12
Jul 23

Adiós a Milán Kundera

 

La única novela que he leído de Milán Kundera es La vida está en otra parte y la leí como parte de una clase.

MIlán Kudera, fotopor Elisa Cabot, CC BY-SA 2.0, via Wikimedia Commons

La clase era Literatura y política impartida por Glenn David Cox ca. 1988. La adolescencia de Jaromil, el poeta/protagonista, ocurre en medio de la revolución comunista en Checoslovaquia, recién terminada la II Guerra Mundial y el régimen comunista prohibió sus libros.  Aquella, sin duda, era una novela apropiada para la clase en cuestión. Para mí y como novela de adolescencia (que no de adolescentes) aquella no fue tan encantadora como Demián, de  Herman Hesse -que es una de mis favoritas- pero ahora lamento no haber guardado el libro que me llama la atención releer. 

Milán Kundera falleció el 11 de julio pasado, en París. Adiós, Milán Kundera.


12
Jul 23

Juventud en apuros: dificultades en lectura y matemáticas tras encierros

 

Los encierros forzados y el aislamiento a los que fueron sometidos muchos jóvenes durante 2020 y 2021 siguen pasando su factura: El desempeño en lectura entre los graduados 2022 descendió 6.21% comparado con el logro que los estudiantes del último año de diversificado alcanzaron en 2019, la última evaluación que el Ministerio de Educación hizo antes del covid-19. Los resultados en Matemáticas muestran una mínima mejora de 0.4%.

La foto la tomé de aquí https://bit.ly/43kPabu.

Los jóvenes no saben leer y, ¿sabrán dividir?  Estos son los resultados más recientes agravados por las clases en casa, muchas veces en condiciones inapropiadas y las clases de dos veces a la semana; pero los resultados de años anteriores no son admirables.  

¿Sabes qué sorprende, pero no sorprende? La evaluación incluyo 130,144 jóvenes y ¡siete de cada 10 estudiaron en un colegio privado, y dos de ellos en establecimientos estatales! una cantidad mínima en el sector municipal y por cooperativa.  No sorprende porque toda la educación en Guatemala es estatal en el sentido de que desde el Ministerio de Educación se diseñan los currícula y con contadas excepciones nada de fondo se hace en los colegios que no sea autorizado y supervisado por la autoridad centralizada estatal.  Lo que conocemos como colegios privados son agencias del sistema estatal que funcionan por permiso. 

Prácticas como la de pasar el año por decreto, y la creencia de que la educación es un derecho que no se le puede negar a nadie han bajado la barra de las exigencias académicas.  

¿Cuántos libros al año leerá el estudiante chapín promedio?


11
Jul 23

¿Será que alguien cae con esto?

 

¿Será que hay gente que cae en estos timos?

La foto la tomé de https://bit.ly/44Bm7lc

Rrrring, Rrrrring:

-Aló

-¿Hablo con XX?

-Identifíquese, ¿con quién hablo?

-Hace una semana usted estuvo preguntando por productos financieros.

-¿De dónde me habla?

-De su banco de confianza.

-Y…¿cuál es mi banco de confianza?

–De donde le hemos estado ofreciendo productos financieros y usted los ha rechazado; y en esta ocasión lo llamo para ofrecerle una modalidad distinta…

-Disculpe, me llama en medio de algo y no puedo atenderlo.

-¡Por educación termine de escuchar lo que le tengo que decir y lo que le tengo que ofrecer!

XX cuelga.

¿Será que hay gente que cae en este tipo estafas? Porque seguro que esto es un engaño.


10
Jul 23

Rayos en el volcán de Agua

 

Una buena tormenta eléctrica se desató hoy al atardecer y produjo rayos sobre el volcán de Agua.

La hora dorada acompañada por rayos. Foto por Luisfi.

Desde mi balcón se aprecia rayo tras rayo sobre el coloso, junto a la ciudad de Guatemala.

La tormenta eléctrica duró varios minutos. Foto por Luisfi.

Me encantan las tormentas eléctricas…pero como dice mi mamá: De lejos se ven los toros.  Cuando los rayos caen muy cerca y uno tras otro ya no me encantan.


07
Jul 23

Minerva y el positivismo en Guatemala: una visión histórica reveladora

 

Minerva en Guatemala. La presencia de la diosa romana en las artes y en la guerra ordenada en el gobierno de Manuel Estrada Cabrera fue el título de una conferencia que ofreció el investigador e historiador Ricardo del Molino en el Museo Popol Vuh.

