposo Pierre estaban en la lista de científicos notables que uno estudiaba en Sexto grado de primaria, en la clase de Ciencias Naturales, con Miss Estercita: Alejandro Fleming, Eduardo Jenner, Roberto Koch, Jonás Salk y otros estaban en esa lista distinguida. También desde niño me gustaba comprar las historietas sobre Vidas ejemplares, que publicaba la Editorial Novaro.
He leído que alguna crítica le da baja calificación a la peli que nos ocupa; principalmente porque -aparentemente- retrata mal el carácter de madame Curie; así como porque retrata mal el trato que recibió en vida. Y es posible, porque si uno espulga bien las bios que se producen actualmente, la obsesión woke de escritores, productores, actores y otros siempre aflora y a veces, echa a perder la experiencia. En un momento, me dio la impresión de que para la peli, lo negativo de la radioactividad (La bomba atómica y Chernobyl) sobrepasaba, o cuanto menos balanceaba lo bueno. No te cuento más por si no la has visto.
Entendido lo anterior, Radioactive consiguió que me acercada a la científica genial que fue Marie Curie. No me hizo admirar menos su valor y su contribución a la humanidad en términos de medicina, energía, y más. Contribuciones que son imposibles sin la tecnología y la ciencia que sólo florecen en un ambiente de filosofía racional.
¿Recomiendo Madame Curie? ¡Sí, claro que sí! ¡Qué actuación la de Rosamund Pike!