Recién fuiste al mercado y las zanahorias, los güisquiles, las arvejas, las coliflores, los repollos y todo están carísimos. En parte es porque las lluvias estropearon muchas cosechas, pero en buena parte es porque…¿ya viste los precios de los combustibles? También están carísimos. ¿Sabes con qué se pagan los combustibles? Con dólares y si los dólares están caros, los combustibles y el transporte que trae las verduras para tu fiambre también suben de precio. ¿Te das cuenta?
Los dólares no están caros por estacionalidad, como te quieren hacer creer. Están caros porque el Banguat (por instrucciones de los políticos y burócratas que controlan la política monetaria, cambiaria y crediticia del país, en representación de grupos específicos de intereses) han estado comprando dólares y esas compras han presionado el precio de la divisa hacia arriba. Los dólares que compras caros…¿son un subsidio para los exportadores?
Pero el daño no para ahí. Cuando el Banguat compra dólares lo hace con quetzales, dinero que va a parar al mercado y genera ese fenómeno que conocemos como inflación. La inflación no es el alza generalizada en el nivel de precios, ese es sólo su efecto. Y la inflación no la causan las señoras que te venden verduras en el mercado, ni otros vendedores de bienes y servicios. La inflación la causan los políticos que dominan la Junta Monetaria cuando meten quetzales arbitrariamente en un mercado que no los ha producido y que no está listo para recibirlos. Muchos quetzales devalúan el poder adquisitivo del quetzal y tú lo ves y lo sientes cuando compras…si puedes… verduras, carnes y embutidos para tu fiambre. Cuando compras…si puedes…el ayote y los jocotes.
En resumen, tu fiambre y las cabeceras van a estar caros porque políticos y burócratas decidieron subsidiar a su clientela mercantilista. Lo hacen sobrevaluando los dólares que recibe aquella clientela a cambio de los productos que vende. Como consecuencia, los combustibles y otros bienes de capital también se ponen caros y se encarece la productividad en general. ¡Y encima!…encima…generan inflación y su consecuencia: el alza en los precios.
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Columna publicada en elPeriódico.