En dos platos, Ricardo nos contó que el régimen de Estrada Cabrera fue la más pura y profunda manifestación política del positivismo de Augusto Comte no sólo en Hispanoamérica, sino en el mundo.  ¿Y qué es el positivismo? Una filosofía que sostiene que todo conocimiento genuino es el resultado de la interpretación de hallazgos sensorialmente observables y verificables. Es decir, de hallazgos medibles y contables. 

Mi bisabuela, Adela, y su amiga Clara Schippers en la carroza frente al templo de Minerva. Haz clic en la foto para ver más fotos. La foto es de mi álbum familiar.

Los positivistas creían que los fenómenos sociales eran susceptibles de ser observados y comprehendidos mediante el mismo método que se usa en las ciencias naturales.  Su lema político, plasmado en la bandera de Brasil, es Orden y progreso.  El propósito de la guerra ordenada, enunciado arriba, era el de imponer un orden social; y en ese contexto, los positivistas estaban convencidos de que el progreso era imparable y sólo traía cosas buenas. 

Marte, pues, es el dios romano de la guerra agresiva, irracionalmente violenta y conflictiva; en tanto que Minerva es la diosa de la guerra ordenada y racional contra la ignorancia y la barbarie, por la educación y por la ciencia. Pero más que científico y racional, el positivismo era cientificista y racionalista; y gozaba de buena prensa.  ¿Has leído Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos? ¿O por lo menos has visto la peli con María Félix? La hacienda Altamira y el protagonista Santos Luzardo son símbolos positivistas que estaban muy vivos en 1929, y décadas más tarde.

Lo fascinante de la hipótesis de Ricardo es que el tirano de los 22 años deja de ser sólo el dictador caprichoso y sediento de poder que pintaron Rafael Arévalo Martínez y Miguel Ángel Asturias (este último con una maestría admirable), sino que su gobierno (quizás agriado por la muerte temprana y trágica de sus hijos y por una serie de atentados), se enmarca brillantemente en el contexto de una filosofía que gozaba de mucho prestigio desde mediados del siglo XIX hasta mediados del XX…y sobrevive en el XXI.

A mi lado liberal clásico el positivismo le incomoda porque quienes hemos leído a Friedrich A. Hayek y a otros autores similares entendemos que el progreso no es inevitable y entendemos que lo que conocemos como progreso social en realidad es evolución social.  Entendemos, por ejemplo, que lo que la gente conoce como progreso, no siempre trae cosas buenas porque la evolución social es un largo proceso de prueba y error.  Y entendemos que el ideal de orden y progreso es peligroso porque…bueno…es constructivista, ¿quién va a ser el ordenador? ¿Qué entiende ese ordenador por orden? ¿Qué entiende por progreso? ¿El orden y el progreso van a ser a costa de la libertad? ¿Van a ser a costa del individualismo? ¿Van a ser medidos desde una perspectiva colectivista? 

Eso, sí, como dice Hayek, sin las fuerzas que producen eso que llamamos progreso, la civilización y todo lo que valoramos -y ciertamente casi todo lo que distingue al hombre de las bestias-, o no existiría o no podría mantenerse por más tiempo.

A mi lado objetivista el positivismo le incomoda porque Comte fue quien desarrolló el concepto de altruismo en su Catecismo positivista.  No debemos confundir altruismo con benevolencia, sino que hay que entenderlo en su significado original: la idea de que todos estamos moralmente obligados a vivir para los demás y que, por lo tanto, no existen los derechos individuales.  Apunta hacia una supuesta identidad de los intereses personales con los de la comunidad y no sorprende que -por esa vía y poco más tarde- otros pensadores hayan arribado a la idea espantosa de que el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Ayn Rand explicó que para el altruismo el “beneficiario” de una acción es el único criterio de valor moral y en tanto que el beneficiario sea cualquiera menos uno, todo se vale.

Entender a don Manuel Estrada Cabrera y sus minervalias en un contexto neoclásico -más universal que el de la dictadura hispanoamericana ramplona- le da dimensiones nuevas (que no necesariamente buenas) al período de la historia guatemalteca entre 1898 y 1920.  También invita a pensar qué del positivismo comtiano -racionalista y constructivista- todavía está bien, bien vivo entre nosotros los chapines para desgracia nuestra.

Columna publicada en República


06
Jul 23

Ética de las emergencias: ¿principios, o intereses políticos?

