Vivimos en una sociedad en la que el tema de la salud mental es tabú, algo de lo que no se habla, que da temor y eso es peligroso porque carga de sentimientos negativos a las personas. ¿Qué tal si hablamos alguito de eso?
En aquello pensé porque leí en elPeriódico que los casos graves de trastorno depresivo y trastornos de ansiedad aumentaron en más de 35% en todo el mundo en 2020 a raíz del covid-19; y añado que como consecuencia de la irracionalidad y de las políticas restrictivas arbitrarias que envuelven el brote del virus chino.
La investigación citada por este diario informa que las mujeres y los jóvenes son las personas más afectadas por los trastornos psicológicos en cuestión a los que podrían añadirse trastornos de alimentación. ¿Cómo iba a ser de otra forma? En otra noticia leí que en México se ha duplicado el consumo registrado de antidepresivos y ansiolíticos. ¿Cómo será en Guatemala?
Nada de aquello debería extrañarnos porque los últimos 20 meses han sido muy duros, incluso para los más fuertes sin importar niveles educativos, estratos sociales y más. Las experiencias que hemos vivido -racionales, e irracionales- han exacerbado las vulnerabilidades que ya teníamos; y, para algunos, han surgido nuevas vulnerabilidades.
Cada vez oigo más colegas comentando que se están debilitando muchas formas de conexión interpersonales; un amigo empresario ha notado que la productividad de la gente está disminuyendo; los niños ya llevan casi dos años criándose en circunstancias de aislamiento casi inhumanas, pegados a sus computadoras…si tienen suerte.
¿Es posible que algo bueno saliera de todas aquellas circunstancias si decidiéramos hablar del tema sin pena? Si, porque desvanecer el tabú te conecta más con la realidad del aquí y del ahora y evita el deterioro del propósito en la vida. Porque hablar y explorar con algún nivel de apertura un tema de salud tan importante puede llevar a las personas que lo necesitan a buscar ayuda. A buscarla no como algo vergonzoso, o algo que denota debilidad, sino como se busca sanar cuando a uno le duelen una muela, o la cabeza. ¿Qué opinas?
Columna publicada en elPeriódico.