Mi desayuno de hoy incluyó las deliciosas tortillas de maiz negro que tanto nos gustan en casa y que no conseguimos con facilidad.
La primera vez que ví tortillas de maíz negro, yo iba -con mi tía Adelita- rumbo a San Juan Ostuncalco. En algún pueblo del camino mi tía le pidió a su chofér que se detuviera y que fuera al mercado a comprar algo para comer. ¡Y Baltasar volvió cargado con tortillas y queso!
Vas a creer que me llevé una decepción; porque cuando Balta abrió la servilleta con tortillas eran oscuras…casi negras; y yo nunca había visto tortillas de ese color. Las había visto blancas, por supuesto; y las había visto amarillas, que dan hambre y son hermosas. Pero estas, me dije, de plano que están enmohecidas. Y me pregunté: que qué le habría pasado por la cabeza a Nuca, para comprar semejantes tortillas con moho.
Mi sorpresa fue grande cuando mi tía abuela preparó tres tortillas y nos dió una a cada uno. Ese fue el momento que escogí para preguntar si las tortillas estaban buenas. Y grandes fueron las risas de la tía Adelita y de Nuca cuando cacharon lo que estaba pasando. Y sobra decir que quedé grandemente azareado.
Por supuesto que el sabor de las tortillas de maiz negro con queso era delicioso; y, desde entonces, siempre que hay tortillas negras me las gozo mucho. Su sabor es ligeramente más dulzón que el de las de maíz blanco, que son las más comunes.
Actualización: Pregunté a los lectores de @luisficarpe diem si han comido tortillas de maíz negro y 65 respondieron la consulta. De ellos 59 respondieron que sí y que les gustan; 4 dijeron que no, pero que las quieren probar;y 2 respondieron que no les gustan las tortillas.