 

Un fantasma recorre Guatemala y hay que espantarlo a sombrerazos; es el de la tentación de abandonar las instituciones, las formas e incluso lo poquito de estado de derecho que queda por aquí porque hay una emergencia política.

Es lo que hacía la CICIG que, con el pretexto de combatir la corrupción -que es una emergencia- no dudó en violar el debido proceso, aplicar las leyes de forma caprichosa y servir a intereses específicos a costa del interés general.  Sale más caro el caldo que la gallina cuando tratamos de resolver un problema institucional, o de derecho, mediante la realpolitik.

La ética de las emergencias demanda que, incluso en estados de  imprevistos que requieren una especial atención y deben solucionarse lo antes posible, y sobre todo en esos casos, es preciso aferrarse a los principios del modo en que sólo se aferran a ellos aquellos individuos que confían en ellos. Creo, de verdad, que hay que hacer un esfuerzo en esa dirección sobre todo desde la academia y desde el periodismo, por ejemplo.  

Estas meditaciones vienen al caso en el contexto de la resolución electoral de la Corte de Constitucionalidad emitida el fin de semana pasado, resolución que esa corte no tiene facultades para emitir; pero que aparentemente…repito, aparentemente…soluciona una emergencia. ¿Una emergencia fabricada políticamente? Es muy posible que sí.

Fabricada, y espero equivocarme de cabo a rabo, fabricada por grupos interesados en invalidar los comicios del 25 de junio, y….ojalá que me equivoque, incluso imposibilitar los del próximo 20 de agosto.

En un ambiente en el que el Tribunal Supremo Electoral actúa como súcubo y a la Corte de Constitucionalidad le encanta su rol de íncubo, ¿qué vamos a hacer para defender el valor del voto? ¿Qué vamos a hacer para defender las reglas del juego que aceptamos jugar? Confío en las Juntas Receptoras de Votos y en la descentralización del sistema electora, pero, ¿están a la altura las autoridades superiores? ¿Podremos rescatar el proceso de afianzamiento de un sistema republicano? 

¿Vamos a confiar en las instituciones y a defenderlas, o vamos a jugar a Mickey Mouse y a aprendices de hechiceros?


05
Jul 23

Bertha, Harry y Fanny en las carreras de caballos

 

Bertha y Harry son los nombres de la yegua y el caballo -de mi tatarabuelo Emilio Schuman- que corrieron en carreras celebrada el domingo 27 de agosto de 1899. Fanny era el nombre de una yegua suya que compitió en las carreras del 19 de agosto de 1900 en beneficio del Hospital Militar.

En la quinta carrera del día programado Bertha compitió contra Rayo, de Anselmo Ruiz. La yegua llevaba un jockey café y rojo. En la sexta carrera de aquella ocasión, Harry compitió contra Dan, de Mr. Cock. 

La nota periodística del 26 de agosto en el Diario de Centroamérica dice que estos caballos darán tres veces dos vueltas y llevará la ventaja el que gane en dos de las veces

Voy a suponer que las carreras se celebraron en el Hipódromo del norte y ocurrieron durante la presidencia de don Manuel Estrada Cabrera

La mamá de Emilio, mi tatara-tatarabuela se llamaba Bertha, ¿será por eso que la yegua llevaba ese nombre? 

Al año siguiente, el 19 de agosto de 1900 también hubo carreras y en esa ocasión en beneficio del Hospital Militar.  Fanny era el nombre de la yegua de Emilio, una colorada de los Estados Unidos de América que compitió con jockey que vestía colores azul y colorado en la quinta carrera. Fanny compitió contra Marquesa, de F. Estrada De León; y Río Bravo, de W. H. Smith.

En la sexta carrera de ese día, un caballo negro, de nombre Huérfano, que era de mi tatarabuelo compitió con un jockey que llevaba los colores celeste y rosa.  Los contrincantes fueron Rayo, de Juan J. Meza; y. Calvado de Miguel Aparicio.

Fanny Shook, por cierto, era el nombre de soltera de la segunda esposa de mi tatarabuelo.  Fanny es diminutivo de Frances y por eso es que mi abuela, nieta de la primera esposa de Emilio llevaba ese nombre. 

Fanny Shook Schuman, segunda esposa de mi tatarabuelo, Emilio.

No se quiénes ganaron, pero en ambas ocasiones el premio era de $500.

En aquella ocasión también hubo carreras de cintas y de bicicletas.  

Gracias a Andrés Schwartz por la pista.