Hoy en la mañana, Nora recibió la primera dosis de la vacuna de Astra Zeneca contra el coronavirus de tipo 2 causante el SARS-CoV-2 o Covid-19.
Fue registrada en su oportunidad y hoy llegamos a la explanada de Cardales (Cayalá) pasadas las 7:30 a. m. Fuimos recibidos muy amablemente por miembros del ejército y por policías municipales que nos orientaron para ponernos en fila. No había más de 10 vehículos adelante del nuestro.
A las 8:00, en punto fue abierta la puerta de acceso al centro de vacunación…y el encargado le echó flores a Nora. Es cierto que ya no me dicen ¡Adiós cuñado!, como en los años 70; pero mi madre tiene su gracia.
Luego hicimos fila hasta las 8:40 porque sospecho que no estaban listos para atender. A esa hora se abrió la puerta 4 del puesto de verificación de registro y ahí una chica -muy agradable- le entregó a mi madre el formulario correspondiente luego de verificar el registro y su DPI. En dos minutos estábamos bajo el toldo número 4 donde había dos miembros del ejército con las vacunas. Con primor, la chica del equipo pinchó a Nora y acto seguido nos dirigió a donde un muchacho atento le extendió su constancia de vacunación y para las 8:55 ya íbamos para afuera.
Fue un proceso eficiente y relativamente rápido. Agradable porque la gente que atiende le pone feeling a su trabajo.
Yo me vacunaré…pero, francamente, más por paz mental que por confianza en estas vacunas. Hay algo muy sketchy en todo lo que tiene que ver con esta plandemia y sus vacunas.