Un ojo a la Encuesta libre

¿Qué puedo decir de la Encuesta libre, que no se haya dicho ya? Quizás poco, o nada; pero igual, no está de más tratar de apuntar a detalles más allá de lo obvio, y a detalles para la historia.

La papeleta simulada es de Prensa Libre y Prodatos.

Las tres punteras: Sandra Torres con 20.7% de intención de voto, Zury Ríos con 15.9 y Thelma Aldana con 9.5 acumulan, entre las tres el 46.1% de las intenciones de votos…al 27 de marzo pasado, que fué el último día de recolección de datos.  El 54.9% restante, de intenciónes de voto se reparten entre 21 candidatos entre los cuales el que más tiene es Alejandro Giammattei con 7.4%.  El que menos intenciones de voto tiene es José Luis Chea, con 0.3%; pero hay 10 candidatos con intenciones de voto menores al 1%.

Por cierto que, en las elecciones de 1944 en las que ganó Juan José Arévalo -en las que hubo 17 candidatos- hubo tres pretendientes: Julio Bianchi, Manuel Galich y Eugenio Silva Peña, que sólo sacaron un voto, o sea que, si ellos votaron por sí mismos, ni siquiera sus esposas les dieron el voto, o sus hijos, o sus padres.  ¿Se darán casos parecidos en 2019?

Sandra Torres tiene 31.3% de intención de voto en el área rural, seguida por Zury Ríos con 9.1%.  Zury tiene 21.6% en el interior urbano, en tanto que Thelma Aldana la sigue con 13.2% y en el área metropolitana, Zury encabeza con 25.2% y es seguida por Thelma con 18.3%.  Sandra domina en el área rural, en tanto que Zury domina en el itnerior urbano y en el área metropolitana, áreas en las que el segundo lugar le corresponde a Aldana y el tercero a Torres.

Esto podría explicarse porque la razón principal por la que la la gente votaría por Sandra Torres es por sus programas solidarios, de ahí el mote que le tengo de Evita. Sandra es percibida como populista, y tuvo los cuatro años del gobierno de Alvaro Santa Clos Colom para posicionarse como regalona. La gente quiere goodies y Evita reparte. De ahí que no sorprende el hecho de que el antivoto de Sandra Torres, en el nivel socioecónomico D, sea de sólo 43%.  En ese espíritu, tampoco sorprende que los jóvenes en el nivel socioeconómico D, se inclinen por Sandra en un porcentaje de 23.6%.  Eso sí, el antivoto de Evita, entre los patojos de 18-24 años es de 50% y entre los jóvenes de 25-34 años es de 51%.  ¿Como cambiará esto si prosperan los procesos judiciales contra Torres?  ¿Cómo cambiará esto si se hace justicia con Zury Ríos y se le reconoce su derecho a participar en la elección?

¿Por qué es que la gente votaría (38%) por Zury Ríos? Porque es percibida con carácter firme como traedora de orden.  Pero, hazme reír, sus votantes perciben (35%) a Thelma Aldana como que no es corrupta; es evidente que sus cuatro años de campaña junto a la CICIG tuvieron efectos positivos en el interior urbano y en el área metropolitana.  ¿Y por Alejandro Giammattei; ¿por qué votaría la gente (28%) por él? Porque da confianza.

Tan interesante, o más interesante que la intención de voto es el antivoto.  De los consultados sobre ¿por quién no votaría nunca, o dificilmente votaría? Sandra Torres recibió un cuentazo de 49% de los encuestados, lo que revela un rechazo monumental de casi el 50%.  Thelma Aldana recibió una bofetada de 32% y Zury Ríos es rechazada por 18%.  ¿A alguien le soprende que Roberto Arzú recibiera un rechazo de 25%?.  Entre los patojos de 18-24 años, nunca votarían, o dificilmente votarían por Thelma Aldana un 29% y entre los jóvenes de 25-34 años, tendrían la misma actitud un 35%.

¡Se nos muere la exguerrilla!

Los candidatos más afines (cuando no directamente vinculados) a la exguerrilla, de forma abierta, son pelusa en el ombligo. Benito Morales, de Convergencia; Manuel Villacorta, de Winaq (con todo el peso de la Premio Nobel); Pablo Ceto, de la URNG y Thelma Cabrera, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (Codeca, los ladrones de energía eléctrica), entre todos a duras penas arañan 3.5% de las intenciones de voto.

¿Se puede ser más irrelevante?

Los votantes por el socialismo los han abandonado (si es que alguna vez estuvieron con ellos; y han puesto sus ojos en opciones menos menos leninistas, estalinistas y maoistas, aunque no menos colectivistas, ni menos estatistas, ni menos inclinadas al autoritarismo (cuando no al totalitarismo).  De ahí que Sandra Torres y Thelma Aldana (las candidatas de la CICIG y de sus patrocinadores y sus fans) ocupen lugares de relevancia (descontados sus antivotos).

Así estaban las cosas al 27 de marzo pasado, ¿cómo estarán ahora?

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