05
Mar 19

Chapinas con menos telefonía móvil, y la sanción de la víctima

La noticia debería ser que en Guatemala casi 9 de cada 10 hogares en el área urbana tienen teléfono móvil; y que casi 8 de cada 10 hogares rurales cuentan con ese servicio.  Y yo compararía esos datos con los de 1990 y 1980 cuando sólo los privilegiados tenían teléfonos fijos…luego de esperar años por una linea y luego de (en muchos casos) pagar mordidas.

El que tantos hogares tengan teléfonos y buenas comunicaciones es una muestra de cómo se ha elevado la calidad de vida de miles y miles de personas.

Esta anciana estaba en el Obelisco a la media noche y estaba llamando un taxi.

Pero no, claro.  Aquello es sólo una nota al margen frente al hecho, ¿alarmante? de que aquí siete de cada 10 mujeres son dueñas de un teléfono y cinco de cada 10 hace uso de Internet móvil, en tanto que en los hombres son ocho y siete, respectivamente. ¡Hay una brecha de sexo en el uso de telefonía y de Internet móviles.

¿Por qué es que las mujeres no usan aquellos recursos? Veintidos por ciento de las consultadas dijeron que por temor a contenido dañino en la Internet.  Así no vamos a ningún lado.  Y claro, también podría ser por motivos económicos.

No es de extrañar que, en 27 países del mundo, haya presiones para que se cierre aquella brecha ominosa; y que 37 operadoras actúen de forma políticamente correcta y se hayan comprometido a desfacer el entuerto.

Este fenómeno se llama la sanción de la víctima; y esta ocurre cuando algo bueno acepta  el papel de víctima sacrificial por el pecado de crear valores. Los operadores brindan servicios valiosos, servicios que  elevan la calidad de vida de las personas, facilitan negocios y proporcionan niveles de comunicación y de seguridad sin precedentes, generan miles y miles de empleos directa e indirectamente, crean riqueza y multiplican las posibilidades de educación y salud de forma exponencial.  Pero eso no es suficiente: los muy canallas no cierran la brecha de sexo.  Y, acto seguido, se reconocen como culpables y agachan la cabeza frente a la tiranía de la corrección política y ofrecen remediar aquella incuria.

En un descuido y a alguien se le ocurre que Debería haber una ley…y una asignación presupuestaria…y así. Las políticas de sexo (o de género) son instrumentos de ingeniería social y de regulación autoritaria; y si te interesa el tema te recomiendo el artículo Las políticas de género son instrumento de poder no de igualdad; por Luis Ignacio Gómez.

Y así los empresarios cavan sus propias tumbas, y así se empieza a perder la batalla de las ideas.


02
Mar 19

¡Tiempo de permisividad y cascarones!

El carnaval es tiempo de descontrol. Es una fiesta sobreviviente de culturas antiguas, como las bacanales romanas, o las fiestas dedicadas al buey Apis, en Egipto. Es una fiesta alegre, si no se abandona la necesaria virtud de la prudencia.

La fiesta involucra máscaras y disfraces, serpentinas y confetti y mis favoritos: los cascarones.

Los cascarones se compran en mercados y en supermercados.

En Guatemala alegres cascarones anuncian la fiesta del Carnaval y son imprescindibles para esta festividad, son huevos vacíos, rellenos con confetti y un grano de maíz, coloreados con añilina y cubiertos con papel de China. ¿Podría, alguien, explicarme cuál es el propósito, o el significado del grano de maíz?

La idea, con los cascarones es rompérselos a alguien en la cabeza; y mejor si es de forma sorpresiva.

Cuando era niño recuerdo haber hecho cascarones en dos ocasiones con mi tía abuela, La Mamita, que fue quien me enseñó la técnica de pintado. Ella guardaba cáscaras de huevo a lo largo de meses, elaboraba el pica-pica con sus legendarias tijeras de colita,  preparaba la añilina, cortaba el papel y hacía el engrudo necesario para sellar los cascarones. Y los niños, ¿qué hacíamos? Pues pintábamos los cascarones y nos pintábamos entre nosotros, nos divertíamos mucho combinando colores y haciendo diseños. Y si uno quería llevar la diversión un paso más allá, podía ponerle harina a algunos cascarones, travesura que había que hacer sin que La Mamita se diera cuenta…o más precisamente: creyendo que La Mamita no se daba cuenta; porque ¿quién crees que nos comentó que eso se hacía en las fiestas de principios del siglo XX?

Muchas culturas en Europa y en el Oriente Medio tienen la costumbre de pintar huevos; y en muchas culturas se celebran fiestas similares al carnaval.


01
Mar 19

Una moral para ser feliz en la Tierra

El propósito de la moralidad es enseñarte, no sufrir y morir, sino disfrutar y vivir; esta afirmación, audaz, contradice bastante de lo que en nuestra cultura se tiene por ético. Entre nosotros, muchas personas tienen como buenas la renunciación, las privaciones, el sufrimiento, el sacrificio y hasta la muere, como el paso necesario para ir a la otra vida.

Si te llamó la atención la frase con la que comienzo estas meditaciones, seguramente te va a interesar la Ayn Rand University App, que puedes googlear y bajar para IOS y para Android………¿ya la estás bajando?

Haz clic en la ilustración para bajar la App

Escucha el podcast aquí.

En ella encontrarás centenares de horas de contenido por Ayn Rand y por expertos en objetivismo, disponibles en cualquier momento y en cualquier lugar.  ¿Cómo me enteré de la App?  Fue el miércoles durante la presentación del Ayn Rand Center Latin America, otro recurso disponible para aquellos de nosotros interesados en la identificación racional de una ética para ser felices y para vivir en la tierra. Puedes buscarlo en Facebook.

Desarrollar aquel tipo de código moral es una tarea difícil y demandante; y durante aquella presentación, Tal Tsfany-que es el CEO del Ayn Rand Institute y autor de Sophie, un libro sobre una niña heroica- sugirió un ejercicio que puede ayudarlo a uno en aquel proceso.  Tal recomienda que cada noche uno identifique y anote algo que haya sido bueno para uno en ese día; y que luego uno identifique qué es lo que significa aquello bueno para uno. Con el tiempo uno podrá identificar valores y patrones y responderse si aquellos valores y aquellos patrones son consecuencias de elecciones racionales hechas por uno, o si son valores y patrones tomados caprichosamente de otros, o exigidos por otros.

Me encantó ese ejercicio y por eso te lo comparto.  ¿Qué tal si, en medio de la confusión en que vivimos, nos atreviéramos a descubrir que nuestras vidas son valores en sí mismos y que es posible no vivir las vidas de otros?  ¿Qué tal si descubrimos que nuestras vidas son acerca de nosotros mismos, y no de otros?

¿Te atreves a bajar la Ayn Rand University App?

Columna publicada en elPeriódico.