Los cierres de escuelas son bastante malos en los países ricos. El daño que les hacen a los pobres es mucho peor (ver artículo). Quizás 465 millones de niños a los que se les ofrecen clases en línea no pueden hacer uso de ellas fácilmente porque carecen de conexión a Internet. En algunas partes de África y el sur de Asia, las familias se encuentran en una situación tan desesperada que muchos padres instan a sus hijos a que dejen sus estudios y comiencen a trabajar, o se casen. Cuanto más tiempo esté cerrada la escuela, más personas tomarán esta lamentable decisión. Save the Children, una organización benéfica, estima que casi 10 millones podrían abandonar la escuela. La mayoría serán niñas, añade el artículo. Si así es en África y en el sur de Asia, ¿cómo crees que es en Guatemala?
Aún así, a pesar de la evidencia, el batallón del encierro y del miedo ataca irracionalmente la solicitud de las personas que se congregaron frente al Mineduc y a quienes advertimos contra los peligros de las aulas cerradas. Aquí unos ejemplos:
- Gente que está cansada de sus hijos quién los mando a tenerlos. Los colegios no son guarderías ni los maestros sus sirvientes. Son cortinas de humo ya se les acerca el día, dice una cuenta anónima.
- Mejor digan la verdad!!! Ya no aguantan a sus bendiciones, dice otra.
…y así nos vamos con una serie de comentarios de ese tipo.
Es comprensible que muchos padres estén asustados. El covid-19 es nuevo y poco conocido. Las escuelas son grandes y están llenas de gente. Los niños pequeños no observarán el distanciamiento social. La precaución es apropiada, especialmente cuando los casos están aumentando. Pero, como hemos argumentado antes, los beneficios de reabrir las escuelas generalmente superan los costos, explica, atinadamente el artículo de The Economist, titulado The Risks of Keeping Schools Closed Far Outweight the Benefits.
El nuevo coronavirus presenta un riesgo bajo para los niños. Los estudios sugieren que los menores de 18 años tienen entre un tercio y la mitad menos de probabilidades de contraer la enfermedad. Los menores de diez años, según cifras británicas, tienen mil veces menos probabilidades de morir que alguien de entre 70 y 79 años. La evidencia sugiere que no es especialmente probable que infecten a otros. En Suecia, el personal de las guarderías y las escuelas primarias, que nunca cerraron, no tenía más probabilidades de contraer el virus que los que tenían otros trabajos. Un nuevo estudio de 1.500 alumnos adolescentes y 500 profesores que habían regresado a la escuela en Alemania en mayo encontró que solo el 0,6% tenía anticuerpos contra el virus, menos de la mitad de la tasa nacional encontrada en otros estudios. Por supuesto, un brote en una escuela secundaria en Israel infectó a más de 150 alumnos y personal. Pero con precauciones, el riesgo se puede minimizar, añade el reportaje.
Pero claro, al batallón el encierro y del miedo aquello no le importa. Los miedos no se aplican a sus manifestaciones; pero sí se aplican a las aulas. ¿No te parece que cada vez es más evidente el carácter político del encierro y del miedo?