En la terraza del Palacio Nacional

En 1974 me bajaron tres veces de la terraza del Palacio Nacional y ayer se me hizo conocer ese espacio y pasear por él.

Hace 47 yo solía visitar el Palacio con frecuencia y me paseaba por los corredores y salones a gusto.  Me encantaban su arquitectura y sus detalles.  Disfrutaba de sus patios y fuentes.  Mi imaginación andaba suelta y sin correa en es edificio histórico. Pero la terraza me estaba vedada.  A veces andaba por ahí sólo, y a veces llegaba acompañado, porque buscaba turistas para guiarlos por el Guacamolón y por la Catedral. Cuando el guardia de alguno de los accesos se distraía, yo subía rápidamente sólo para ser invitado a bajar por alguno de los soldados que se hallaban en la terraza. ¿Por qué?

En 1974 estudié en el English American School que quedaba en la décima calle y cuarta avenida de la zona 1 y todavía había dos jornadas, uno iba al colegio de ocho a 12, luego se iba a almorzar a casa y volvía a clases de dos a cuatro; y ahí está que, siempre que podía, me capeaba en las tardes y me iba a pasear por el centro de la ciudad, o por el Centro Cívico y me gustaba explorar edificios.  Del Banco de Guatemala me sacaron dos veces los policías que cuidaban el lugar.

¡Me encantó la experiencia de la terraza!…y me trajo recuerdos de mis días de estudiante capeado.  Actualmente, aquel espacio -como otros- del hermoso edificio, están siendo restaurados.  Fue alegre haber llegado a la terraza, al fin, y me alegra de que esté en uso.  Me gocé la vista de la Plaza de la Constitución.  En ese espacio, en 1974 también pasé tiempo ejerciendo el arte antiguo de people wacthing y leyendo sobre mitología griega.

Es una lástima que la Municipalidad de Guatemala esté construyendo un lunar de pelos en aquel espacio histórico.

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